UNA MIRADA RETROSPECTIVA A LAS TRES ENCÍCLICAS ANTERIORES DEL PAPA FRANCISCO

Las encíclicas tienen un alto grado de autoridad magisterial, por lo que es revelador revisar los temas que el Papa ha decidido abordar de esta manera antes de los "Dilexit nos"

Antoine Mekary | ALETEIA

Repasemos las tres encíclicas anteriores del pontífice argentino: Lumen fidei (2013), Laudato si' (2015) y Fratelli tutti (2020).

El tipo de documento llamado “encíclica” se formalizó en el siglo XVIII. Se trata de una carta dirigida por el Papa a los obispos, a los fieles de la Iglesia católica y, a veces, también “a las personas de buena voluntad”. Desde un punto de vista magisterial, es más importante que una exhortación apostólica, que a su vez es más importante que una carta apostólica. En este contexto, resulta esclarecedor revisar qué temas ha elegido abordar el Papa Francisco en este formato especial.

"Lumen fidei", escrita con Benedicto XVI

Para completar su serie de encíclicas dedicadas a las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), Benedicto XVI había avanzado significativamente en la redacción de una encíclica sobre la fe. Sin embargo, no tuvo tiempo de publicarla antes de abandonar el Trono de Pedro en febrero de 2013. 

Tras su elección, el Papa Francisco decidió retomar la obra de su predecesor y completarla. El 5 de julio de 2013 publicó Lumen fidei (La luz de la fe), manifestando así su deseo de asumir plenamente el legado de Benedicto XVI.

Lumen fidei quiere subrayar que la fe no es “una ilusión de luz, una ilusión que cierra el camino de una humanidad liberada hacia su futuro”. Al contrario, es “una luz” que puede “iluminar el presente”. No nos aleja del mundo, insiste el Papa Francisco, porque la fe “no (…) resulta irrelevante para las preocupaciones concretas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo”.

Las líneas principales del pontificado de Francisco surgen cuando escribe que “la historia de la fe ha sido desde el principio una historia de fraternidad” y que la fe “nos permite respetar aún más la naturaleza y discernir en ella una gramática escrita por la mano de Dios”.

"Laudato si'", la encíclica verde del Papa

Pocas veces una encíclica ha tenido tanto alcance como Laudato si' , el texto del Papa Francisco de 2015 sobre ecología integral. Se inspira en el Cántico del Sol de San Francisco , del que toma prestada la primera línea del título Laudato si' (que significa “Alabado sea”). Con este documento, el Papa se establece como una de las grandes voces en favor del “cuidado de la casa común” (el subtítulo de la encíclica). La publicación de la encíclica a pocos meses de la COP21 en París le dio un impacto político y mediático sin precedentes.

En este texto, el Papa se basa en informes de expertos, en particular los del IPCC, para denunciar los males que sufre la Tierra a causa de la crisis ecológica. Pone en guardia contra una forma de antropocentrismo moderno alimentado por un “paradigma tecnocrático dominante” que, según él, es la principal fuente de la crisis.

En contraposición a esta predicción de decadencia, el Papa Francisco propone una “ecología integral”, es decir, una visión de la ecología que integre todas las dimensiones de la vida. En un mundo en el que “todo está interconectado”, es contraproducente, insiste, separar la ecología científica o política de las dimensiones humanas y sociales. Este texto, con sus connotaciones sociales particularmente fuertes, exige un diálogo ecológico amplio a todos los niveles. Esto también requiere una conversión personal a un estilo de vida más responsable.

"Fratelli tutti", un manual universal de fraternidad

Inspirada una vez más en san Francisco de Asís, la encíclica Fratelli tutti fue publicada en el contexto particular de la pandemia de COVID-19. Esta crisis despertó “el sentido de que somos una comunidad global, todos en el mismo barco”, escribe. En este documento, que resume los principios fundamentales de su pontificado centrados en las “periferias” y los “marginados”, el Papa invita a todas las personas de buena voluntad, cristianas y no cristianas, a cultivar la “amistad social”. 

En este texto, el Papa desarrolla sus reflexiones sobre la “cultura del descarte” y los atentados a la dignidad humana que se dan con tanta frecuencia en el mundo de hoy. Nos recuerda, por ejemplo, que los migrantes deben ser acogidos, protegidos, promovidos e integrados. 

En cuanto al diálogo interreligioso, el Papa explica que la encíclica también se inspiró en el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed Al Tayyeb, y reitera su llamamiento a todas las religiones para que condenen la violencia cometida en su nombre.

En esta encíclica decididamente social, el Papa Francisco también hace varios llamamientos: pide la prohibición universal de la pena de muerte y de las armas nucleares. El Papa considera también que hoy resulta «muy difícil» defender el principio de la «guerra justa». Se hace eco de las palabras de su predecesor Pablo VI, hablando en las Naciones Unidas en 1965: «¡Nunca más guerra!

I. Media

Fuente: Aleteia