Una de las órdenes que tiene especial devoción a esta tradición son las Madres Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza, fundadas por la santa española Carmen Sallés (1848-1911).
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Las celebraciones por la Presentación de María en el Templo, también llamada en muchos lugares "la Niña María". Dominio público |
Las celebraciones por la
Presentación de María en el Templo, también llamada en muchos lugares "la
Niña María", se inician el 20 de noviembre y se prolongan hasta el
día 25, aunque la fiesta es el 21 de noviembre. Es una de las doce
fiestas principales del año litúrgico oriental, que pasó a figurar en el
calendario romano en el año 1585.
Una niña con dos tórtolas
María tenía tres años, cuando Ana y
Joaquín reunieron a las jóvenes del pueblo y se dirigieron con lámparas hacia
el templo. La niña María llevaba en sus manos la ofrenda que presentaban
"los pobres": dos tórtolas o pichones. "Cuando los peregrinos
llegaron al pórtico, la Virgen pequeñita, subió sola las gradas, con paso firme
y seguro", dice el Evangelio apócrifo de Santiago.
Una fiesta que está muy ligada a la
vida religiosa de centenares de congregaciones -especialmente femeninas-, quienes
buscan imitar a María a partir de su Presentación en el Templo del Señor.
Una de las órdenes que tiene especial devoción a esta tradición son las Madres Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza,
fundadas por la santa española Carmen Sallés (1848-1911).
En los colegios Concepcionistas
repartidos por el mundo es una de las grandes fiestas del año, si no la más
importante. Los niños de 4 años de infantil hacen de hebreos y de Niña
María, mientras que los de 2°de Bachillerato (17 años) llevan a la Virgen
en procesión en su último año de colegio. Suelen acudir muchos alumnos y ex
alumnos con sus familias.
Soraya Montero es profesora de
Educación Infantil y miembro del equipo pastoral del Colegio Madres Concepcionistas de la Calle Princesa de Madrid -
fundado por la propia Madre Carmen Sallés y donde se encuentra su cuerpo-, y cuenta a
ReligiónEnLibertad cómo viven esta fiesta sus alumnos, sobre todo los
más pequeños.
"Es una tradición que quiso
incorporar nuestra fundadora, tal y como ella la vivió de niña en su colegio.
Primero se realiza un triduo para prepararnos para el día 21, celebramos la
Eucaristía y la procesión de la Virgen Niña con San Joaquín y Santa Ana,
acompañada de los hebreos. Y luego hay una parte más lúdica, con un
pregón a cargo de los alumnos, puestos de venta de chucherías, papeletas,
castillos hinchables, chocolatada, fiesta de disfraces...", comenta la
profesora.
Madre Carmen Sallés, fundadora de
las Concepcionistas, fue educada en Manresa (España) en el colegio de las
religiosas de la Compañía de María, fue allí donde empezó a tener gran
devoción por esta fiesta. Años después quiso que en todos sus colegios se
rememorara esta tradición de origen oriental.
Soraya, como ex alumna
concepcionista, tiene la suerte de haber vivido también de pequeña esta
tradición. "Sabíamos que se acercaba la fiesta y que había que ir pensando
un buen disfraz. El triduo nos preparaba para lo que unos días más tarde
viviríamos con tanta intensidad: la entrada de la niña María en el templo. Ese
momento en la capilla era emocionante. Las canciones, ver cómo en el
momento del ofertorio se acercaba la niña María con sus padres, los niños
hebreos, las banderas... es algo que no se puede explicar con palabras",
relata.
Parte de nuestro equipaje
Concha Bernal es profesora de la ESO
y, como Soraya, es miembro del equipo pastoral del colegio. "Para
nosotros, la familia Concepcionista, María es guía y modelo, por eso intentamos
acercar su figura y sus valores a nuestros alumnos desde que son
pequeños, valores de los que pueden aprender mirando a una niña tan
grande, pero tan pequeña como ellos. Desde la infancia brota el deseo de
seguirla, vistiendo un traje de hebreo, de San Joaquín o Santa Ana, incluso de
Niña María. De mayores, brota la admiración, el deseo de imitarla, el orgullo
de tenerla como Madre", comenta.
"Pero también se forjan
recuerdos de amigos, de puestos, de bailes, de pregones que nos anuncian la
llegada de días especiales, de poder celebrar juntos… y de llevar para siempre
en el recuerdo mucho más que una fiesta. La Presentación de María en el
templo se convierte en parte de nuestro equipaje, y, sin saber por
qué, creces y te vas del colegio, pero, cada 21 de noviembre, el corazón de
todo Concepcionista grita a una sola voz, desde muchos lugares del mundo: ¡Viva
la Niña María!", concluye Bernal.
La pequeña Sofía ha sido la
encargada de ser la Niña María de este año, acompañada de Gabriel, que hizo de
San Joaquín y Ainhoa, que fue Santa Ana. Profesores, alumnos y familias abarrotaron
la iglesia del colegio para cumplir un año más con esta bella tradición,
con la que ya había soñado de pequeña la santa española Madre Carmen Sallés.
J. Cardoso
Fuente: ReL