Yih Teen Lee es un prestigioso profesor en la escuela de negocios IESE en Barcelona, que ha contado cómo llegó al catolicismo desde su origen en una familia budista de Taiwán y su paso por grupos de cristianos evangélicos.
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Yih-Teen Lee, es taiwanés, profesor del IESE en Barcelona Dominio público |
Ha
contado su itinerario de
fe con cierto detalle, conectándose desde Taiwán, con 9 horas de
desfase y algún problema técnico, con las Jornadas de Cuestiones Pastorales
de Castelldaura, que cada año organiza el Centro sacerdotal
Rosselló, ligado al Opus Dei, a las que acuden sacerdotes diocesanos. El tema
de este año (16 y 17 de enero) fue "Testimonios:
relatos de llamada y conversión".
Del budismo en Taiwán a evangélico en
Suiza
Yih
Teen Lee nació en Taiwán en una familia de tradición budista, por padres y
abuelos. Sin embargo, eran
budistas en sus prácticas y tradiciones, pero él nunca estudió el budismo,
sus doctrinas y explicaciones. Aunque de joven ya tenía inquietudes espirituales, nunca investigó mucho
esos temas. Disfrutó creciendo en "una familia estable, con padre, madre y
mucho amor".
A
los 28 años llegó a Europa, a Laussane (Suiza) para hacer estudios doctorales.
Allí les influyeron dos cosas. Por un lado, conoció a una familia amiga de Taiwán en Suiza, que era muy católica.
"Les acompañé a misa bastantes veces", detalla.
"También
había un grupo de estudiantes
chinos evangélicos, protestantes, que cada sábado se reunían y leían
la Biblia. Yo iba con ellos, y fueron una influencia importante".
De
hecho, fue su esposa la que le animó a ir a esa reunión de jóvenes evangélicos,
para que no se obsesionara o desanimara en sus estudios. Yih Teen Lee empezó a ir por curiosidad
cultural, "porque mi trabajo consiste en investigar la cultura.
Veía que la fe cristiana era elemento importante de la cultura europea y quería
entenderlo intelectualmente. Pero luego tuve dificultades personales en mi
doctorado. Mi
investigación pasó de la curiosidad a la necesidad personal".
Como
científico y estudioso exigente, Yih Teen Lee no quería "creer por creer", necesitaba
convencerse, entender. Pero un predicador en el grupo evangélico dijo que Dios da su gracia a quien está en
situaciones difíciles. "Me dije: yo estoy en un punto difícil. Le daré a Dios una oportunidad,
sin pensármelo mucho". Y se bautizó poco después, como cristiano
evangélico.
Buenos ejemplos en Barcelona, un cura acogedor
"Cuando
llegué a Barcelona, al IESE, sabía
algo de la fe católica, pero no de forma profunda. En el trato con mis
colegas del IESE, muy católicos y numerarios del Opus Dei, que conocían mucho
la fe, desarrollamos una
amistad muy fuerte. Empecé a ir a misa cada sábado al IESE",
detalla.
El sacerdote norteamericano John
Twist, del IESE, fue con quien empezó a tratarse más, al principio
porque hablaba inglés, luego para conocer más de la fe. Quedaban cada semana y
le explicó la doctrina de
forma sistemática por primera vez. "En John Twist vi una persona
de fe, con mucho amor hacia los demás. La conversión incluye el conocimiento
intelectual, pero hay otra parte que es de corazón, que se dio en ese proceso
de reuniones con el padre Twist", detalla.
Además,
el taiwanés miraba a su alrededor y veía ejemplos de comportamientos católicos.
Veía que los creyentes
eran distintos a otros colegas, "como si tuvieran una luz
dentro". En Barcelona conocía también algunos protestantes que se
declaraban cristianos, pero "no lo reflejaban en su comportamiento".
Por
otra parte, siendo un apasionado de su trabajo, le gustó el carisma del Opus Dei de santificarse a través
del trabajo. "En los principios del Opus Dei encontré mucha
compatibilidad con mi formación en Asia, el compromiso ético, la santidad, al
leerlo me sentí muy cómodo, no sentí ninguna resistencia".
Así,
3 años después de llegar a Barcelona, en 2009, dio el paso, pasar de
protestante a católico.
La vida como católico
"Seguí
aprendiendo, acudí a ciclos organizados por centros del Opus Dei, fui a retiros mensuales y
anuales, y hoy soy colaborador del Opus Dei. Antes de dar cada clase,
rezo en la capilla del IESE, a veces incluso en el aula (en cada aula hay una
cruz)", detalla.
También
intenta evangelizar dando charlas
a visitantes en la basílica de la Sagrada Familia. Las charlas son sobre
liderazgo, pero enseguida relaciona a Gaudí (en proceso de beatificación) con
la fe cristiana. "Yo desde la fe puedo vincular esos dos mundos",
dice.
Su
familia amiga de Suiza se alegró mucho con su paso al catolicismo, y se trata
mucho con ellos, como hermanos de fe. "Mi padre no distingue entre católicos y protestantes",
comenta con cierto humor. Pero está contento de poder decir que, a raíz de su
opción católica, "no ha habido críticas en mi entorno".
Cuando
está en Taiwán acude a una
pequeña iglesia católica. Los católicos son pocos en este país, pero
bastante activos. "Mi esposa, también de familia budista, está muy abierta
a aprender. A veces asiste a misa. Ahora ella trabaja en Roma, visitamos muchas iglesias allí y
cuando voy a misa a Roma me acompaña", añade.
En
Asia, señala, es muy importante el sentido de grupo, "el tener compañeros de fe".
Las culturas son más colectivistas. "Para mí el grupo evangélico fue muy
importante, si hay un grupo impacta más en el corazón de la persona",
señala a los sacerdotes reunidos en el encuentro.
P. J. G.
Fuente: ReL