La eutanasia “es más bien un fracaso del amor, un reflejo de una ‘cultura del descarte’ en la que ‘no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar’”
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ACI Prensa |
El Papa Francisco aseguró que la
eutanasia “nunca es una fuente de esperanza ni una preocupación genuina por los
enfermos y moribundos”, en su discurso enviado al Simposio internacional
interreligioso sobre cuidados paliativos, que se realiza en Toronto (Canadá)
del 21 al 23 de mayo, bajo el lema “Hacia una narración de esperanza”.
“Es la esperanza la que nos da la
fuerza para afrontar los interrogantes que nos plantean los retos, las
dificultades y las preocupaciones de la vida. Esto es aún más cierto cuando nos
enfrentamos a una enfermedad grave o al final de la vida”, indicó el Santo
Padre a los participantes del evento, patrocinado por la Pontificia Academia
para la Vida y la Conferencia Episcopal Canadiense.
El Papa Francisco destacó que
aquellos “que han experimentado la incertidumbre que suele acompañar a la
enfermedad y a la muerte necesitan el testimonio de esperanza que les dan
quienes les cuidan y permanecen a su lado”.
“En este sentido, los cuidados
paliativos, mientras tratan de aliviar en la medida de lo posible la carga del
sufrimiento, son ante todo un signo concreto de cercanía y solidaridad con
nuestros hermanos y hermanas que sufren”, dijo.
La falsa compasión de la eutanasia
En su discurso, el Santo Padre
señaló que “los verdaderos cuidados paliativos son radicalmente diferentes de
la eutanasia”.
La eutanasia, denunció el Santo
Padre recordando una cita de su encíclica Fratelli tutti, “es más bien un
fracaso del amor, un reflejo de una ‘cultura del descarte’ en la que ‘no se
considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar’”.
De hecho, continuó, “la eutanasia
se presenta a menudo falsamente como una forma de compasión. En cambio, la
‘compasión’ —que significa ‘sufrir con’— no implica una acción intencionada
para acabar con una vida, sino más bien la voluntad de compartir la carga de
las personas que se enfrentan a la última parte de nuestro peregrinaje
terrenal”.
El Papa Francisco y los cuidados
paliativos
El Santo Padre subrayó luego que
“los cuidados paliativos, por otra parte, son una forma genuina de compasión
porque responden al sufrimiento —ya sea físico, emocional, psicológico o
espiritual— afirmando la dignidad fundamental e inviolable de cada persona,
especialmente de los moribundos, y ayudándoles a aceptar el momento inevitable
del paso de esta vida a la vida eterna”.
“En esta perspectiva, nuestras
convicciones religiosas ofrecen una comprensión más profunda de la enfermedad,
el sufrimiento y la muerte, considerándolos parte del misterio de la Divina
Providencia y, por lo que respecta a la tradición cristiana, un medio para
alcanzar la santificación”, agregó.
Al mismo tiempo, “la labor
compasiva y el respeto mostrados por el personal médico y los trabajadores
sanitarios especializados han conseguido a menudo que las personas al final de
sus vidas encuentren consuelo espiritual, esperanza y reconciliación con Dios,
sus familiares y amigos”, destacó el Papa, precisando lo “esencial” de su
servicio para mostrar a enfermos y moribundos que “no están aislados ni solos”
y que “siguen siendo intrínsecamente preciosos a los ojos de Dios”.
Para concluir, el Papa Francisco
animó a todos a “promover los cuidados paliativos para los más vulnerables de
nuestros hermanos y hermanas” y a “dar esperanza a las personas que se
encuentran al final de su vida y favorecer la construcción de una sociedad más
justa y fraterna”.
Por Walter Sánchez Silva
Fuente: ACI Prensa