Además esta oración mariana se ha meditado en numerosos países de Hispanoamérica, como en Estados Unidos, México, Colombia, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Venezuela, Bolivia y Paraguay
Crédito: ACI Prensa |
Grupos más o
menos numerosos se han reunido en las calles y las plazas de España, si bien la
convocatoria en Madrid ha sido especialmente nutrida, pues a ella han acudido
cerca de medio millar de personas.
Además esta
oración mariana se ha meditado en numerosos países de Hispanoamérica, como en Estados Unidos,
México, Colombia, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Perú, Chile, Argentina,
Uruguay, Venezuela, Bolivia y Paraguay.
Unos minutos
antes de comenzar el rezo del Rosario en Madrid, los voluntarios organizadores
han dispuesto un improvisado altar ataviado con banderas de España en las que
se podía ver el Sagrado Corazón de Jesús y una imagen de la Inmaculada.
Sobre él, una
talla de la Virgen María custodiada por dos velones. Tras la imagen, dos
mujeres sostenían otra bandera con los Sagrados Corazones de Jesús, María y
José. A un costado, un joven elevaba por encima de la multitud congregada un
Crucifijo.
Misterios
gozosos en el Rosario por España
Antes de
desgranar las Avemarías correspondientes a los misterios gozosos del Rosario
—elegidos por ser el día de la Inmaculada a pesar de ser viernes, cuando es
habitual meditar los de dolor— se ha leído el manifiesto redactado para la
ocasión.
En él,
como ya se adelantó el pasado martes, se recordó que “la
nación española se encuentra en una encrucijada” que se traduce en una “quiebra
moral y espiritual”. Esto es debido, entre otras razones, a que “la oligarquía
partitocrática gobernante ha olvidado, en la mayoría de las ocasiones, la
función de toda forma de gobierno justa: buscar el bien común”. Ante ello, se
subrayó que “es crucial el papel que debemos desempeñar los laicos” y se
recordó que “el arma más potente que puede tener un siervo de Dios”.
Tras cada
misterio, se rezaron con devoción las oraciones habituales y la jaculatoria que
se repite desde que se convocaron estas manifestaciones públicas de fe: “Madre
de Dios y Madre Nuestra, Salva a España y al mundo entero”.
Consagración a
la Virgen María
Al concluir las Letanías Lauretanas, a las que se añadieron las advocaciones “Reina de la Victoria” y “Reina de España”, se entonó el canto Salve Regina, que los presentes secundaron con devoción.
Esto sirvió de
preparación para realizar una consagración a la Inmaculada Concepción de María,
compuesta por las hermanas de la Orden de María Nuestra Señora (ODN). Se trata
de un instituto de vida consagrada que compatibiliza la vida monástica con la
actividad apostólica en la enseñanza y que fue fundado en 1607 por la francesa
Juana de Lestonnac.
En el texto de
esta consagración se pide ayuda para “construir la civilización del amor,
siendo fieles al Evangelio de Jesucristo” y para custodiar la fe “ante
cualquier error y ante cualquier desamor”.
“Bendice a
nuestras familias y protege a nuestra patria, cuna de tantos santos que te
amaron y te imitaron con fervor”, prosigue el texto, que implora auxilio “para
que con nobleza de alma seamos constructores de paz y unidad”.
El texto
concluye así: “Jamás permitas que apenemos tu Corazón de Madre. Acoge esta
oración que te dirigimos como Hijos de la Iglesia en España y danos luz para
que todas nuestras decisiones estén siempre orientadas por tu corazón, que es
refugio y estímulo para nuestra conversión. Ponnos con Jesús y escribe hoy
nuestros nombres en tu Inmaculado Corazón”.
Defender una
España cristiana
Uno de los
impulsores del rezo del Rosario, José Andrés Calderón, tomó la palabra al
concluir la oración. En primer lugar, recordó el llamado Milagro de Empel, que dió lugar al patrocinio de la
Inmaculada Concepción a la Infantería española y, más adelante, a toda la
nación.
“En momentos
críticos, el pueblo español reacciona y nunca se encuentra solo. Siempre va de
la mano de Dios y de la Virgen María. Lo vimos en Empel, lo vimos en Covadonga
y lo vemos hoy aquí”, aseguró.
“Somos
herederos de una España que no se resigna a morir. De una España que se
defiende y no se doblega ante la traición. En definitiva, una España que se
encomienda siempre a Jesucristo y a su Madre Bendita en las circunstancias más
convulsas”, prosiguió.
A su entender,
los congregados para rezar el Rosario en tantos lugares tienen una vocación
común: “Defender una España cristiana, porque nuestra nación no se puede
entender sin la Cruz”.
“Se acabaron ya
los tiempos de estar recluidos en los templos y en la intimidad de nuestros
hogares. Debemos estar orgullosos de la fe que nos legaron nuestros
antepasados”, proclamó megáfono en mano ante el aplauso de los
asistentes.
Rezarán el
Rosario por España los primeros sábados
En su
alocución, Calderón aseveró: “se equivocan quienes piensan que vamos a
abandonar este lugar” y quienes creen que “amenazándonos, multándonos y
coaccionándonos van a conseguir que abandonemos nuestra fe. Pinchan en hueso
los que pretenden, mediante burlas, amordazarnos”.
A estos, se
dirigió para afirmar que “se ha acabado. Mañana, pasado y al otro seguiremos en
Ferraz, rindiendo culto a Dios y pidiendo la intercesión de la Inmaculada
Concepción. A estos mismos les decimos que pedimos por España, pero también
pedimos por su alma y conversión”.
Antes de
concluir, y tras apelar a la necesidad de la constancia, Calderón anunció que,
además de seguir rezando el Rosario cada día en Ferraz, junto al Santuario de
la Inmaculada Concepción, “vamos a dar un paso más allá”.
Este consiste
en la convocatoria del rezo del Rosario por la unidad de España, a nivel
nacional, cada primer sábado de mes, propuesta que fue acogida con aplausos por
los presentes.
“Los católicos
hemos reaccionado y esta llama de fe no se va a parar. En el rezo está la
salvación de España”, señaló, antes de explicar que esta iniciativa no está
vinculada a movimiento eclesial ni partido alguno: “Simplemente somos humildes
católicos que estamos tremendamente preocupados por nuestra nación. Es hora de
que el pueblo cristiano se una e inunde las calles en defensa de nuestra
religión y de España”.
“Es hora de la
valentía y de la oración. Cristo vencerá. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España
católica! ¡Viva la Inmaculada Concepción!”, concluyó, tras lo cual, un
sacerdote impartió la bendición a los presentes.
Por Nicolas de
Cárdenas
Fuente: ACI
Prensa