ROMA, CIUDAD EN CONSTRUCCIÓN PARA EL JUBILEO

Los proyectos incluyen la restauración de muchos monumentos y fachadas y la construcción de un importante paso subterráneo, pero el proceso es una tortura para los residentes y los turistas

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Desde hace más de un año, los visitantes de Roma se sorprenden, incluso desilusionan, al encontrar la ciudad sumida en la construcción. Calles atascadas por el tráfico, fachadas ocultas tras andamios, obreros apiñados con cascos y monos de trabajo, monumentos tapados por carteles... El objetivo de este tumultuoso y frustrante embrollo es refrescar la Ciudad Eterna , preparándola para el Jubileo de 2025 , que debería ver a millones de peregrinos acudir aquí. 

“La ciudad se prepara para ofrecer un rostro aún más bello que el que ya tiene Roma y poco a poco desaparecerán las obras que han puesto a prueba la paciencia de todos en los últimos meses”. En una conferencia de prensa a menos de dos meses de la apertura del Jubileo 2025 (que se celebrará el 24 de diciembre), el arzobispo Rino Fisichella, coprefecto del dicasterio para la Evangelización, organizador del evento, dio voz a la expectativa y al cansancio de muchos romanos y turistas.

Desde hace más de un año, la Ciudad Eterna está llena de obras al aire libre. Andamios, hormigoneras, cables, cinceles y sacos de escombros amontonados invaden las plazas, desbordándose sobre las aceras, empujando a los peatones, bloqueando patinetes y ciclomotores, reduciendo las vías en las estaciones y estrangulando las galerías. Los trayectos de los conductores de autobús y taxi se han convertido en una carrera de obstáculos, y Roma se ha convertido en una jungla de desvíos, carreteras bloqueadas y carriles estrechos.

La industria de la construcción se ha enriquecido con esta maraña, pero la vida cotidiana de los vecinos se ha visto invadida por el constante parloteo de los martillos neumáticos.

“¡Qué desastre!”, se oye en las barras de los bares, junto a los cafés humeantes de los clientes habituales. Un turista holandés que estaba de paso unos días con su hija de 20 años se muestra sorprendido: “¡No se ve ni un solo monumento! Ayer pasamos por la Piazza Navona y allí solo había grandes carteles que advertían de las obras”.

Un túnel en la autopista para que los peregrinos puedan llegar a San Pedro con tranquilidad

Las grandes grúas de la Piazza Pia han sido el centro de atención. Se esperaba con impaciencia la finalización de esta obra, que consiste en la construcción de un túnel para vehículos que permitirá a los peatones pasar del Castillo Sant'Angelo a la Via della Conciliazione sin tener que atravesar una de las vías más transitadas de la ciudad, el Lungotevere (a lo largo del Tíber). Se trata de la obra más ambiciosa emprendida con motivo del Jubileo, con un coste para las autoridades italianas de 85 millones de euros (unos 92 millones de dólares).

El ministro de Infraestructuras y Transportes, Matteo Salvini, anunció el 17 de julio que el túnel estaría terminado antes de Navidad. Las obras parecen ir según lo previsto, pero no es así en todas las obras de la ciudad. El 25 de septiembre, el arzobispo Rino Fisichella, coordinador principal del Jubileo, expresó públicamente su enojo por la ausencia de trabajadores en otra importante obra, la Piazza del Risorgimento.

Atascos de tráfico para los empleados del Vaticano

La Piazza del Risorgimento se encuentra junto a las Murallas Leoninas, al noreste del Vaticano. Es una de las vías principales para muchos peregrinos que desean llegar al Vaticano en metro o autobús. Tanto la plaza como la Via Traspontina, que sirve de desvío para las obras de la Piazza Pia, están permanentemente congestionadas, para gran disgusto de los romanos, que no son precisamente pacientes con los coches.

Esta situación tiene un impacto directo sobre los empleados del Vaticano, a quienes les resulta extremadamente difícil llegar en coche a la Puerta de Sant'Anna, una de las entradas más transitadas del pequeño Estado. Para hacer frente a este problema, las autoridades vaticanas abrirán el 4 de noviembre una nueva puerta que dará directamente a la Piazza del Risorgimento y facilitará el acceso al Vaticano a los empleados que viajen en coche.

El pequeño Estado, escondido tras las Murallas Leoninas, no se ha librado de las obras. Como Roma, sufre mientras espera una nueva vida. Una espera que ahora se ha convertido en “febril”, según el arzobispo Fisichella. 

Emma Gatti 

Fuente: Aleteia