Seis jóvenes que vivieron con una fe profunda y un compromiso de vida con la Iglesia que fundó Jesús están en camino a los altares, la mayoría de ellos en camino hacia la beatificación.
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Crédito: Cortesía. Dominio público |
Aquí te
contamos un poco sobre estos jóvenes millenials –nacidos entre 1980 y 2004– que
siguieron a Jesús con todo su corazón y hoy son una fuente de inspiración para
las nuevas generaciones.
1. Pierangelo
Capuzzimati
El Siervo de Dios Pierangelo Capuzzimati fue un joven italiano que padeció leucemia
desde los 14 años, pero vivió con una fe fuerte y una profunda confianza en
Dios. Nació en Taranto en 1990 y creció en un ambiente sereno junto a su
familia en Faggiano.
Su
enfermedad, lejos de sumirlo en la desesperanza, lo llevó a intensificar su
vida espiritual, dedicando su tiempo a la oración, el estudio y la
contemplación de la belleza de la creación. Admirador del pensamiento de los
santos y con una gran pasión por la historia de la Iglesia, su testimonio de
serenidad y entrega dejó una huella imborrable en quienes lo conocieron.
Falleció el 30 de abril de 2008, a los 17 años, con la convicción de que su
sufrimiento era un don del Señor.
El
26 de abril de 2018, la Santa Sede concedió el níhil obstat para la
apertura de su causa de beatificación, y el pasado 20 de enero de 2024 concluyó
la fase diocesana del proceso, tras una exhaustiva recopilación de testimonios
y documentos sobre su vida y virtudes.
Ahora,
toda la documentación será enviada al Dicasterio para las Causas de los Santos
en el Vaticano, donde será evaluada por teólogos e historiadores. Si se
reconocen sus virtudes heroicas, Pierangelo será declarado Venerable, lo que
marcará un nuevo paso en su camino hacia los altares.
Su
enfermedad, lejos de sumirlo en la desesperanza, lo llevó a intensificar su
vida espiritual, dedicando su tiempo a la oración, el estudio y la
contemplación de la belleza de la creación. Admirador del pensamiento de los
santos y con una gran pasión por la historia de la Iglesia, su testimonio de
serenidad y entrega dejó una huella imborrable en quienes lo conocieron.
Falleció el 30 de abril de 2008, a los 17 años, con la convicción de que su sufrimiento
era un don del Señor.
El
26 de abril de 2018, la Santa Sede concedió el níhil obstat para la
apertura de su causa de beatificación, y el pasado 20 de enero de 2024 concluyó
la fase diocesana del proceso, tras una exhaustiva recopilación de testimonios
y documentos sobre su vida y virtudes.
Ahora,
toda la documentación será enviada al Dicasterio para las Causas de los Santos
en el Vaticano, donde será evaluada por teólogos e historiadores. Si se
reconocen sus virtudes heroicas, Pierangelo será declarado Venerable, lo que
marcará un nuevo paso en su camino hacia los altares.
2. Hna.
Clare Crockett
La Hna. Clare Crockett fue una joven que abandonó una prometedora
carrera en el mundo del cine y la televisión para entregarse a Dios como
religiosa de las Siervas del Hogar de la Madre. Nació en Derry, Irlanda del
Norte, en 1982 y, aunque su vida parecía encaminarse a la vida artística, un
encuentro con Cristo durante un retiro cambió su destino. Ella sintió el
llamado de Dios, ingresando en la congregación en 2001 y emitiendo sus votos
perpetuos en 2010. Su vida estuvo marcada por un espíritu alegre, una entrega
total a los demás y un testimonio de fe que impactó a muchos. Falleció el 16 de
abril de 2016 en el terremoto de Ecuador, mientras ayudaba a sus alumnas en un
colegio de la comunidad en Playa Prieta.
El 12 de enero de 2024 se abrió oficialmente la fase
diocesana de su causa de beatificación en Alcalá de Henares, España, después de
que el Dicasterio para las Causas de los Santos concediera el nihil
obstat en 2023. Desde su fallecimiento, numerosos testimonios
han reportado gracias y conversiones atribuidas a su intercesión, incluyendo
vocaciones religiosas y posibles milagros. Ahora, el tribunal eclesiástico
investigará su vida y virtudes heroicas, un paso clave en el camino hacia su
posible beatificación.
3. Matteo Farina
Matteo Farina fue un joven italiano nacido en 1990 en Brindisi.
Inspirado desde muy joven por San Francisco y el Padre Pío, desarrolló una
intensa vida espiritual, con una gran devoción por la Eucaristía y el rezo del
Rosario diario. Desde los nueve años sintió el llamado a evangelizar, buscando
influir en sus compañeros. A los 13 le diagnosticaron un tumor cerebral, lo que
no debilitó su fe, sino que la fortaleció. Durante los seis años que duró su
enfermedad, aceptó el sufrimiento con amor, ofreciendo su dolor por los demás y
viviendo con alegría y esperanza hasta su muerte el 24 de abril de 2009.
Su
testimonio de santidad llevó a la Iglesia a iniciar su causa de beatificación.
El 5 de mayo de 2020, el Papa Francisco reconoció sus virtudes heroicas,
declarándolo Venerable. Actualmente, la Iglesia investiga posibles milagros
atribuidos a su intercesión, lo que permitiría avanzar hacia su beatificación.
4. Helena Agnieszka Kmieć
Helena Agnieszka Kmiec fue una joven misionera polaca nacida en 1991 en
Cracovia, criada en un hogar de profunda fe. Desde pequeña mostró un fuerte
amor por Jesús, asistiendo a Misa casi a diario y entregándose al servicio.
Durante sus estudios universitarios en la Universidad Tecnológica de Silesia,
se unió al Servicio de Voluntariado Misionero Salvator, con el que realizó
misiones en Hungría, Zambia y Rumania, dedicándose especialmente a niños y
jóvenes en situaciones vulnerables. En 2017, viajó a Bolivia para colaborar en
un colegio de Cochabamba, donde, apenas unas semanas después de su llegada, fue
asesinada durante un intento de robo.
Tras
su muerte, surgió una espontánea fama de santidad entre quienes la conocieron,
inspirados por su vida de entrega a Dios y su servicio misionero. En abril de
2024, el Arzobispo de Cracovia anunció la apertura de su causa de
beatificación, tras recibir el consentimiento del Dicasterio para las Causas de
los Santos. Actualmente, la Iglesia investiga su vida y testimonio en el
proceso que podría llevarla a ser declarada beata.
5. Akash Bashir
Akash Bashir fue
un joven pakistaní y exalumno salesiano que entregó su vida para proteger a
cientos de fieles en la Iglesia de San Juan, en Lahore. El 15 de marzo de 2015,
con tan sólo 20 años, impidió que un terrorista suicida ingresara al templo
durante la Misa dominical, abrazándolo con firmeza y diciendo: “Moriré, pero no
te dejaré entrar en la iglesia”. El atacante detonó la bomba y ambos
fallecieron, pero el sacrificio de Akash evitó una masacre. Su fe
inquebrantable lo han convertido en un símbolo de esperanza para la comunidad
cristiana en Pakistán, un país donde los fieles sufren persecución constante.
El
31 de enero de 2022, el Papa Francisco lo proclamó Siervo de Dios. Dos años
después, el 15 de marzo de 2024, concluyó la fase diocesana del proceso en la
Catedral del Sagrado Corazón de Lahore. Ahora, toda la documentación ha sido
enviada al Vaticano para su evaluación. Si el Papa aprueba el decreto de
martirio, Akash será beatificado sin necesidad de un milagro. De ocurrir este
reconocimiento, se convertiría en el primer beato de Pakistán.
6. Carlo Acutis
Carlo Acutis fue
un joven italiano nacido en 1991 que, a pesar de su corta vida, dejó un
profundo legado de amor a la Eucaristía. Conocido como el “ciberapóstol de la
Eucaristía”, Carlo utilizó sus habilidades en informática para evangelizar,
creando una exposición digital sobre los milagros eucarísticos. Desde niño,
mostró una devoción especial por la Misa y el rezo del Rosario, y al ser
diagnosticado con leucemia en 2006, ofreció sus sufrimientos “por el Señor, el
Papa y la Iglesia”. Falleció el 12 de octubre de ese mismo año y fue sepultado
en Asís, siguiendo su deseo de estar cerca de San Francisco.
Su
camino a los altares avanzó rápidamente. Fue declarado Venerable en 2018 y
Beato en 2020, tras la aprobación de un primer milagro. El 23 de mayo de 2024,
el Papa Francisco reconoció un segundo milagro, ocurrido en Florencia, donde
una joven costarricense se recuperó milagrosamente de un accidente grave. Carlo
será canonizado durante el Jubileo de los Adolescentes en abril de 2025,
convirtiéndose en el primer santo millennial y un modelo de santidad para los
jóvenes de la era digital.
Por Diego
López Marina
Fuente: ACI