Chiara Castellani, médico misionera en la República Democrática del Congo, pudo construir esta capilla para los enfermos del centro donde trabaja
Dominio público |
Así lo ha
explicado a los medios vaticanos, Chiara Castellani,
médico misionera en la República Democrática del Congo, que pudo hacer
construir la capilla de San Judas Apóstol para los enfermos del hospital donde
trabaja.
Esta
misionera laica italiana, trabaja desde hace más de 30 años en el hospital
católico de Kimbau, diócesis de Kenge, en la República Democrática del Congo. Gracias a la ayuda del Cardenal Konrad
Krajewski, Prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, con el apoyo
del entonces Nuncio Apostólico en Kinshasa, Monseñor Ettore Balestrero, y la
aprobación del Obispo de Kenge, Monseñor Jean-Pierre Kwambamba Masi, Chiara
pudo hacer construir, a tiempo para Navidad, la Capilla de San Judas Apóstol
para sus enfermos y los cristianos de esta remota zona de África.
Rezar
cantando y bailando
Hasta ahora, las misas se celebraban al aire libre, a menudo bajo la lluvia. La fiesta de Navidad en Kimbau se ha convertido así en una doble celebración para todos. "Cuando llegué a Kimbau, hace casi 33 años, estábamos invadidos por las sectas. Había muy pocos católicos. Ver la pequeña iglesia de San Judas tan llena durante dos días que la gente no podía entrar, nos dio esperanza para seguir creciendo como Iglesia local y seguir respondiendo a esta necesidad de rezar.
Pero
rezar cantando y bailando como Dios se merece. Ayer, el presidente de la junta
parroquial decía que si el número de fieles sigue creciendo, la pequeña iglesia
corre el riesgo de quedarse pequeña. Pero de momento, nos apretamos. La pequeña
iglesia se llena incluso entre semana: la apuesta de dar respuesta a la
necesidad de rezar de los enfermos parece ganada. Y si los fieles son
numerosos, podemos contar con los fondos de las ofrendas para continuar la obra
que falta".
Chiara
recuerda la contribución gratuita de muchas personas del lugar que hicieron
posible la construcción de la Capilla. Este año ha sido una Navidad alegre para
los enfermos de Kimbau, a pesar de los muchos problemas que siguen existiendo.
Pero ahora hay una esperanza más: que no sean olvidados por vivir en la pobreza
en un lugar remoto del continente africano.
Fuente: ECCLESIA