¿Dónde tengo enraizada mi vida?
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Cómo me impresionaba ver la fuerza del viento.
Ayer hacía cimbrear de un lado para otro las ramas de los árboles de nuestro
jardín, que, lejos de quebrarse, jugaban al compás del viento.
Observando, encontraba algo en común en los
árboles: unas raíces fuertes y arraigadas que sostienen. Después, el tronco,
inamovible, que da firmeza y en cambio las ramas poseen una cierta flexibilidad
para adaptarse.
Aquello me dio mucho para orar, porque en
realidad nuestra vida también necesita estar bien arraigada en una “tierra
fuerte”; hemos de tener algo “troncal” como apoyo de nuestra existencia. Y a su
vez, necesitamos cierta flexibilidad para poder estar completos.
La “tierra firme” donde enraizar nuestra vida
es Cristo; todo lo demás, antes o después, se vuelve inconsistente. Lo troncal
e inamovible es nuestra fe, asentada en la Iglesia, que da firmeza a nuestra
vida y un sentido con miras a la eternidad. Y las ramas son nuestras
peculiaridades y dones personales, que también crecen y dan fruto al mismo
tiempo que todo el árbol completo.
Sin embargo, a veces me veo a mí misma “por las
ramas”, queriendo crecer personalmente, alargar mis ramas para dar fruto... Y
esto es bueno, menos cuando presto menos atención a la raíz y al tronco de
todas las cosas.
Así nos lo explica Cristo en la parábola de la
casa edificada sobre roca firme. Él desea que edifiquemos nuestra vida, que
crezcamos, que alberguemos a los demás en ella, y para que sea posible, solo
necesitamos construirla sobre Él que es nuestra “roca firme”. ¡Nada de lo que
nos sobrevenga podrá derribarla!
La cuestión es… ¿y cómo se cimienta la vida en
Cristo? No se puede dar una respuesta rápida... sin embargo, sí nos podemos
preguntar en qué realmente estamos enraizados, y desde ahí pedirle al Señor que
Él sea nuestra “tierra firme”.
Hoy el reto del amor es preguntarse en qué he
enraizado mi vida. Busca un rato de oración para poder hacerte esta pregunta
ante el Señor. Ahí está Él, para que tus raíces vayan extendiéndose hacia Él,
de quien reciben la fuerza y el alimento.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
16 mayo 2024
Fuente: Dominicas de Lerma