El Arzobispo de Arequipa (Perú), Mons. Javier Del Río Alba, alentó a leer cotidianamente la Biblia, y ofreció 5 claves para leerla correctamente.
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Foto referencial de una Biblia y un Rosario. Crédito: Anuja Tilj / Unsplash |
1. Dios ha querido hablarnos en palabras humanas
Mons.
Del Río precisa que “así como para revelársenos plenamente Dios se ha hecho
hombre en Jesús de Nazaret, ha querido también hablarnos en palabras humanas
que están contenidas en las Sagradas Escrituras”.
A
través de ellas, prosigue, “Dios nos da a su Hijo, Palabra eterna del Padre, es
decir el Verbo divino que es la segunda persona de la Trinidad (Catecismo de la
Iglesia Católica, nn.101-102). Por eso, ‘la Iglesia siempre ha venerado la
Sagrada Escritura como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo’”, como señala el
número 21 de la constitución dogmática Dei Verbum,
del Concilio Vaticano II.
2. La Biblia no es un libro de historia ni de
ciencias naturales
“Dios no ha escrito nada directamente, pero ha
inspirado a los autores humanos de los diversos documentos que componen la Biblia,
de modo que ellos pusieron por escrito todo lo que Dios quería y sólo eso”,
recuerda el arzobispo peruano.
“Al
leer la Biblia debemos tener en cuenta que no se trata de un libro de historia
que nos relata hechos con precisión cronológica, ni un libro de ciencias
naturales”, subraya.
3. La Biblia contiene la verdad para la salvación
El
arzobispo de Arequipa pide luego tener “en cuenta también que, aunque ha sido
escrita por hombres que usaron el lenguaje de su tiempo y diversos elementos de
su cultura, la Biblia contiene, sin error, la verdad que Dios nos ha querido
revelar para nuestra salvación (Catecismo, nn. 105-110)”.
“Para
entender correctamente la Biblia debe ser leída a la luz de la muerte y
resurrección de nuestro Señor Jesucristo y con el mismo Espíritu con que fue
escrita, es decir con el Espíritu Santo. Sin Él, ‘la Escritura sería letra
muerta’ (Catecismo, n. 111)”.
4. Leer la Biblia siguiendo la interpretación
oficial de la Iglesia
Para
leer adecuadamente la Biblia, es necesario también prestar “especial atención
al contenido y unidad de las Sagradas Escrituras, así como a la interpretación
oficial que la Iglesia ha hecho de ellas a través de los siglos (Catecismo
nn.112-114)”.
“No
es correcto, por ejemplo, tomar sólo una frase u oración y pretender explicarla
fuera de su contexto y sin relacionarla con otras partes de la Biblia o con las
enseñanzas de la doctrina católica”, advierte.
“La
Palabra de Dios contenida en las Sagradas Escrituras tiene un poder y una
fuerza tan grandes que, dice san Pablo, permanece operante en quien la acoge
con fe, hasta el punto de transformarlo desde dentro y hacer de él una nueva creación
(1Tes 2,13; 2Cor 5,17)”, subraya Mons. Del Río.
5. Leer la Biblia con frecuencia y oírla con
atención en Misa
De
todo esto, continúa el prelado, “se entiende por qué el Papa Francisco dice que
los cristianos hemos de leer al menos un poquito de la Biblia cada día y orar
con ella. Como decía san Jerónimo, desconocer las Escrituras es desconocer a
Cristo”.
Además
de la lectura personal de la Biblia, concluye el arzobispo de Arequipa, “el
lugar privilegiado para escuchar y acoger la Palabra de Dios es cuando ésta se
proclama en la Misa”.
“Por
eso, es muy importante también que escuchemos con atención las lecturas de la
Misa y que los sacerdotes preparen bien la homilía a través de la cual explican
la Palabra de Dios”.
Por Walter
Sánchez Silva
Fuente: ACI
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