Poco después de
ordenarse en 1970, Rafael Marco fue enviado a Benín hasta que en 2010 se
trasladó a Níger: ya es más de medio siglo el que lleva como misionero en
África.
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P. Rafael Marco. Dominio público |
Por elevada que parezca esta cifra, es irrisoria en comparación a las de otros países como Nigeria, el país con más riesgo de contraer la Onconcercosis, uno de los principales responsables de ceguera y otros problemas de visión.
Se calcula que en el país centroafricano, hasta 47 millones de
personas están en riesgo de contraer esta dolencia y 7 millones no ven. Entre
otros síntomas y problemas de la Oncocercosis, el bajo rendimiento escolar, la mayor tasa
de abandono académico debido a la picazón o la falta de sueño junto son
especialmente sufridas por los jóvenes del país.
Los
responsables de la oncocercosis son una larva, la Onchoccerca volvulus, y la
mosca negra, su principal "vehículo".
Tal
y como explicó Billy Kunyu Shako, investigador y buen conocedor de la materia
en Kinshasha, el gusano es conocido como onchocerca volvulus y
"vive en la piel del ser humano a donde llega a través de la mosca negra o simulie.
El insecto aspira la
sangre de una persona enferma y se lleva también consigo la larva en
su fase 1. En el interior de la mosca se desarrolla y alcanza el estadio 3.
Cuando el animal pica a otra persona le transmite el parásito, que ya se
convierte en adulto en su huésped humano, donde se reproduce y comienza a
producir nuevos embriones".
Los
produce a millones. Y de hecho, las infecciones en la piel o el daño de los
ojos, entre otros síntomas, son la consecuencia de la muerte de millones de estas larvas de
forma simultánea.
Precisamente
en Níger se encuentra combatiendo esta dolencia y otras relacionadas el
misionero Rafael Marco
Casamayor.
Miembro
de la Sociedad de Misiones
Africanas, lleva más de medio siglo en África difundiendo el Evangelio y
combatiendo la enfermedad y la pobreza.
"A nada que notan cariño, se
abren"
Actualmente
se encuentra en Dosso, poco después de haber residido en Gaya (ambas en Níger),
donde fundó el Centro de
Iniciativas y Ayuda Social (CIES) para acoger y formar a niños ciegos
y que ahora está tratando de replicar en su nuevo destino.
"Descubrí que hay muchos niños
ciegos en toda la región, sobre todo por oncocercosis, y que muchos
son una vergüenza para la familia, una maldición; por eso, los esconden y
encierran en casa, los privan de toda vida social que no sea pedir limosna por
las calles", relataba el misionero.
Allí
alquiló una amplia casa que fue equipando poco a poco, primero con mesas,
sillas, literas, vajilla, cocina… Después "se organizaron cursos de lectura y escritura
Braille, ejercicios de orientación, juegos para invidentes, aprendizaje de
instrumentos musicales… todo un laboratorio que se fue montando a lo largo del
curso pasado, tanto para los niños como para nosotros, monitores y fundadores,
que íbamos descubriendo un
mundo nuevo que nos llenaba de ilusión, a unos aprendiendo y a otros
contemplando sus emociones".
Por
ello, explicaba hace unas horas el misionero a El periódico de
Aragón, "a
nada que notan algo de cariño, se te abren. Ver cómo juegan, se divierten entre
ellos... Es algo que les cambia la vida totalmente".
En
Dosso, además, varios de los niños no podían asistir regularmente a las clases
por la lejanía con sus casas. Por ello, la misión de Marco les facilita
transporte y comida para que puedan pasar el día en la escuela.
Admite
que actualmente no sabe cuánto tiempo estará el religioso al frente de esta
labor, pero si asegura su voluntad de que "cuando no esté, esto funcione".
Para
ello ha erigido una fundación, Sádaba con Dosso, con la que ha recaudado hasta 4.000 euros
en solo un mes, entre los vecinos de su localidad de nacimiento, Sádaba.
"La
generosidad de la gente del pueblo es extraordinaria. Además, yo no les pedí
nada, salió de algunos vecinos como Antonio Acín o Charo Causín. Vamos a
readaptar la casa para ellos y funcionaremos como asociación independiente,
reconocida por el Estado, confiesa Marco.
J. M. C.
Fuente: ReL