Aún hoy las casas salesianas practican las "Buenas Noches". Es una tradición a la hora de dormir que se remonta a Don Bosco, inspirada en el ejemplo de su madre
![]() |
Rido | Shutterstock |
Las “Buenas Noches” una técnica salesiana para
ayudar a niños y jóvenes en su crecimiento. Consiste en una charla
muy breve que se da después de las oraciones nocturnas , justo antes
de acostarse, invitando a los jóvenes a reflexionar sobre un acontecimiento del
día.
“Una breve charla, de seis minutos
como máximo”, explica el sacerdote y educador salesiano don. Jean-Marie
Petitclerc. Pone en práctica este pequeño ritual cuando trabaja
con campamentos juveniles. “Invito a los jóvenes a reflexionar
sobre un acontecimiento de su día, bueno o malo, a maravillarse o, por el
contrario, a cuestionarse al respecto. Es una forma de tomarse el tiempo
para reflexionar sobre lo que han vivido y registrar un evento u otro como
'pequeñas piedritas en su memoria'”.
Si los niños o jóvenes no pueden
pensar en nada sobre lo que reflexionar, podemos ayudarlos haciéndoles
preguntas como: “¿Qué te hizo feliz hoy? ¿Qué te hizo
infeliz? ¿Qué opinas de tal o cual incidente? ¿Qué te enseñó? En
los centros salesianos, el educador puede proponer un tema específico como el
uso del teléfono celular en la comunidad.
Los orígenes
maternos de las “Buenas Noches”
Este pequeño rito vespertino podemos
aplicarlo perfectamente a la vida familiar. De hecho, la práctica se
originó en la familia de Don Bosco,
cuando su madre Margherita Occhiena,
también conocida como “Mamá Margherita”, invitó a sus hijos a
reflexionar por la noche sobre las actividades del día. De esta
manera, los acostumbraba a reflexionar sobre sus acciones.
“Mamá
Margarita” hizo lo mismo con los huérfanos que Don Bosco acogió bajo su
techo . Cuando un joven huérfano llamó a su puerta
una tarde lluviosa de mayo de 1847 (se convertiría en el primer huésped del
Oratorio), ella le ofreció comida y una cama y, mientras lo arropaba, le
susurró al oído algunas palabras sobre la honestidad. Así
nació la primera “Buenas Noches” verdadera, adoptada más tarde por Don Bosco y
las casas salesianas.
Es un acompañamiento educativo en dosis fáciles de digerir. Utilice palabras
breves y sencillas que animen a los jóvenes a dar sentido
a los acontecimientos que les rodean, ya sean experiencias personales o
acontecimientos mundiales. Deben ser palabras amables y gentiles que
ayuden a desarrollar la personalidad, el crecimiento humano y espiritual, el
espíritu de familia y las buenas relaciones.
Mathilde De Robien
Fuente: Aleteia