SOFI CASTAÑEDA TIENE 22 AÑOS,
ES DE MÉXICO Y LE SIGUEN MÁS DE 23.000 USUARIOS EN INSTAGRAM, EN SU
PERFIL MI VIDA EN JESÚS.
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Sofi Castañeda. Dominio público |
"Nací a los seis meses de
gestación, fue muy complicado el embarazo y cuando nací se complicaron mucho
las cosas. Los doctores decían que solo un milagro me podía salvar,
ya que mis pulmones no estaban desarrollados y era muy difícil que un bebé tan
pequeño sobreviviera", comienza diciendo la joven.
Parecía tan inofensivo
Una señal, la de seguir con vida a
pesar de las dificultades, de que Dios le tenía preparada una misión.
"Crecí con mi madre diciéndome todo el tiempo que Dios me había dejado en
este mundo por alguna razón. Eso estuvo muy presente en mi vida y siempre
me preguntaba qué qué era lo que tenía que hacer. A veces hasta me
angustiaba por pensar que tenía que hacer algo muy grande, cambiar el mundo o
algo así".
Sofi creció en una familia del Opus
Dei y fue a colegios de la Obra. "Siempre fui muy cercana a Dios. Nunca
fui de las personas que les diera pereza ir a misa, y tenía una relación
muy bonita y especial con la Virgen María. La trataba como una amiga, le
contaba todas mis cosas desde pequeña. Pero, cuando vas creciendo te empiezas
a envolver en el mundo".
La joven empezó a decantarse por el
baile y a soñar en convertirse en una actriz famosa. Empezó a ir a
clases de actuación, de canto y de baile, incluso fue varias veces a competir a
Estados Unidos. Para entonces Sofi se había convertido ya "en una
católica light, como muchos católicos tristemente hoy en día".
Y, entonces, llegó la pandemia.
"Me empecé a envolver en el
tema de la Nueva Era por redes sociales, en las meditaciones
trascendentales. Qué peligroso es, parece ser tan inofensivo, de que no
pasa nada. Nosotros mismos tratamos de pensar que no pasa nada y que está
relacionado con Dios. Empecé con imanes para la salud física y luego con reiki,
energía a través de los chakras...".
"Iba a un local donde tenían
una imagen de la Virgen y de San Miguel Arcángel. Yo decía, 'pues no está
mal, si también creen en la Virgen y en Dios'. Pero, poquito a poquito
se fue distorsionando mi formación católica, hasta el punto de que me
encerraba en mi cuarto y le decía a mi familia que nadie fuera a molestarme
porque iba a meditar. Me encerraba horas a escuchar meditaciones. Con el mundo
espiritual no se juega, está Dios y está el enemigo, y si no estamos con Dios
estamos con el otro. Hice muchas prácticas que no estuvieron bien, que pudieron
haber salido mal, siento que Dios me protegió de una manera especial".
Me sentía tan vacía
"Como estábamos en pandemia no
podíamos ir a misa y toda mi familia se empezó a enfriar en el tema de la fe.
Llegó un momento en el que yo también dudaba de muchas cosas de la Iglesia, por
ejemplo, de la confesión. ¿No puedo decirle mis pecados a Dios
directamente? Empecé a pensar que la Iglesia era super retrógrada y que
se había quedado en las cavernas, que no se había actualizado en este mundo
de la espiritualidad. Se me fue metiendo la Nueva Era".
"La Nueva Era lo que hace es
que te da una felicidad momentánea o salud momentánea, son como cosas
pequeñas a cambio de la luz de tu alma. El demonio dice 'te doy una
felicidad falsa, –porque no viene de Dios–, pero te quito la luz de tu alma'.
Me fui quedando muy vacía, y sin darme cuenta y de una manera tan sutil que no
podía distinguir lo que me estaba pasando".
Sofi, entonces, entró en el mundo de
las redes sociales, sobre todo en tiktok, y empezó a "hacer vídeos de todo
y de nada, o sea de cualquier tontería, y mi cuenta se empezó a hacer muy
famosa, hasta el punto de que tenía contratos con marcas que me mandaban ropa o
sus productos. El éxito que quería alcanzar para satisfacer los grandes anhelos
de mi corazón lo estaba logrando. Pero, todas las noches me las pasaba
llorando, me sentía tan vacía. No lo entendía. Si yo rezaba, meditaba,
traía cosas buenas a mi vida, tenía salud, familia, amigos... La Nueva Era te
pone vendas en los ojos".
"Hasta que un día ya no podía
más y fue como un grito de mi alma a Dios, no grité pero se sintió como si
hubiera gritado, y le dije que, si de verdad existía, hiciera algo
conmigo, porque ya no podía más. Es impresionante cómo Dios no entra a
nuestra vida si nosotros no le abrimos la puerta. Ese día le abrí una ventanita
pidiéndole ayuda y vino a transformarlo todo. Al día siguiente, mi madre me dijo
que le había llegado un mensaje sobre la Virgen con una frase que me atravesó
como un dardo en el corazón, decía: 'Vuelve a mi hijo Jesús, Él es el único que
te va a dar la verdadera felicidad'".
"Fue muy especial porque
siempre tuve un cariño especial a la Virgen, entonces empecé a investigar y, de
hecho, vi miles de testimonios que encontré en YouTube. Una de las cosas que
encontré fueron los pedidos de la Virgen de orar con el corazón, leer la
Biblia, ir a misa, confesión, ayuno... y, dije, 'voy a empezar a hacer estas
cosas'. Al principio no lo hacía con mucha convicción pero confiaba
plenamente en que la Virgen me iba a ayudar. Sentí que Ella me tomaba de la
mano y me decía 'vamos a empezar un camino, va a ser largo, va a ser difícil,
pero va a ser hermoso'".
"Empecé a entender lo que era
orar con el corazón, y volví a los sacramentos. Todo lo que nos pasa es por
algo y, un día, me invitaron a escuchar un testimonio y, al terminar, una
persona se me acercó y me dijo que por qué no abría un cenáculo de oración de
jóvenes, donde se hace lectio divina, el rezo del rosario, se canta a la
Virgen... y yo dije, 'no lo entiendo muy bien, pero si lo está pidiendo la
Virgen le digo que sí'. Le tomé una foto a la virgencita y la subí a
Instagram y puse que iba a abrir un grupo de oración, que quién se quería unir,
me contestaron tres amigas y así empezó el cenáculo de jóvenes aquí en
Guadalajara (México)".
"Hace dos años abrí la cuenta
en Instagram Mi vida en Jesús y empecé a subir tips. Quiero contar lo que he vivido
y lo que a mí me ha servido. Empecé a subir más contenido y así empezó a crecer
la cuenta. No tengo nada planeado, una vez iba en el coche y sentí una
inspiración del Espíritu Santo, aparqué y empecé a grabar y subí el vídeo.
Lo he dejado muy libre para que Dios haga lo que quiera con esto. Y si en algún
momento Dios me dice que cierre la cuenta yo la cierro en ese momento".
"Estoy
por el simple y gran hecho de que te amo y de que eres todo para mí y de que te
quiero servir, porque para eso estamos aquí. Al final de cuentas, esta vida, me ha quedado clarísimo, es un abrir y cerrar de
ojos, comparada con la vida eterna. Si estamos en este mundo es para amar a Dios,
para dejarnos amar por Él y servirlo de la manera que nos vaya indicando",
concluye Sofi.
Fuente: ReL