"NUNCA DISCUTO SOBRE MEDJUGORJE, PERO LES DIGO: 'VEN Y VERÁS'", AFIRMA SU PÁRROCO

La gracia que he descubierto en Medjugorje, es precisamente la gracia de la vocación sacerdotal

Párroco de Medjugorje. Crédito: Nicolás de Cárdenas / ACI Prensa

El párroco de Medjugorje, Fray Zvonimir Pavicic, acoge el reciente reconocimiento vaticano del fenómeno espiritual como una llamada a difundirlo. A los escépticos, les dice: “Nunca discutimos sobre Medjugorje, pero les digo a todos: ven y verás”.

El franciscano se encuentra esta semana en España con motivo del XV Congreso Iberoamericano de la Reina de la Paz organizado por la Fundación Centro Medjugorje bajo el lema Peregrinos de esperanza de la mano de la Reina de la Paz.

En un breve receso dentro de la apretada agenda del encuentro, el religioso se detiene unos minutos para atender a ACI Prensa. 

¿Qué significa ser sacerdote y párroco en Medjugorje y cuál es la gracia particular que ha encontrado allí?

Ser párroco en Medjugorje es muy exigente, porque eres a la vez, el párroco, el rector y el guardián. Porque todavía no están separados los tres deberes y el párroco es el que lo hace todo.

Como párroco, cuido de los parroquianos y todo lo que una vida de la parroquia conlleva. Pero también el párroco es responsable de todos los peregrinos que vienen. Aunque sea una tarea muy difícil y exigente, a la vez es muy hermosa, porque uno se encuentra con las personas que vienen a encontrarse con Dios y que desean vivir con María, y eso te facilita el trabajo. Y tengo que subrayar que no estoy solo allí, sino que están los hermanos franciscanos y que me facilitan todo el trabajo.

La gracia que he descubierto en Medjugorje, es precisamente la gracia de la vocación sacerdotal. Lo que el sacerdote significa para la Iglesia, cuánto necesita la gente a los sacerdotes, cuánto le buscan y, en realidad a través de él, buscan la gracia de Dios. Y eso en Medjugorje lo descubro cada día más y más.

¿Qué ha supuesto el reconocimiento de Roma de Medjugorje como lugar de extraordinaria gracia y qué aporta a su en la Iglesia?

Antes del reconocimiento del nihil obstat Medjugorje aportaba mucho a la Iglesia. Aportaba las personas convertidas, los fieles convertidos. Y esas personas, a su vez, rezaban por los demás, convertían a los demás, movían a las personas a la oración en sus ciudades. Así que Medjugorje es un don para la Iglesia. Y la Iglesia lo ha reconocido.

Y con el nihil obstat ha abierto las puertas a Medjugorje y también a todos aquellos que quieren ir a Medjugorje. Ha reconocido la espiritualidad de Medjugorje como sana y que puede ayudar a la Iglesia en el mundo de hoy. Y por eso en la declaración está puesto que hay que proclamar en la Iglesia esta espiritualidad.

Para que el mayor número de personas escuche de esta espiritualidad y que, por la gracia de Dios, el mayor número posible de personas se convierta. Y concluiría con que Medjugorje fue, es y será un don para la Iglesia.

Usted es franciscano. San Francisco recibió el encargo del Señor de reparar la Iglesia en la Porciúncula. ¿Qué frutos de estos 44 años está dando Medjugorje para la reparación y la edificación de la Iglesia?

Es la misma tarea. ¿Cómo renovó San Francisco la Iglesia? Con una vida santa. Con la oración. Viviendo en la Iglesia. No criticando ni al Papa, ni a los obispos, ni a los sacerdotes. ¡Y en aquella época tuvo por qué criticarlos!

Pero él amaba la Iglesia y vivía en ella. Y esa es la verdadera reforma de la Iglesia. Y eso es lo que hace Medjugorje hoy. Nosotros siempre estuvimos dentro de la Iglesia y por la Iglesia. Estuvimos esperando el nihil obstat y seguimos adelante sirviendo a la Iglesia humildemente.

Porque nosotros no nos hemos creado a nosotros mismos. Decimos que Dios nos ha concedido esta gracia y solamente colaboramos con ella: por la Iglesia y en la Iglesia.

Muchos sacerdotes experimentan una renovación profunda de su ministerio cuando van a Medjugorje. ¿Qué cree que aporta a los presbíteros la experiencia?

Es la gracia de Dios. No se la puede describir sencillamente. No se la puede describir, porque no sería divina si se la pudiera describir. Pero Dios actúa en Medjugorje. Y eso es muy visible en cada sacerdote y en cada fiel que va a Medjugorje. Creo que no es necesario describirlo, sino vivirlo.

Y no solo en Medjugorje, sino en cualquier otra parroquia. Medjugorje es solamente una imagen y el modelo de cómo debería ser cualquier otra parroquia. Cualquier parroquia debería ofrecerle a Dios a los hombres. Y la oportunidad de confesarse, de rezar el Rosario, la Eucaristía, la Adoración y muchas otras devociones. Todo es muy sencillo y en todo eso actúa Dios. Y eso es lo que los sacerdotes descubren en Medjugorje. En realidad, descubren que Dios se esconde en la sencillez.

¿Qué le dice a quienes tienen reticencia, a quienes miran incluso con sospecha, el fenómeno de Medjugorje, a quienes no se sienten llamados a aquel lugar?

No les diría nada. Nunca discuto con la gente sobre Medjugorje. Quien cree, que siga creyendo. Quien no cree, que viva con ello. Dios, llega a cada persona de diferentes maneras. Ha tocado a millones a través de Medjugorje por medio de la bienaventurada Virgen María. A otros, les ha tocado a través de otra cosa.

El Espíritu sopla donde quiere y como quiere. Nunca discutimos sobre Medjugorje. Pero les digo a todos: ven y verás. Solamente el que viene a Medjugorje y participa del programa vespertino en la parroquia, concluirá y tomará un juicio sobre Medjugorje.

Por Nicolás de Cárdenas

Fuente: ACI Prensa