El Papa Francisco mira a los santos patronos de Roma: Pedro, "el pescador de Galilea a quien Jesús hizo pescador de hombres"; Pablo, "el fariseo perseguidor de la Iglesia transformado por la Gracia en evangelizador de los gentiles"
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Francisco
celebra en la basílica vaticana la solemnidad de los santos Pedro y Pablo,
patronos de Roma, durante la cual bendijo el palio de 42 arzobispos
metropolitanos nombrados en el último año: "Que sean pastores celosos que
abran las puertas del Evangelio". El Pontífice señala el ejemplo de los
dos Apóstoles y su celo evangelizador "encendido" por el encuentro
con Dios: "No a una religiosidad intimista y consoladora como nos
presentan algunos movimientos, una espiritualidad de salón".
El Papa Francisco mira a los santos
patronos de Roma: Pedro, "el pescador de Galilea a quien Jesús hizo
pescador de hombres"; Pablo, "el fariseo perseguidor de la Iglesia
transformado por la Gracia en evangelizador de los gentiles". Que su
historia, su celo apostólico, sea un ejemplo para todos, así como un acicate
para "construir una Iglesia y una sociedad de puertas abiertas", dijo
a los cerca de 5.500 fieles reunidos para la misa de la solemnidad de los dos
apóstoles en la basílica vaticana hoy, 29 de junio, lugar donde se conserva la
estatua del primer vicario de Cristo, al que millones de personas rinden
homenaje cada año.
La entrega del
palio a los arzobispos nombrados en el último año
Concelebran con el Papa 36
cardenales, 36 obispos y 400 sacerdotes. También están presentes 42 arzobispos
metropolitanos nombrados en el último año. A ellos Francisco les entrega el
palio, la vestidura litúrgica que simboliza la comunión con la Iglesia de Roma.
En comunión con Pedro y siguiendo
el ejemplo de Cristo, puerta de las ovejas, están llamados a ser pastores
diligentes, que abren las puertas del Evangelio y que, con su ministerio,
contribuyen a construir una Iglesia y una sociedad con las puertas abiertas
Una vida nueva
El concepto de apertura es el leitmotiv de
toda la homilía, que se basa en las figuras de los dos santos que hoy celebra
la ciudad de Roma: "Al encontrarse con el Señor, tuvieron una verdadera
experiencia pascual: fueron liberados y, ante ellos, se abrieron las puertas de
una vida nueva".
El Jubileo,
tiempo de gracia
Y es en la imagen de la puerta en
la que se detiene Francisco, extendiendo su mirada al Jubileo, "un tiempo
de gracia en el que abriremos la Puerta Santa, para que todos -dice- puedan
cruzar el umbral de ese santuario vivo que es Jesús y, en Él, experimentar el
amor de Dios que vigoriza la esperanza y renueva la alegría".
La sabiduría
de abrir puertas
También en la historia de Pedro y
Pablo hay puertas que se abren: la liberación de Pedro del cautiverio, en
primer lugar, en la que "Dios libera a su Iglesia, a su pueblo encadenado,
y se muestra una vez más como el Dios de la misericordia que sostiene su
camino".
Es curioso... las puertas de la
cárcel se abren por el poder del Señor, pero a Él le cuesta entrar en la casa
de la comunidad cristiana. Lo que antes era la puerta, él piensa que era un
fantasma y no la abre. Cuántas veces las comunidades no aprenden esta sabiduría
de abrir las puertas
No a una
religiosidad consoladora y a una espiritualidad de salón
Después, la "experiencia
pascual" de Pablo que, "transformado por el Resucitado en el camino
de Damasco", descubre "la gracia de la debilidad". No "una
religiosidad intimista y consoladora", la del Apóstol de los gentiles,
"como nos presentan hoy algunos movimientos en la Iglesia". Una
espiritualidad de salón", dice el Papa en una entrevista. Por el
contrario, es el encuentro con el Señor lo que "enciende" en su vida
"el celo por la evangelización".
Los dos Apóstoles Pedro y Pablo
tuvieron esta experiencia de gracia. Tocaron con sus propias manos la obra de
Dios, que les abrió las puertas de su cárcel interior y también de las cárceles
reales en las que estaban presos a causa del Evangelio
Y este es un mensaje para todos
mientras nos preparamos para abrir la Puerta Santa este año, subrayó el Papa
Francisco.
El saludo a
Bartolomé y a la delegación del Patriarcado Ecuménico
Por último,
con "afecto fraterno" saludó a la delegación del Patriarcado
Ecuménico, en Roma como es tradición para el intercambio de visitas en las
fiestas patronales, recibida ayer por la mañana en audiencia en el Vaticano:
"Gracias por haber venido a manifestar el deseo común de la plena comunión
entre nuestras Iglesias". Del Papa también un "cordial y sentido
saludo" al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, "mi
hermano, mi querido hermano".
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
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