¿Te has preguntado cuál es el verdadero propósito del matrimonio y cuáles son sus frutos? Conocerlo te permitirá vivirlo con sentido
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El sacramento
del matrimonio es uno de los siete sacramentos que existen en la Iglesia
católica. A decir verdad, el matrimonio representa más de lo que a veces se
cree. Lejos de ser un contrato que te quita la libertad, es un acto sagrado en
el que Dios mismo se hace presente y otorga gracia a los esposos. Es un llamado
divino a vivir el amor, la fidelidad y unidad en una relación que refleja el
amor incondicional de Cristo por su Iglesia, dando verdadero sentido y
propósito.
El matrimonio,
en su dimensión sacramental, es también un medio para la santificación de los
esposos. A través de este sacramento, los cónyuges reciben la gracia necesaria
para vivir su vocación con una fortaleza y sabiduría que solo Dios puede
otorgar.
Además, el
matrimonio católico es el espacio donde se da la posibilidad de crear una
familia, que es considerada la "Iglesia Doméstica", un lugar de amor,
oración y formación en la fe.
La forma y
materia del matrimonio
Cada sacramento
está conformado por la materia y la forma, en el caso del matrimonio, la
materia es la pareja que -en consentimiento libre- se entrega al otro y se dona
con todo su ser.
La forma de
este sacramento es el firme "sí" que ambos dan para aceptarse en
totalidad: "Yo te recibo como esposo(a) y me comprometo a amarte,
respetarte y servirte, en salud o enfermedad, en tristeza y alegría, en riqueza
o en pobreza, hasta que la muerte nos separe".
Cumpliéndose
así el plan divino de Dios quien, al crear al hombre y a la mujer a su imagen y
semejanza, les dio la capacidad de amarse y entregarse mutuamente, hasta el
punto de poder ser "una sola carne" (Gn. 1, 22 y 2, 24).
A su vez,
dentro del rito del sacramento matrimonial, el sacerdote se convierte en
principal testigo de la Iglesia para constatar el sacramento, delante de la
comunidad cristiana.
Iglesia
doméstica
De la donación,
el servicio y amor mutuo que existe entre ambos, Dios otorga una misión muy
especial: los convierte en co-creadores, debido a que se vuelven “ministros de
la Iglesia Doméstica”, compartiendo el amor de Cristo ahora también a sus
hijos.
El Papa Pablo
VI explica en su exhortación apostólica Marialis Cultus (2-2-1974):
“La familia
cristiana se presenta como una iglesia doméstica… Si elevan en común plegaria
suplicante a Dios; porque si fallase este elemento, faltaría el carácter mismo
de familia como Iglesia doméstica” (52).
A continuación
te mostramos algunas de las gracias y frutos del matrimonio.
1. Carisma
propio en el Pueblo de Dios
Dice el
Catecismo de la Iglesia Católica que “esta gracia propia del sacramento del
Matrimonio está destinada a perfeccionar el amor de los cónyuges, a fortalecer
su unidad indisoluble. Por medio de esta gracia, se ayudan mutuamente a
santificarse en la vida conyugal y en la acogida y educación de los hijos"
(1641).
2. La guía de
Dios en tiempos difíciles
Por supuesto
que a lo largo de esta gran aventura, Dios continúa guiando a los cónyuges, de
tal forma que les otorga gracias especiales, inclusive en los momentos más
difíciles.
3. La familia
Al casarse
ambos forman un hogar, por ende una familia de tal manera que juntos pueden
criar hijos santos, así como compartir la fe y el amor a Dios.
Karen Hutch
Fuente: Aleteia