El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ha presidido una vigilia de oración este lunes en la parroquia del pueblo
Los amigos del pequeño Mateo abrazan a sus padres. Foto: RRSS. Dominio público |
La parroquia de San
Esteban ha invitado así a los vecinos, y a quien así lo quiera, que se unan en
oración la tarde del lunes por el pequeño asesinado y también por su familia.
La vigilia de ha tenido lugar a las 20.30 y ha estado presidida por el
arzobispo de Toledo, Francisco Cerro.
Mateo fue asesinado este
domingo por la mañana, en la localidad toledana de Mocejón, por un desconocido
que sigue todavía en busca y captura. El pequeño, de 11 años, jugaba al fútbol
en compañía de sus amigos en el polideportivo local cuando fueron sorprendidos
por un atacante encapuchado. Los niños echaron a correr y pudieron escapar
salvo Mateo, al que el agresor alcanzó y asestó múltiples puñaladas. Los
servicios de emergencia poco o nada pudieron hacer por salvar al pequeño que
pereció minutos después pese a los intentos de algunos vecinos de reanimarlo.
La familia está
completamente conmocionada por el asesinato. Asell Sánchez-Vicente, portavoz de
la familia y primo de la madre del niño, ha explicado que el suceso es
«incomprensible para toda la familia, para sus padres, sus tías, su abuela y su
bisabuela, de 91 años». «No entienden por qué su hijo se ha ido un día de
verano a jugar al fútbol y ya no está», comentaba a la prensa el joven.
En la localidad, los
vecinos organizaron pocas horas después una concentración en repulsa del
asesinato y para arropar a la familia. Los amigos de Mateo, entre lágrimas, se
abrazaron a los padres del niño para consolarse mutuamente.
«La familia está
destrozada. Cada día, cada segundo que pasa, cada minuto es peor porque es
cuando más echas en falta al pequeño y no entiendes nada porque es un asesinato
que no tiene sentido», explicaba el portavoz esta mañana.
La Iglesia quiere unirse a ese abrazo y, para ello, la parroquia propone rezar en esta vigilia por el descanso eterno de Mateo, «un niño bueno y cariñoso», como repiten en Mocejón.