La búsqueda de Dios, el testimonio del Evangelio y el amor por la vida escondida son los elementos que caracterizaron la experiencia de Charles de Foucauld
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Audiencia del Papa a la Fraternidad de las Hermanitas de Jesús (VATICAN MEDIA Divisione Foto) |
En su discurso a las religiosas cuyo carisma se
inspira en la experiencia de Charles de Foucauld, el Papa Francisco las animó a
que acepten el desafío del amor de Cristo, abandonando la autorreferencialidad
y la habitualidad, dedicándose a los necesitados: “Ustedes no son monjas para
la publicidad: cuanto más ocultas, más divinas”
La búsqueda de Dios, el testimonio
del Evangelio y el amor por la vida escondida son los elementos que
caracterizaron la experiencia de Charles de Foucauld y que el Santo Padre
indicó como directrices a las Hermanitas de Jesús, durante su audiencia en la
Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, con ocasión de su Capítulo
General.
Francisco subrayó ante todo lo
importante que es cultivar la escucha de la Palabra, en adoración ante el
Tabernáculo, porque así "se abren los corazones a los caminos de Dios, que
no hace violencia a las personas, sino que inspira pensamientos creativos y
sentimientos de adhesión, disponibilidad y servicio".
“Jesús les
ofrece su amor, y a ustedes les corresponde aceptar el desafío, despojándose de
las engorrosas ánforas de la autorreferencialidad y de la costumbre, de las
soluciones previsibles e incluso de cierto pesimismo que el enemigo de Dios y
del hombre trata siempre de insinuar, sobre todo en quienes han hecho de su
propia vida un don”
Precisamente a la luz de la
Palabra, el Papa explicó que es posible "discernir los deseos de Jesús, y
luego volver a partir" hacia las metas fijadas por las superioras.
Testimoniar el
Evangelio cuidando al prójimo
En cuanto al testimonio del
Evangelio, es decir, "hacerlo don a los demás con las palabras, con las
obras de caridad y con la presencia fraterna" de las comunidades, el Papa
recordó a estas religiosas la invitación de Charles de Foucauld a gritar
"el Evangelio sobre los techos" con todo su ser, a hacer que Jesús se
transparente desde la propia persona y a dedicarse al prójimo con "la
oración, la bondad y el ejemplo".
Ocuparse de los demás, dar a quien
lo necesita sin esperar a que lo pida: son signos de amor al Esposo, rasgos
característicos de su cercanía solícita a los últimos, en los que Él está
presente. Cercanía.
“Una cercanía
tan preciosa en una sociedad como la nuestra en la que, a pesar de la
abundancia de medios, en lugar de multiplicarse las buenas obras, los corazones
parecen endurecerse y cerrarse. La cercanía es espontánea, eso es lo que
cuenta, nace de la espontaneidad del corazón. Cercanía, proximidad”
Un desafío
suave contra la indiferencia
El Papa también las exhortó a una
"proximidad delicada" que pueda ser "un desafío suave contra la
indiferencia" y un "testimonio de fraternidad" que recuerde al
mundo que todos son hijos de Dios.
“He aquí,
pues, el corazón del testimonio: Ser caritativos, mansos, humildes con todos
los hombres: esto es lo que hemos aprendido de Jesús. No ser militantes con
nadie”
El camino de
Nazaret
Por último, el amor a la vida
oculta. A las religiosas nacidas unos veinte años después de la muerte de
Charles de Foucauld, por iniciativa de Magdeleine Hutin y Anne Cadoret,
Francisco les dijo que es "el camino de la Encarnación, el camino de
Nazaret, el camino indicado por Dios son su despojarse y hacerse pequeño para
compartir la vida de los pequeños", que "el camino del escondimiento
es el camino de Dios".
“Esto es
hermoso, es importante: el camino del escondimiento es el camino de Dios. No
son religiosas para hacer publicidad: cuanto más escondidas, más divinas”
Sigan cultivándolo, es una profecía
poderosa para nuestro tiempo, contaminado por el parecer y por las apariencias.
Parece que por esto del parecer y de las apariencias vivimos una cultura del
maquillaje: todos se maquillan, para las mujeres es normal que lo hagan, pero
todos, todos se maquillan, para parecer mejor de lo que somos y esto no es del
Señor.
Ternura
evangélica
"Instrumentos preciosos para
sembrar en el mundo pequeñas perlas de ternura y de ternura evangélica".
Así definió el Papa a las Hermanitas de Jesús, animándolas, "ante la
escasez de vocaciones, el cierre de algunas casas, el aumento de la edad
promedio de las religiosas", a permanecer "sencillas y generosas,
enamoradas de Cristo y de los pobres", porque esto "a su debido
tiempo dará fruto".
Y concluyendo
su discurso, Francisco agradeció a las religiosas su trabajo silencioso en la
diócesis de Roma, aludiendo a sor Geneviève, que a menudo lo visita junto con
algunas de las personas a las que se acerca en su misión entre los marginados.
Tiziana Campisi – Ciudad del
Vaticano
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