Las procesiones son uno de los elementos más característicos de la Semana Santa española que consigue reunir a miles de personas cada año
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Si bien elegir la «mejor» procesión es un deporte de riego, ya que para gustos los colores, te invitamos a descubrir un recorrido por varias de las más emblemáticas procesiones de nuestro país.
La Madrugá de Sevilla
La
ciudad de la Semana Santa por excelencia. Una semana marcada en rojo en el
calendario de los hispalenses desde meses antes. Seis hermandades
realizan su estación de penitencia durante la noche del Jueves Santo
al Viernes Santo. Las hermandades de la Macarena, el Gran
Poder, la Esperanza de Triana o los Gitanos son
algunas de las procesiones que salen a la calle durante La Madrugá. Una noche
donde miles de personas se concentran en la calle haciendo largas horas de
espera para ver pasar a la Virgen y al Cristo. Saetas cantadas
desde los balcones y muchas «petalás» hacen de esta noche una velada de
pasión y folclore.
Cristo
de la Buena Muerte en Málaga
Andalucía
lleva la Semana Santa por bandera. El Cristo de Mena es la
procesión con más sentimiento de Málaga y unas de las más esperadas y visitadas
cada año. A las 10 de la mañana del Jueves Santo, la Legión llega
a puerto y se produce el desembarco para trasladar al Cristo de la Buena Muerte
hasta su trono procesional. Ellos son los responsables de llevarlo a hombros
hasta la entrada de la iglesia de Santo Domingo, cantando a ritmo de «El
novio de la muerte».
Procesión
General de la Sagrada Pasión del Redentor en Valladolid
De
entre todas las procesiones de Valladolid, destaca la Procesión General de la
Sagrada Pasión del Redentor, que tiene lugar el Viernes Santo. La ciudad se
convierte en un museo al aire libre. Pues, sus calles se llenan de
gente para acoger a las 19:30 horas la procesión de la Sagrada Pasión del
Redentor. Esta procesión representa en su totalidad la Pasión y Muerte de
Jesús, donde participan 20 cofradías con sus principales imágenes devocionales.
Bajo un silencio sobrio y absoluto, sólo la música de los tambores, las
cornetas y las dulzainas acompañan a los pasos, algunos de ellos del siglo XVI.
Procesión
del Cristo de los Gitanos (Granada)
Una de
las procesiones más aclamadas y sentidas en Granada. Desde la noche de Miércoles
Santo hasta el amanecer del Jueves Santo, la procesión de los Gitanos
recorre las calles de Sacromonte, el barrio de Albaicín. El momento culmen
llega cuando los costaleros comienzan a recoger la procesión, subiendo al Sacromonte,
donde el cristo es acompañado en todo momento por saetas, bailes y hogueras.
Sin duda, uno de los momentos más mágicos de la Semana Santa granadina en una
noche de pasión y arte.
La
«rompida» de la Calanda
Los
tambores de Calanda, otra de las procesiones más destacadas de nuestro país.
Esta tradición conmemora un hecho histórico que se remonta al año 1127,
cuando la ciudad se encontraba bajo la amenaza de una incursión árabe. La
leyenda cuenta que, mientras los cristianos celebraban la Semana Santa, un
pastor divisó desde los montes la llega de los árabes y comenzó a tocar un
pandero alertando a la población del peligro dándoles tiempo a refugiarse y
enconderse.
Minutos
previos a las 12 de la mañana en la plaza del Reloj de la Torre del
Pilar, reina un silencio absoluto. Una vez señaladas las 12 del mediodía,
la hora queda rota y el estruendo de todos los tambores retumba por todo el
municipio turolense durante más de 24 horas.
Procesión
de las Capas Pardas (Zamora)
Un
silencio que se extiende por todo el casco antiguo durante el recorrido de la
procesión de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Amparo,
conocido como las Capas Pardas. Durante la noche del Miércoles Santo se celebra
la procesión más esperada de la Semana Santa de Zamora.
Los
pasos procesionales de Zamora destacan por su sencillez y austeridad. Una
Semana Santa única para aquellos amantes de la autenticidad y la
tradición que hacen de Zamora una ciudad donde se mantiene las costumbres
y los ritos.
A las
12 de la noche el Cristo del Amparo sale de la iglesia de San
Claudio de Olivares. Durante la procesión, los cofrades en silencio y con una
música fúnebre acompañan al Cristo. La atmósfera sepulcral destaca gracias al
alumbrado de los faroles que sujetan los cofrades portando la
típica capa parda alistana. El punto álgido llega al regresar a la
iglesia de San Claudio de Olivares donde el canto del Miserere estremece a los
presentes, despidiendo así el Miércoles Santo zamorano.
Las
turbas de Cuenca
Las
turbas de Cuenca, o procesión del Camino del Calvario, sin duda, es el
principal reclamo turístico de la Pasión de Cuenca. Su origen se remonta a
1616, en una procesión que empieza a las 5:30 de la mañana del Viernes
Santo. Consigue congregar a miles de personas cada año y su nombre
hace referencia a los clarines y tambores que simbolizan las burlas que
recibió Jesús en su camino a la cruz. Durante su recorrido, los cofrades van
acompañados de momentos de silencio y momentos de «palilladas», el ruido
provocado al chocar las dos baquetas entre sí. Destaca, una vez más, el canto
del Miserere en la escalinata de la iglesia de San Felipe Neri.
Paula Ruiz Ariño
Fuente: El Debate