Este jueves 24 de octubre se presentará una nueva encíclica del Papa, que se titulará Dilexit Nos [Nos amó] y versará "sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo".
Foto: Vatican Media. Dominio público |
Dilexis Nos será la cuarta encíclica de Francisco,
después de Lumen Fidei en 2013 (un texto "sobre la
fe" preparado por Benedicto
XVI con esa intención y que el recién elegido pontífice hizo suya), Laudato Si' en
2015 "sobre el cuidado de la casa común" y Fratelli Tutti en
2020 "sobre la fraternidad y la amistad social".
El
propio Francisco había anunciado este documento el 5 de junio
pasado, al finalizar una audiencia general, anticipando que reuniría "las
valiosas reflexiones de textos magisteriales anteriores y de una larga historia
que se remonta a las Sagradas Escrituras, para volver a proponer este culto de tanta belleza
espiritual a toda la Iglesia".
En
septiembre, en un encuentro con sus hermanos de la Compañía de Jesús durante su
viaje a Indonesia, confirmó que estaba preparando ese texto (habló de "una
carta"), destacando que promover
la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es "una misión propiamente jesuita, algo
realmente nuestro".
De
hecho, se rumoreó intensamente que el momento y lugar para dar a conocer el
texto iba ser su reunión con los jesuitas de Bélgica durante
el viaje que hizo a dicho país a finales de septiembre.
En
su presentación del texto, Vatican News lo relaciona con el
momento que vive actualmente la humanidad, "uno de los más dramáticos", con "guerras
corrosivas, desequilibrios sociales y económicos, consumismo desenfrenado y
nuevas tecnologías que amenazan con desnaturalizar la esencia misma del
hombre". Con Dilexit Nos, Francisco pide "cambiar la mirada, la perspectiva
y los objetivos y recuperar lo que nos es más importante y necesario: el corazón".
Una devoción muy arraigada en la Iglesia
Además,
se está celebrando (entre el 27 de diciembre de 2023 y el 27 de junio de 2025)
el 350º aniversario de la primera manifestación del Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque,
que tuvo lugar el 27 de diciembre de 1673 en el convento de las visitandinas de Paray-le-Monial.
En esa aparición, Jesús le confió la misión de difundir por el mundo su amor a los hombres, en particular a los pecadores, presentándose en forma de un corazón asentado sobre un trono de llamas y circundado por una corona de espinas como símbolo de los pecados de los hombres. También pidió a Santa Margarita que el viernes después de Corpus Christi se dedicase una fiesta al Sagrado Corazón de Jesús.
Esta
fiesta fue extendida por Pío
IX a toda la Iglesia en 1856, y numerosas capillas, iglesias y
congregaciones surgidas en el siglo XIX fueron consagradas al Sagrado Corazón,
una espiritualidad que según escribió en La Civiltà Cattolica el
padre Enrico Cattaneo,
profesor emérito de Patrística, sirvió de dique "contra la extendida
mentalidad racionalista que alimentaba la cultura atea y anticlerical".
En
1956, al cumplirse un siglo de la fiesta, el Papa Pío XII consagró al Sagrado Corazón su encíclica Haurietis Acquas.
En 2006, en el cincuentenario de dicha encíclica, Benedicto XVI señaló, precisamente en una carta
dirigida al prepósito general de la Compañía de Jesús, que "este misterio
del amor que Dios nos tiene no sólo constituye el contenido del culto y de la
devoción al Corazón de Jesús: es, al mismo tiempo, el contenido de toda verdadera espiritualidad y devoción
cristiana".
Jesús M. C.
Fuente: ReL