El truco de los santos
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Todos los años,
es tradición que, para la solemnidad de Todos los Santos, las hermanas
sacristanas bajen algunos relicarios y los coloquen a los pies del altar, para
que las personas puedan venerarlos.
La gente se
queda sorprendida de lo bonitos que son los relicarios, pues cada uno es una
pieza de madera estofada en oro. Algunos son más altos, otros anchos, otros con
forma de mano… pero lo importante no es lo exterior; la reliquia está contenida
dentro y se puede ver a través de un pequeño cristal.
Qué humano es
fijarnos más en lo exterior. Sin embargo, “el Señor ve el corazón”. Me llamaba
la atención precisamente porque los santos lo son, porque se han dejado
trabajar el corazón por el Señor. Esa es la clave de la santidad: un corazón
sencillo que busca al Señor.
Muchas veces
pensamos que los santos son hombres y mujeres perfectos en su conducta, que han
alcanzado altísimos grados de contemplación, o que ya no caían ni tenían
fallos… Pensamos así porque imaginamos la santidad de ese modo. Pero,
conociendo a los santos más de cerca, podemos darnos cuenta de que no es así.
Ellos son como nosotros, pero se han dejado tocar por el Señor, no se han
rendido ante los tropiezos, han apostado a lo más alto y no han tenido miedo de
perder, porque sabían en Quién confiaban. Son personas que han experimentado el
cansancio y la fatiga, e incluso el enfado y la caída, pero que, con un corazón
sencillo, han vuelto una y otra vez su mirada al Señor para dejarse levantar
por Él.
“Vosotros sois
los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas, y yo preparo para vosotros
el reino como me lo preparó mi Padre a mí, de forma que comáis y bebáis a mi
mesa en mi reino” (Lc 22, 28-30).
Esto es lo que
nos tiene reservado el Señor, porque, en realidad, nuestras pruebas son Sus
pruebas. Y con Él siempre tendremos la victoria.
Hoy el reto del
amor es perseverar en Cristo.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
03 noviembre
2024
Fuente:
Dominicas de Lerma