A principios del siglo XX, los católicos africanos eran el 1% de los católicos del mundo. Hoy son el 16% y se espera que para 2050 constituyan ya el 32%
ReL |
En parte se explica por su natalidad: el 60% de la población africana tiene menos de 25
años. Pero también por su fe.
Mientras en Occidente los seminarios se vacían, en África no dan abasto con las
vocaciones. En 1960 había 2087 seminaristas, hoy se han multiplicado por más de
diez.
Es así como África suma ya 236 millones de católicos, aunque,
según explicó el sociólogo Rodney Stark, la cifra es
mucho mayor que la ofrecida por compañía demoscópicas como Gallup. Lo atribuye
a que el desbordamiento
de fieles es de tal magnitud que los sacerdotes, sobrepasados con su trabajo pastoral,
desatienden los archivos.
Iglesia que crece,
Iglesia perseguida
Son cifras y análisis que provienen del dossier especial
que ha consagrado el mensual católico italiano Il Timone en su número de
abril. Donde se señala que lo paradójico (o lo natural, según se mire) es que
esta Iglesia en franco crecimiento está siendo sometida a un ataque martirial inmisericorde,
lo que no hace sino alimentar el "ardor de su fe".
África ha sustituido a Oriente Medio como centro del terrorismo islámico.
Ha habido una auténtica "avalancha
yihadista", sobre todo en el Sahel, donde se producen la mitad de sus
víctimas. Los muertos se han multiplicado por 30 desde 2007 y ahora hay una
veintena de países afectados, empezando a verse afectados también el Congo y
Uganda.
Según el Global Terrorism Index, en 2023 las muertes por
terrorismo en el mundo, más de ocho mil, crecieron un 22%, siendo Estado Islámico el
principal responsable, con una quinta parte de los muertos, seguidos de
Hamás y otros dos grupos islámicos. Toda una ofensiva cuya finalidad principal
es imponer la sharia,
y para ello el principal obstáculo es la población cristiana. Están empezando a
golpear con seriedad en el Congo y en Uganda.
Es una Iglesia mártir. En Nigeria se cuentan un mínimo de 4000 cristianos asesinados en 2023, y sin embargo es el país del planeta donde los católicos van a misa en mayor porcentaje, un 94% inconcebible en Europa. Cuantas más amenazas reciben, más fe demuestran. A pesar de las matanzas de Boko Haram, en dicho país el padre Ejike Mbaka reúne cada jueves a 40.000 personas, en su mayoría jóvenes, que pasan toda la noche en Adoración al Santísimo. Del mismo modo, en Burkina Faso, donde desde 2015 han sido asesinados 20.000 cristianos, "la fe ha crecido porque los católicos han aceptado que pueden morir", según el obispo Justin Kientega de Ouahigouya.
Ofensiva globalista por
la colonización ideológica
¿Y por qué esta religiosidad tan profunda y este coraje? Según el
cardenal Wilfrid Fox
Napier, arzobispo emérito de Durban (Suráfrica), la colonización ideológica
proveniente de las instituciones globalistas, que está siendo muy intensa en
los ámbitos científico, económico, académico y social, aún no hace mella en el ámbito
cultural y religioso, que reposa en buena medida sobre las viejas
generaciones, más conservadoras.
El purpurado surafricano propone a Nigeria y Kenia, ambas donde la Iglesia ejerce un potente
liderazgo y goza con un alto nivel de asistencia a la iglesia y de vida
cristiana, como modelo para todo el continente. Otros países de África deben
"seguir su ejemplo de dar
testimonio abiertamente del poder del Evangelio y de la fe que lo
inspira".
Eso se traduce en un fenómeno "prometedor", a saber,
"jóvenes sacerdotes y religiosos africanos voluntarios para servir a la Iglesia en Europa y en Occidente",
cada vez más territorios de misión. Y "los misioneros más eficaces para
enseñar y ser modelos de cómo vivir el Evangelio son aquellos para quienes la
fe en Dios es fruto de una verdadera experiencia de la necesidad de Dios. ¡Creo que en África hay
más personas así que en cualquier otro lugar!", concluye Napier.
Dios, no el hombre, en
el centro
Es lo que señala precisamente un sacerdote nigeriano, Bonifacio Duru, de la diócesis
de Orlu (Imo, Nigeria), destinado en Italia que y por tanto conoce los dos
mundos. Considera que "África tiene fuerza para hacer avanzar la
Iglesia" ante una Europa cansada y con las vocaciones en proceso de
extinción: "Si no hay
vocaciones, ¿cómo puede avanzar la Iglesia? La Iglesia crece con las
vocaciones, y en África las hay".
¿Y por qué las hay? Porque los pueblos africanos siguen siendo muy
religiosos, y "la raíz de
la vida cristiana debe ser Dios, no el hombre". Europa, sin embargo,
"ha puesto al hombre en el centro, más que a Dios". Entonces el
hombre se cree tan libre "que cree que puede hacer todo lo que
quiera".
En África no es así, remata Duro: "En África, Dios está en el centro de la vida, de la cotidianidad, de todo... El hombre que se cree libre considera el comportamiento religioso como algo primitivo, como una limitación de su libertad. Debemos volver a poner a Dios en su lugar, en el centro".
C. L.