San Juan Pablo II señaló a San Juan Bautista como el principal ejemplo para todos los catequistas, señalando el camino hacia el Mesías
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A veces, San Juan Bautista puede resultar intimidante, ya que
vivió una vida radical en el desierto, llamando con valentía a todas las
personas al arrepentimiento.
Sin embargo, San Juan Pablo II lo señaló como ejemplo para todos
los catequistas, explicando su pensamiento sobre el Jubileo de
los Catequistas del año 2000 :
¿Qué figura podría ser más apropiada para vuestro
jubileo que la de Juan Bautista, queridos catequistas y profesores de religión
católica?... En el Bautista estáis redescubriendo hoy los rasgos
fundamentales de vuestro servicio eclesial. Al tomarlo como
modelo , os anima a examinar la misión que os ha confiado la
Iglesia.
Enderezando los caminos del Señor
Una de las principales formas en que un catequista puede imitar a
San Juan Bautista es señalar a la gente hacia Cristo :
Como Juan Bautista, también el catequista está
llamado a señalar a Jesús como el Mesías esperado, el Cristo. Su tarea es
invitar a los hombres a fijar la mirada en Jesús y a seguirlo, porque sólo
Jesús es el Maestro, el Señor y el Salvador. Como el Precursor, es
Cristo y no él mismo a quien el catequista debe poner de relieve. Todo
debe dirigirse a él: a su venida, a su presencia, a su misterio.
Los catequistas también están llamados a encontrarse con las
personas a las que enseñan, mostrándoles cómo la fe puede integrarse en su vida
diaria:
San Lucas habla de “caminos que hay que
enderezar”, de “valles que llenar”, de “montañas” y “collados que hay que
abatir” para que toda carne pueda ver la salvación de Dios (cf. Lc 3, 4- 6). Estos
“valles por llenar” nos hacen pensar en la brecha que se observa en algunas
personas entre la fe que profesan y la vida cotidiana que llevan : el
Concilio consideró esta dicotomía como “uno de los errores más graves de
nuestro tiempo” ( Gaudium et
spes , n.43).
Por último, pero no menos importante, un catequista debe imitar el
compromiso de San Juan Bautista de vivir el Evangelio en su propia vida:
En el Bautista estáis redescubriendo hoy los rasgos
fundamentales de vuestro servicio eclesial. Al tomarlo como
modelo, os anima a examinar la misión que os ha confiado la Iglesia. ¿Quién es
Juan el Bautista? Es, ante todo, un creyente comprometido personalmente en
un exigente
camino espiritual, consistente en la escucha atenta y
constante de la Palabra
de salvación. También da testimonio de un modo de vida
desapegado y pobre; muestra gran valentía al anunciar a todos la
voluntad de Dios, incluso hasta sus últimas
consecuencias.
San Juan
Bautista es ciertamente una figura imponente, pero su vida puede inspirar a
todos los catequistas a tomar en serio su misión y proclamar el Evangelio con
todas sus fuerzas.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia