Con la Carta Apostólica en forma de "Motu Proprio" Ad theologiam promovendam, el Papa actualiza los Estatutos de la Pontificia Academia de Teología llamados a dialogar con otros saberes científicos, filosóficos, humanísticos y artísticos, con creyentes y no creyentes
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La Palabra de Dios |
La reflexión teológica debe hacer uso de nuevas
categorías para comunicar las verdades de la fe y transmitir la enseñanza de
Jesús en los lenguajes actuales, con originalidad y conciencia crítica.
“Una Iglesia sinodal, misionera y
'en salida' sólo puede corresponder a una teología 'en salida'”, por ello,
estando “llamada a interpretar proféticamente el presente y a ver nuevos
itinerarios para el futuro, a la luz de la Revelación”, la teología debe
"afrontar profundas transformaciones culturales" y cambiar de
paradigma. Sobre la base de todo esto, el Papa Francisco, con la Carta
Apostólica en forma de "Motu Proprio" Ad theologiam
promovendam, del 1 de noviembre, ha decidido actualizar los estatutos de la
Pontificia Academia de Teología.
Instituida canónicamente por
Clemente XI, el 23 de abril de 1718, con un breve documento Inscrutabili,
con el fin de “poner la teología al servicio de la Iglesia y del mundo” y
querida para la formación teológica de los eclesiásticos en un contexto en el
cual otras instituciones eran carentes e inadecuadas para este fin, la Academia
ha evolucionado a lo largo de los años como un "grupo de estudiosos
llamados a investigar y profundizar en temas teológicos de especial
relevancia". Ahora, para el Pontífice, es el momento de revisar las normas
que regulan sus actividades "para hacerlas más adecuadas a la misión que
nuestro tiempo impone a la teología". Al abrirse al mundo y al hombre,
"con sus problemas, sus heridas, sus desafíos, sus potencialidades",
la reflexión teológica debe dejar espacio "a un replanteamiento
epistemológico y metodológico, y por tanto está llamada a "una valiente
revolución cultural". Se necesita "una teología fundamentalmente
contextual – escribe el Papa – capaz de leer e interpretar el Evangelio en las
condiciones en que los hombres y las mujeres viven cada día, en diferentes
ambientes geográficos, sociales y culturales y que tenga como arquetipo la
Encarnación del eterno Logos, su entrada en la cultura, en la
visión del mundo, en la tradición religiosa de un pueblo".
Diálogo con
diferentes tradiciones y disciplinas
La teología debe
"desarrollarse en una cultura del diálogo y del encuentro entre diferentes
tradiciones y diferentes conocimientos, entre diferentes confesiones cristianas
y diferentes religiones", precisa la Carta Apostólica, y debe comprometerse
"abiertamente con todos, creyentes y no creyentes". “Es este el
enfoque de la transdisciplinariedad”, especifica Francisco, que pensaba –
aclara la Constitución Apostólica Veritatis gaudium – “como la
colocación y la fermentación de todo conocimiento en el espacio de Luz y de
Vida que ofrece la Sabiduría que emana de la Revelación de Dios”. Por este
motivo, la teología debe "hacer uso de nuevas categorías desarrolladas por
otros saberes, para penetrar y comunicar las verdades de la fe y transmitir la
enseñanza de Jesús en los lenguajes actuales, con originalidad y conciencia
crítica". Pero el diálogo con otras formas de conocimiento "supone el
diálogo en el seno de la comunidad eclesial y la conciencia de la esencial
dimensión sinodal y de comunión del hacer teología", esto significa que el
teólogo debe "experimentar de primera mano la fraternidad y la comunión,
al servicio de la evangelización y para alcanzar el corazón de todos",
sostiene el Papa, añadiendo que "son necesarios lugares, también
institucionales, donde vivir y experimentar la colegialidad y la fraternidad
teológica".
El “carácter
pastoral”
Es necesario entonces considerar la
contribución que la teología puede dar "al debate actual sobre
"repensar el pensamiento", mostrándose como un verdadero saber
crítico como saber sapiencial", un saber que no debe ser "abstracto e
ideológico, sino espiritual" – subraya Francisco – elaborado de rodillas,
lleno de adoración y oración; un conocimiento trascendente y, al mismo tiempo,
atento a la voz del pueblo". Es una "teología 'popular' que pide el
Papa, "dirigida misericordiosamente a las heridas abiertas de la humanidad
y de la creación y dentro de los pliegues de la historia humana, a la que
profetiza la esperanza de un cumplimiento último". En la práctica, para
Francisco, la teología en su conjunto debe asumir un "carácter
pastoral", y por tanto la reflexión teológica debe partir "de los
diferentes contextos y situaciones concretas en las que las personas se
insertan, dejándose seriamente interpelar por la realidad, convertirse en
discernimiento de los 'signos de los tiempos' en el anuncio del acontecimiento
salvífico del Dios-ágape, comunicado en Jesucristo”. En definitiva, la
teología debe ponerse "al servicio de la evangelización de la Iglesia y de
la transmisión de la fe, para que la fe se convierta en cultura, es decir,
en ethos sabio del pueblo de Dios, propuesta de belleza humana
y humanizadora para todos".
Los fines de
la Pontificia Academia de Teología
En la nueva misión que la reflexión
teológica debe tener en el mundo contemporáneo, la tarea de la Pontificia
Academia de Teología es, por tanto, desarrollar "un diálogo
transdisciplinar con otros saberes científicos, filosóficos, humanísticos y artísticos
– afirma el Papa – con creyentes y no creyentes", con hombres y mujeres de
diferentes confesiones cristianas y de diferentes religiones". Será
necesario crear "una comunidad académica para compartir la fe y el
estudio, que teje una red de relaciones con otras instituciones formativas,
educativas y culturales y que sepa penetrar, con originalidad y espíritu de
imaginación, en los lugares existenciales de saberes, de profesiones y de
comunidades cristianas" y gracias a sus nuevos Estatutos, concluye Francisco,
"la Academia Pontificia de Teología podrá perseguir más fácilmente las
finalidades que el tiempo actual exige".
La Presidencia
agradece al Papa por los nuevos Estatutos
En un comunicado, el Consejo
Presidencial de la Pontificia Academia de Teología (PATH) agradece al Papa
Francisco por la Carta Apostólica que promulga los Estatutos revisados, en los
cuales se subraya el compromiso de la institución de "fomentar el estudio
científico de la teología, promoviendo el diálogo entre la razón y la fe"
y "diálogo transdisciplinario con las filosofías, las ciencias, las artes
y todas las demás formas de conocimiento". La Pontificia Academia, como se
indica en el párrafo 3 del artículo 1 de los Estatutos, “se pone al servicio de
las instituciones académicas dedicadas a la teología y otros centros culturales
y de desarrollo del conocimiento interesados en llegar a la persona humana en
su contexto de vida y de pensamiento”. En esta actividad participan "en
primer lugar los Miembros Ordinarios y Correspondientes, que son
estudiosos de disciplinas teológico-filosóficas o similares, procedentes de
todo el mundo" y ahora, según las nuevas normas, también los Interlocutores
Referentes, es decir, los "estudiosos", también de
otras confesiones o religiones cristianas", que están "llamados a
identificar y abrir espacios y espacios de interlocución, que favorezcan el
diálogo inter y transdisciplinar".
Las nuevas
responsabilidades
La PATH,
siempre orientada a "servir al impulso renovado de la
evangelización", además de publicar su propia revista y promover
conferencias y encuentros, ahora también "trabajará en red" con
universidades y centros de producción de cultura y pensamiento, informa el
comunicado, a través de encuentros y "cenáculos teológicos",
promoverán una "difusión de la sabiduría" y una puesta en común
culturalmente cualificada del "conocimiento de la fe" y de su inteligencia,
"que no sólo es racionalmente digna, sino también capaz de hacer que el
Evangelio se convierta en lámpara", que ilumina el camino de los creyentes
y, posiblemente, también de los que no creen en Dios". Es "en este
sentido, y en sintonía con el magisterio del Papa Francisco", que la PATH
"quiere ejercer también un compromiso de 'caridad intelectual', que le
haga estar atento a las preguntas y necesidades de quienes se encuentran en las
fronteras de penurias y en la periferia existencial". La misión confiada a
la Pontificia Academia de Teología por el Papa Francisco es una nueva misión,
afirma el presidente monseñor Antonio Staglianò, "la de promover, en todos
los campos del conocimiento, la discusión y el diálogo para llegar e involucrar
a todo el pueblo de Dios" en la investigación teológica, para que la vida
del pueblo se convierta en vida teologal”.
Tiziana Campisi – Ciudad del
Vaticano
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