«Responder a la llamada de Dios sigue siendo fascinante para los habitantes de esta región», comenta el rector de san Pedro de Ritapiret
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Seminaristas de la Isla de Flores de Indonesia. Dominio público |
En medio
de la jungla se alza el seminario diocesano de san Pedro de Ritapiret, donde ya
se han graduado 13 obispos, más de 580 sacerdotes y 23 diáconos en
sus casi 70 años de historia. El pasado curso 2023-2024 han pasado por sus
aulas un total de 904 seminaristas, casi el mismo número de todos los aspirantes al
sacerdocio de toda España.
El de
la isla de Flores es considerado el seminario más grande del mundo, por su
número de matrículas, seguido en esta lista por el de Guadalajara,
México, donde se forman 900 alumnos para su futura ordenación. «El número
de seminaristas nunca es suficiente», afirma rotundamente el rector de san
Pedro Guidelbertus Tanga a Associated Press.
No obstante, el
sacerdote cuenta también que Indonesia también se ve afectada por la crisis
de vocaciones que vive el mundo entero, ya que el crecimiento de
población supera cada vez más las vocaciones. «Seguiremos enfrentándonos a la
escasez de sacerdotes en el futuro si no hacemos nada», explica.
Su secreto es que
las familias de la isla animan a sus hijos a entrar al seminario, que fue visitado
por Juan Pablo II en 1989; y apoyan fuertemente las vocaciones, aunque en
muchos casos los padres de los chicos profesan otra religión. «Responder a la
llamada de Dios sigue siendo fascinante para los habitantes de esta región»,
comenta el rector, quien asegura también que no cesan en su empeño por motivar
a los jóvenes a seguir su vocación.
Durante
su visita a Ritapiret, el Papa viajero comentó la fidelidad de los sacerdotes y
las monjas de la isla de Flores. «Debéis comprender que el servicio fiel a
Cristo a su Iglesia no siempre os hará merecedores de los elogios del mundo. Al
contrario, a veces recibiréis el mismo trato que el Señor: rechazo, desprecio,
persecución», les dijo Juan Pablo II. La habitación del seminario en la que se
hospedó el santo aquella noche de octubre de 1989 se ha convertido en un
destino concurrido para el turismo espiritual de Flores.
En el resto de las
islas indonesias, a diferencia de Flores, el catolicismo es minoritario. De
todas las personas que viven en el país, tan solo un 10 % son cristianas y a
pesar de que cada vez son más, son duramente golpeados por la
persecución. Aunque la tolerancia reina en la gran parte de Indonesia,
entre los cristianos y los musulmanes, hay algunos sectores sociales que no
están tan de acuerdo, sobre todo los radicalizados por Jemaah Islamiyah. El
último gran atentado contra la Iglesia tuvo lugar el Domingo de Ramos de 2021,
cuando dos terroristas se inmolaron en la entrada de la catedral de Sulawesi,
que dejó una veintena de heridos.
Clara González
Fuente: El Debate