La inteligencia artificial «está modificando radicalmente la información», alerta en el mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
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Imagen deepfake del Papa Francisco creada con inteligencia artificial. Foto: Instagram antifallen. Dominio público |
En el día en que se celebra a san Francisco de Sales, patrono de los
periodistas, la Santa Sede ha hecho público su mensaje para la Jornada Mundial
de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el 12 de mayo. El mensaje
tiene como título Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: para una comunicación
plenamente humana.
«Renuevo mi llamamiento» a que la
comunidad de naciones trabaje «unida para adoptar un tratado internacional
vinculante», se lee en el texto. Pide que «regule el desarrollo y el uso de la
inteligencia artificial en sus múltiples formas». Aunque, «como en cualquier
ámbito humano, la sola reglamentación no es suficiente», reconoce el Santo
Padre, según recoge EFE.
«La difusión acelerada de
sorprendentes inventos, cuyo funcionamiento y potencial son indescifrables para
la mayoría de nosotros, suscita un asombro que oscila entre el entusiasmo y la
desorientación», reflexiona. Entre ellos, destaca la inteligencia artificial,
cuyo impacto se nota en muchos ámbitos. «También está modificando radicalmente
la información y la comunicación y, a través de ellas, algunos de los
fundamentos de la convivencia civil», señala.
Conocimiento y falsificaciones
El Pontífice aplaude el hecho de que
«los sistemas de inteligencia artificial pueden contribuir al proceso de
liberación de la ignorancia y facilitar el intercambio de información entre
pueblos y generaciones». También «hacer accesible y comprensible una enorme
riqueza de conocimientos» de otras épocas o facilitar que «las personas se
comuniquen en lenguas que no conocen».
Sin embargo, también existen
peligros. Las herramientas de inteligencia artificial «pueden ser instrumentos
de contaminación cognitiva, de alteración de la realidad a través de narrativas
parcial o totalmente falsas que se creen y se comparten como si fueran
verdaderas». Francisco alerta de que, junto a la difusión de noticias falsas,
estos programas se pueden utilizar para generar deepfakes,
«imágenes que parecen perfectamente verosímiles pero que son falsas» o bien
audios «que utilizan la voz de una persona para decir cosas que nunca ha
dicho». Y recuerda: «Yo mismo he sido objeto de ello».
Por ello, el Pontífice afirma que
«es necesario actuar preventivamente, proponiendo modelos de regulación ética
para frenar las implicaciones nocivas y discriminatorias, socialmente injustas,
de los sistemas de inteligencia artificial». Deben intentarse además
«contrarrestar su uso en la reducción del pluralismo, la polarización de la
opinión pública o la construcción de un pensamiento único». En este sentido,
apunta que con la IA, «en lugar de aumentar el pluralismo de la información»,
es posible llegar a «perdernos en un pantano desconocido, al servicio de los intereses
del mercado o del poder».
Personas reducidas a datos
Entre los otros riesgos, más
abstractos, de la inteligencia artificial, el Santo Padre señala «que todo se
transforme en un cálculo abstracto, que reduzca las personas a meros datos, el
pensamiento a un esquema, la experiencia a un caso, el bien a un beneficio». Y,
sobre todo, señala el peligro de que «acabemos negando la unicidad de cada
persona y de su historia, disolviendo la concreción de la realidad en una serie
de estadísticas».
«Es inaceptable que el uso de la
inteligencia artificial conduzca a un pensamiento anónimo, a un ensamblaje de
datos no certificados, a una negligencia colectiva de responsabilidad
editorial», asevera. Otro de los peligros que enumera sobre la IA es cómo las
campañas de desinformación contribuyen a combatir una «guerra paralela». Esta
idea enlaza con el mensaje de Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, que
también dedicó a la inteligencia artificial. La coincidencia de ambos en algo
más de un mes subraya la preocupación que este asunto le genera.
Fuente: Alfa y Omega