«Mi secreto, mi gran secreto, es rezar». Así lo asegura la hermana Inah Canabarro Lucas, quien, a sus 115 años, es la monja más anciana del mundo. «Rezo el rosario todos los días por todas las personas del mundo entero».
Hna. Inah. Dominio público |
Para la
coordinadora de la casa, la hermana Lúcia Ignez Bassotto, la hermana Inah
siempre está «volcada hacia los demás y no centrada en sí misma». Es «una
persona tan resiliente, no exige nada, agradece todo, cree que todo está bien,
tiene una enorme admiración por la congregación, por la compañía. Ella reza por
todo el mundo, se preocupa por todos».
«Realmente
su vida es ejemplar», continuó la hermana Lúcia, quien conoce a Inah desde su
juventud cuando fue su alumna en Santana do Livramento (RS).
Otra
característica de la hermana Inah es querer estar siempre activa. Aún hoy
participa en las oraciones comunitarias, le gusta pasear por el jardín y estar
con las hermanas.
Lúcia contó
que hace unos 15 días la salud de la hermana Inah ha disminuido un poco, pero
en los días en que está bien, habla mucho y es bromista. Hasta hace poco,
continuó, Inah «pintaba servilletas, pintaba tarjetas, hacía muchas cosas.
Cuando no tenía nada que hacer, tomaba una baraja de cartas y jugaba. Si no
había nadie para jugar con ella, jugaba sola. Muy divertida».
Inah
Canabarro Lucas nació en el municipio de São Francisco de Assis, en el interior
de Rio Grande do Sul, el 27 de mayo de 1908, la penúltima de siete hermanos. Es
bisnieta del general David Canabarro, uno de los principales líderes de la
Revolución Farroupilha (1835-1845) en Rio Grande do Sul.
Cuando era
niña, uno de sus hermanos le dijo a su madre que Inah podría estudiar en un
colegio de monjas que tenían en su ciudad. Inah entonces preguntó: «¿Qué son
monjas?». La madre respondió que eran mujeres que se dedicaban a rezar a Dios,
y ella dijo: «Voy a ser monja».
Inah estudió
en el colegio de las monjas y, a los 19 años, hizo su noviciado con las
Hermanas Teresianas en Montevideo, Uruguay.
A lo largo
de más de un siglo, ha pasado por muchos cambios en el mundo y en la Iglesia.
La monja vivió las dos guerras mundiales y diez papas. En el año en que nació,
era papa San Pío X.
«La tía
Inah, desde muy pequeña era muy delgadita», dijo a ACI Digital el sobrino de la
monja, Kléber Canabarro Lucas, de 83 años. Debido a su apariencia frágil, todos
pensaban que no viviría mucho. «Resultado: aquí está a los 115 años y el resto
de la pandilla ya se fue», dijo Lucas.
Muchas de
las hermanas que actualmente viven en la Casa Provincial de Porto Alegre (RS)
fueron alumnas de la hermana Inah o cuentan historias sobre cómo Inah las ayudó
a descubrir su propia vocación. Este es el caso de la hermana Velmira
Piotrovski, de 83 años. Ella es de familia polaca, pero nació en Iraí (RS). En
1961, la hermana Inah fue a visitar la ciudad. Velmira contó que cuando vio a
la monja, con su hábito negro, sintió una voz que le decía: «Tú serás así».
Sister Inah
es una de las pocas monjas de su congregación que todavía usa el hábito. Según
las hermanas de su comunidad, desde el Concilio Vaticano II (1963-1965) el uso
del hábito es opcional, cada una puede decidir usarlo o no.
Fuente: ACiDigital/InfoCatólica