El 18 de octubre la Iglesia celebra la fiesta de San Lucas Evangelista, pero ¿quién era y qué sabemos de él? Este artículo ofrece 10 datos clave sobre su vida.

Retrato de San Lucas en el iconostasio central de la Catedral de San Petersburgo.
Crédito: Obra de Vladimir Borovikovsky. Dominio público
1. A Lucas se le
menciona tres veces en la Biblia

Crédito: Obra de Vladimir Borovikovsky. Dominio público
A
San Lucas se le menciona en tres pasajes de la Escritura:
· En Colosenses 4,14, San Pablo escribe: “Reciban los
saludos de Lucas, nuestro querido médico, y de Demas”.
· En 2 Timoteo 4,11, el Apóstol de los gentiles escribe:
“Solamente Lucas está conmigo. Toma contigo a Marcos, pues me será muy útil
para el ministerio”.
· Y en Filemón 23-24, el mismo Pablo señala: “Te saluda
Epafras, mi compañero de cautividad en Cristo Jesús, y también Marcos,
Aristarco, Demas y Lucas, mis ayudantes”.
Dado que a San
Lucas se le menciona en tres cartas, podemos inferir que fue un compañero frecuente
de San Pablo. También participó en sus labores, ya que se le conoce como uno de
sus “colaboradores”.
El hecho de que
Pablo indique, en una de sus cartas, que “solamente Lucas está conmigo” sugiere
que fue un compañero particularmente cercano y fiel.
Finalmente,
la referencia a Lucas como “el médico amado” hace pensar que su “trabajo
diario” (en oposición a sus esfuerzos apostólicos) era como médico.
2. San Lucas escribió el tercer Evangelio y los Hechos de
los Apóstoles
San
Lucas es identificado por la tradición temprana (siglo II) como el autor tanto
del tercer Evangelio como del libro de los Hechos de los Apóstoles.
También
pudo haber tenido un papel en la composición de algunas de las cartas
atribuidas a San Pablo.
Aunque
sólo hubiera escrito el tercer Evangelio y los Hechos, ¡escribió más del Nuevo
Testamento que cualquier otro autor! Ambos textos suman casi 38 mil palabras, o
el 24% de todo el Nuevo Testamento.
3. El
Evangelio de San Lucas es uno de los sinópticos
El
Evangelio de San Lucas es uno de los tres “Evangelios sinópticos”, lo que
significa que cubre gran parte de los mismos temas y episodios que los de San
Mateo y San Marcos.
Como
resultado, si el Evangelio de Lucas no se hubiera escrito, todavía habría una
gran parte de la historia de Jesús que se habría conservado (no sólo por Mateo
y Marcos, sino también por Juan). Sin embargo, hay ciertos hechos que
únicamente Lucas registra.
Entre
ellos se encuentran estos pasajes:
Se predice el nacimiento de Juan el Bautista
(1,5-25)
El anuncio del nacimiento de Jesús (1,26-38)
La visitación de la Virgen a Isabel (1,39-56)
El nacimiento de Juan el Bautista (1,57-80)
La circuncisión y la presentación de Jesús (2,21-40)
El hallazgo en el Templo (2,41-52)
El hijo de la viuda de Naín (7,11-17)
La misión de los setenta (10,1-20)
El buen samaritano (10,29-37)
“María ha elegido la buena parte” (10,38-42)
El amigo a la medianoche (11,5-8)
La parábola del rico insensato (12,13-21)
La parábola de la moneda perdida (15,8-10)
La parábola del hijo perdido (15,11-32)
La parábola del mayordomo astuto (16,1-8)
Lázaro y el rico (16,19-31)
Diez leprosos purificados (17,11-19)
La parábola de la viuda persistente (18,1-8)
La parábola del fariseo y el recaudador de impuestos
(18,9-14)
Cena con Zaqueo (19,1-10)
¿Quién es el más grande? (22,24-32)
Jesús ante Herodes Antipas (23,6-12)
Si estos hechos no estuvieran registrados en el Evangelio de Lucas, no se sabría acerca de ellos, porque no han sido recogidos en ninguna otra parte del Nuevo Testamento.
4. San Lucas utilizó fuentes escritas y testigos presenciales para escribir su Evangelio
Al
comienzo de su Evangelio, Lucas escribe:
“Algunas
personas han hecho empeño por ordenar una narración de los acontecimientos que
han ocurrido entre nosotros, tal como nos han sido transmitidos por aquellos
que fueron los primeros testigos y que después se hicieron servidores de la
Palabra. Después de haber investigado cuidadosamente todo desde el principio,
también a mí me ha parecido bueno escribir un relato ordenado para ti, ilustre
Teófilo”.
La referencia
de Lucas a las narraciones de los eventos en el Evangelio que le precedieron y
su referencia a haber “investigado cuidadosamente todo” parecen indicar que usó
fuentes escritas para parte de su información.
Dadas las
similitudes que Lucas tiene con Mateo y Marcos (los otros dos Evangelios
sinópticos), es probable que haya consultado uno de ellos o ambos.
También señala
que obtuvo información de “primeros testigos y que después se hicieron
servidores de la Palabra”.
Uno de los
testigos que probablemente entrevistó fue la propia Virgen María. Lucas
registra el material en la narración de la infancia de una manera que implica
que María fue la fuente de gran parte o de todo (Lc 2,19, 51).
Uno
de los servidores de la Palabra que probablemente usó como fuente fue San
Pablo. Una forma de demostrar esto es que las palabras de institución de la
Eucaristía en el Evangelio de Lucas (22,19-20) son muy similares a la fórmula
usada por San Pablo (1Cor 11,24-25). En cambio, es menos parecida a la fórmula
utilizada en Mateo y Marcos (Mt 26,26-28, Mc 14,22-24).
Es
probable que usara la fórmula utilizada por San Pablo porque con frecuencia le
escuchaba celebrar Misa y esta era la versión más familiar para él.
Un individuo que fue tanto testigo ocular como ministro de la palabra, que Lucas probablemente entrevistó, es San Pedro. Tenemos buenas razones para pensar que este Apóstol fue una de las fuentes de los Hechos. Si Lucas lo entrevistó para ello, probablemente también lo hizo para su Evang
5. Los Hechos de los Apóstoles cubren la historia más antigua de la Iglesia tras la Ascensión
Los
Hechos de los Apóstoles cubren un período que se extiende desde el 33 d.C.
hasta el 60 d.C.
Sin este libro, podríamos deducir pocas cosas sobre
este período de las cartas del Nuevo Testamento. Por ejemplo, que existían
iglesias en las ciudades a las que se enviaron las misivas de algunos eventos
en la vida de Pablo.
Lucas nos hizo un gran servicio al no detenerse con
el final de su Evangelio y continuar registrando la historia de la Iglesia
primitiva más allá de la muerte y resurrección de Jesús.
6. Los Hechos de los Apóstoles también se nutrieron de
fuentes escritas y testigos
Al igual que con el Evangelio, Lucas probablemente
obtuvo su información para los Hechos de los Apóstoles tanto de fuentes
escritas como de entrevistas con testigos oculares y servidores de la Palabra.
Lucas también fue testigo de muchos de los eventos
escritos. Esto está señalado por lo que se conoce como los pasajes del
“nosotros” en los Hechos, lugares en los que el autor habla de lo que “hicimos”
y adónde “fuimos”, lo que indica que estuvo presente.
Hay cuatro de esos pasajes:
·
Hechos
16,10-17
·
Hechos
20,5–15
·
Hechos
21,1–18
·
Hechos
27,1–28
Una fuente escrita que probablemente utilizó Lucas
es un diario de viaje que se llevó de las travesías de Pablo. El mismo Lucas
puede haber sido el autor de este diario, aunque puede que lo haya llevado
alguien más en el círculo paulino.
Los pasajes de “nosotros” indican que tuvo acceso
frecuente a San Pablo, y sabemos que también tuvo acceso a Pedro y Felipe:
·
Habría
tenido acceso a Pedro durante los dos años que Pablo estuvo en arresto
domiciliario en Roma (Hch 28,30), donde Pedro también estaba ministrando.
·
Habría
tenido acceso a Felipe durante los dos años que Pablo estuvo detenido en
Cesarea Marítima (Hch 23,33, 24,27), donde vivía Felipe (Hch 21,8-9).
7. El Evangelio de Lucas y los Hechos se escribieron casi
al mismo tiempo
Fueron escritos como piezas complementarias y
dedicados a la misma persona (Theophilius). Por lo tanto, probablemente se
escribieron al mismo tiempo.
Dado que el libro de los Hechos se interrumpe
repentinamente en el año 60 d.C., antes de que Pablo haya tenido la oportunidad
de presentarse ante el César, es probable que esto se haya dado cuando el libro
estaba ya terminado.
Tanto el Evangelio de Lucas como el libro de los
Hechos probablemente fueron escritos en Roma en el 59-60 d.C.
8. Lucas habría ayudado a Pablo a escribir una de las
cartas
Lucas nunca es nombrado como uno de los coautores de
Pablo, pero el Apóstol usó frecuentemente secretarios en el proceso de escribir
sus cartas (ver, por ejemplo, Rom 16,22).
A esos secretarios, conocidos como amanuenses, se
les podría encomendar la tarea de escribir una carta en nombre de otro,
basándose en los puntos de conversación que le dio aquel para quien estaba
escribiendo.
Particularmente cuando estaba en prisión, Pablo pudo
haber usado a Lucas para estos menesteres, y algunos han notado similitudes en
el estilo de Lucas-Hechos y algunas de las cartas atribuidas a Pablo,
particularmente las cartas pastorales (1-2 Timoteo, Tito).
El hecho de que, en 2 Timoteo, Pablo diga que
“solamente Lucas está conmigo” (4,11) puede indicar que Lucas fue el escriba
que Pablo usó para escribir esta carta.
Aunque la Epístola a los Hebreos no se atribuye a
Pablo, muchos han notado la similitud del estilo de este libro con el Evangelio
de Lucas y los Hechos, por lo que el evangelista ha sido propuesto como posible
autor.
9. Lucas habría sido gentil y no judío
Aunque algunos han argumentado que era judío,
normalmente se piensa que Lucas era gentil. Una de las razones es que, en
Colosenses, se le menciona por separado de los “de la circuncisión”:
“Los saluda Aristarco, mi compañero de cárcel, y
Marcos, primo de Bernabé, acerca del cual ya recibieron instrucciones. Si va
para allá, denle una buena acogida. Los saluda también Jesús, apodado Justo.
Son los únicos de raza judía que están trabajando conmigo por el Reino de Dios,
y que han sido para mí un consuelo. Reciban saludos de su compatriota Epafras;
es un buen servidor de Cristo Jesús que siempre está orando fervientemente por
ustedes para que sean perfectos y produzcan todos los frutos que Dios desea.
Les puedo asegurar que los ha echado mucho de menos, lo mismo que a los de
Laodicea y de Hierápolis. Reciban los saludos de Lucas, nuestro querido médico,
y de Demas” (Col 4,10-14).
10. El Padre de la Iglesia San Jerónimo escribió sobre
Lucas
No podemos repasar en
detalle lo que los Padres de la Iglesia nos cuentan, pero esto es parte de lo
que San Jerónimo escribió sobre Lucas en su texto Vidas de los hombres ilustres:
“Lucas,
un médico de Antioquía, como indican sus escritos, no era inexperto en el idioma
griego. Seguidor del Apóstol Pablo, y compañero de todos sus viajes, escribió
un Evangelio, sobre el cual el mismo Pablo dice: ‘Enviamos con él a un hermano
cuya alabanza en el Evangelio está entre todas las Iglesias’; y a los
Colosenses: ‘Lucas, el médico amado, te saluda’; y a Timoteo: ‘Solamente Lucas
está conmigo’.
También
escribió otro excelente volumen al que antepuso el título de los Hechos de los
Apóstoles, una historia que se extiende hasta el segundo año de la estancia de
Pablo en Roma, es decir, hasta el cuarto año de Nerón, del cual aprendemos que
el libro fue compuesto en esa misma ciudad…
Fue
enterrado en Constantinopla, ciudad a la que, en el año veinte de Constancio,
se trasladaron sus huesos junto con los restos del Apóstol Andrés”.
Traducido
y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en National
Catholic Register.
Fuente: ACI