El Sacramento de la Reconciliación es perdonar, siempre. Perdonar... Perdonar siempre como el Padre perdona. Perdonar
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El Papa se reúne con los rectores y
trabajadores de los Santuarios, reunidos desde el 9 de noviembre en el Vaticano
para el II Encuentro Internacional, y recomienda que estos "lugares
especiales" sean ante todo lugares de oración, con el cuidado de los
sacramentos y la acogida de los peregrinos. El Pontífice invita a ofrecer
consuelo a quienes llegan a los santuarios con cargas y problemas mediante una
"cercanía compasiva". Luego recuerda que 2024 será un año enteramente
dedicado a la oración
La gente va a los santuarios para
rezar, para ganar confianza en el futuro y, sobre todo, para ser consolada de
las cargas, dolores y preocupaciones que a menudo pesan sobre el cuerpo y el
espíritu. Por eso, estos lugares santos rebosan consuelo y misericordia. Lo
que, en la práctica, significa también discernir la elección de los sacerdotes
para las Confesiones, de modo que no suceda que quienes se acercan al
confesionario "encuentren obstáculos para experimentar la plena
reconciliación".
El Sacramento de la Reconciliación
es perdonar, siempre. Perdonar... Perdonar siempre como el Padre perdona.
Perdonar.
Recomendaciones claras y concretas
del Papa a rectores y santuaristas, reunidos desde el jueves 9 de noviembre en
el Vaticano en su II Encuentro Internacional. Una iniciativa, querida y
comisariada por monseñor Rino Fisichella y organizada por el Dicasterio para la
Evangelización, que supone una oportunidad para que el Pontífice implore, una
vez más, "la intercesión de la Madre de Dios para que, en este tiempo
atormentado, tantos hermanos nuestros que sufren encuentren paz y
esperanza".
Buen
discernimiento en la selección de los sacerdotes que confiesan
Una oración que el Obispo de Roma
recomienda se eleve desde todos los Santuarios del mundo. Estos "lugares
especiales" que atraen a miles o incluso millones de personas cada año
son, de hecho, "lugares de oración verdaderamente privilegiados". La
primera preocupación, recomienda el Pontífice a rectores y operadores, es que
no se desvirtúen en este sentido, cuidando la celebración de la Eucaristía y
del Sacramento de la Reconciliación.
En este sentido, el Papa Francisco
pide un "buen discernimiento" en la selección de los confesores:
Que no suceda que quienes se
acercan al confesionario atraídos por la misericordia del Padre encuentren
obstáculos para experimentar una verdadera y plena reconciliación. Esto no
puede suceder, sobre todo en los santuarios que encuentran obstáculos; no, no
puede suceder... porque en ellos la misericordia de Dios pide expresarse de
modo sobreabundante, por su misma naturaleza.
Recuperar el
sentido de la adoración
También es importante, subrayó el
Papa, que se preste especial atención a la adoración en los santuarios,
considerando que "el ambiente y la atmósfera de nuestras iglesias no
siempre invitan a reunirse y adorar". "Hemos perdido un poco el sentido
de la adoración. Necesitamos recuperarlo", dice Francisco en un aparte, en
el que pide "fomentar en los peregrinos la experiencia del silencio
contemplativo y -no es fácil- del silencio adorante." Esto "significa
ayudarles a fijar la mirada en lo esencial de la fe".
La adoración no es un alejamiento
de la vida, sino el espacio para dar sentido a todo, para recibir el don del
amor de Dios y poder testimoniarlo en la caridad fraterna".
Consolar
Otro don es el del consuelo,
"el misterio de la consolación": "También se va a los santuarios
para ser consolado", señala el Papa. "¡Cuántas personas van allí
porque llevan en el espíritu y en el cuerpo una carga, un dolor, una preocupación!".
La enfermedad de un ser querido, la
pérdida de un familiar, tantas situaciones de la vida son a menudo causas de
soledad y tristeza, que se depositan en el altar y esperan una respuesta. El
consuelo no es una idea abstracta, y no está hecho ante todo de palabras, sino
de una cercanía compasiva y tierna que comprende el dolor y el sufrimiento.
Cercanía compasiva y tierna. Este es el estilo de Dios: cercano, compasivo y
tierno.
Consolar es, por tanto, "hacer
tangible la misericordia de Dios". Por eso, en los Santuarios no puede
faltar "el servicio de la consolación".
Acoger bien a
los peregrinos
"¡Que en nuestros santuarios
abunde el consuelo y la misericordia!", exclama Jorge Mario Bergoglio.
Finalmente habla de esperanza, la esperanza que todo peregrino necesita porque
"se va al Santuario para mirar al futuro con mayor confianza".
El gesto mismo de la peregrinación
lo demuestra: quien peregrina busca "un destino seguro al que
llegar", "pide esperanza con su oración", porque "sabe que
sólo una fe sencilla y humilde puede obtener la gracia que necesita". Por
eso es importante que, al volver a casa, "se sienta realizado y lleno de
serenidad", recomienda el Pontífice.
En nuestros santuarios se presta
mucha atención a la acogida, y con razón. Por favor, no lo olviden: acojan bien
a los peregrinos. Al mismo tiempo, hay que prestar la misma atención pastoral
al momento en que los peregrinos abandonan el santuario para volver a su vida
ordinaria: que reciban palabras y signos de esperanza, para que la
peregrinación que han realizado alcance su pleno significado.
2024, un año
dedicado a la oración en vista del Jubileo
Concluyendo su discurso, el Papa
recuerda que el próximo año, en preparación del Jubileo de 2025, será un año
enteramente dedicado a la oración. Anunció que pronto se publicarán folletos
que "pueden ayudar a redescubrir la centralidad de la oración".
"Serán una buena lectura, que estimulará a rezar con sencillez",
afirma. De ahí una invitación final:
Arremanguémonos
y renovemos cada día la alegría y el compromiso de ser hombres y mujeres de
oración. Orar con el corazón, no como loros. No. Desde el corazón
Salvatore Cernuzio - Ciudad del
Vaticano
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