Esta forma de oración que consiste en leer, meditar, orar y contemplar la Palabra de Dios es una fuente genuina de la espiritualidad cristiana, y a ella nos invita nuestra Regla
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Priscilla Du Preez | Unsplash. Dominio público |
Esta es una forma antigua
de orar con la Palabra de Dios. Según algunos recursos
disponibles en la web, el origen de la lectio divina se remonta a los primeros
cristianos, especialmente a Orígenes, un teólogo del siglo III
que consideraba que el enfoque en Cristo era la clave para
interpretar las Escrituras.
Orígenes fue el primero en utilizar la expresión «Lectio divina» y recomendaba leer la Biblia con atención, constancia y oración. La práctica monástica se estableció por primera vez en el siglo VI por San Benito de Nursia y luego se formalizó como un proceso de cuatro pasos por el monje cartujo Guigo II en el siglo XII. La Lectio Divina se ha mantenido viva a lo largo de los siglos y ha experimentado un renacimiento en el siglo XX gracias a las reformas del Concilio Vaticano II y al apoyo de los Papas.
Pasos para la Lectio Divina:
1.- LECTURA
Se lee un pasaje bíblico con atención, tratando de comprender el sentido literal y el contexto histórico y cultural. Se puede repetir la lectura varias veces, subrayando las palabras o frases que más nos llamen la atención.
2.- MEDITACIÓN