Jóvenes peregrinos rusos en Lisboa hablan con ReL: buscaban a la Iglesia universal y orar por la paz
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Peregrinos rusos en la iglesia de Santa Caterina en la JMJ de Lisboa 2023. Dominio público |
Lo
segundo ya lo consiguieron. Dieciocho
jóvenes de Moscú, San Petersburgo y Samara acudieron a Fátima y a Lisboa para
la JMJ, y ReligionEnLibertad ha
hablado con algunos de ellos, que vuelven emocionados, alegres y con ganas de
hablar de la experiencia a más jóvenes católicos del país.
A
finales de agosto se reunirán jóvenes de 16 a 30 años de toda Rusia en San
Petersburgo para comentar lo vivido y hacer amistades cristianas. Los 18 que han ido a Portugal
superan los 22 años: han seleccionados jóvenes sensatos y de cierta madurez, que
no se metan en líos, y les acompañaba el padre Markus Novotni, un formador del
seminario de San Petersburgo (el único seminario en Rusia).
Minoría pequeña, libertad de expresión
limitada
Hay
que entender el contexto de los católicos en Rusia: son una minoría muy pequeña, apenas 800.000,
el 0,5% de los 143 millones de habitantes del país, a veces separados por
distancias enormes. No sufren limitaciones al culto (aunque el Gobierno sigue
sin devolver muchos templos confiscados en época soviética) pero sufren limitaciones a la libertad
de expresión... como el resto de los rusos.
En
Rusia nadie puede llamar "guerra" a lo que sucede en Ucrania.
Oficialmente sólo pueden decir que es una "operación militar
especial"; quien le llama "guerra" es multado. Sí se puede hablar de orar
"por la paz y el fin de las guerras" (así, en general).
Muchos católicos en Rusia son descendientes de polacos, lituanos o alemanes.
Otros, directamente, son inmigrantes. Los otros rusos -vagamente ortodoxos y,
simplemente, postsoviéticos sin fe- les miran como una curiosidad.
A la JMJ acudieron
también unos 300 jóvenes ucranianos, con ayuda económica del Vaticano. Rusos y ucranianos
pasaron por Fátima en los mismos días, pero no se organizó ningún encuentro
entre ellos, ni formal, ni informal.
En
una semana 150.000 peregrinos pasaron por Fátima, más los 200.000 que acudieron
el sábado a recibir al Papa. Por lo general, los ucranianos tenían sus propios
encuentros, mientras que los rusos compartían algunos con bielorrusos, kazajos,
georgianos, etc... Pero a las catequesis en Santa Catarina, en Lisboa,
acudieron algunos ucranianos (no la mayoría) y no hubo problemas.
Durante
la JMJ, en Nunciatura el
Papa Francisco recibió a un grupo de ucranianas que le
entregaron símbolos del sufrimiento de su país: el agua de las presas
destruidas, grano de las cosechas bloqueadas, restos de bombas caídas en una
iglesia de Jersón... Pero el
Papa no recibió peregrinos rusos, ni se organizó en la JMJ ningún gesto conjunto de rusos con
ucranianos.
Atmósfera internacional desde Fátima
Anna,
una de las peregrinas rusas, explica a ReL que en Fátima no pudieron visitar las casas
de los santos pastorcitos ni participar en la procesión con velas,
pero sí estuvieron en la
misa internacional, con la que enseguida entraron, dice, "en la
atmósfera de las jornadas mundiales de la juventud y sentir el alcance
universal de la Iglesia Católica". Esa universalidad es algo que los católicos de iglesias
pequeñas aprecian mucho.
Otro
peregrino, llamado Pavel, explica a ReL que
la Virgen de Fátima
"es muy venerada en Rusia, entre los creyentes cristianos y no sólo los
católicos". Le ha gustado estar en los lugares especiales, como el
lugar de las apariciones y el de la visión del ángel. "Estoy seguro de que
esta peregrinación dejará algo importante para todos de por vida".
Los
católicos rusos se alojaron en Porto de Mós, población de 6.000 habitantes
cerca de Fátima. Fueron caminando desde allí al santuario, en un camino de
peregrinación. "Fue un momento importante para todos nosotros de unidad y
oración conjunta", explica Anna.
"Rusia se convertirá"
Mucha
gente conoce la promesa de la Virgen de Fátima de que "Rusia se convertirá". Anna
piensa que es así, pero poco a poco. "Creo que nuestro país va
por el camino de la conversión. Veo que muchas personas jóvenes, y no sólo jóvenes, buscan en Rusia
respuestas a preguntas espirituales. Sienten la necesidad de comunicarse
con Dios y encuentran en la Iglesia lo que están buscando o, más precisamente,
a Quién están buscando". Pavel dice que está seguro que "la
realización de la profecía está por delante".
En
las tres catequesis en Lisboa, en la Iglesia de Santa Catarina, los rusos se reunieron con
grupos de Kazajstán, Tayikistán, Turkmenistán, Bielorrusia y Moldavia, con
el ruso como lengua común. "Nuestra comunión fue fraternal, ya que todos
somos hermanos en Cristo y en una sola fe. Por supuesto, cada uno de nosotros
ora por la paz, sin guerra", comenta Pavel. Anna comenta que de cada país
se contaron testimonios de
conversos: varios peregrinos eran novatos en la fe, o conversos de hace
unos años.
Con las banderas de Rusia
En
la JMJ todo el mundo lleva banderas de su país, su región y movimiento. Rusia no es el país más
popular en Europa ahora mismo, pero los peregrinos rusos no escondieron su bandera y
no tuvieron ningún problema, dicen.
"Nuestro
grupo tenía varias banderas, y cuando asistíamos a eventos masivos con todo el
grupo, como la Misa de apertura de la JMJ o una reunión con el Papa, llevábamos
las banderas con nosotros", explica Anna. "Los representantes de muchos países nos dieron la bienvenida con
alegría, expresaron su alegría por el hecho de que el grupo ruso logró
llegar y pidieron tomar una foto como recuerdo".
Pavel
añade que "la bandera
rusa estuvo presente en la ceremonia de salida de las banderas de los países
participantes y la llevó un miembro de nuestra expedición. La gente se
alegraba de ver que conseguimos llegar desde Rusia. No hubo otra
reacción".
Pavel
añade que hubo ucranianos en las catequesis en Santa Caterina, con los rusos y
otros rusohablantes, sin problema ni incidente alguno.
Unidad y oración por la paz
Como
tantos peregrinos, los rusos, en misas y adoraciones, vieron que "a pesar
de las diferentes nacionalidades, idiomas y características culturales, compartimos la misma fe con los
católicos de todo el mundo", dice Anna.
Sobre
los peregrinos españoles e
hispanoamericanos, Anna dice que "eran especialmente enérgicos, cantaban y
bailaban mucho y daban fuerza con su energía. Al pasar junto a ellos,
siempre quería unirme a sus bailes y canciones".
¿Qué
pueden hacer 18 jóvenes rusos por la paz, en la JMJ, y después de ella?
"Podemos estar abiertos al diálogo, a la comunicación amistosa, listos para escuchar
diferentes opiniones y con aceptación y comprensión tratar a cada
persona, independientemente de las opiniones que exprese. Y, por supuesto, orar
por la paz", explica Anna.
De vuelta a Rusia
Los
peregrinos rusos hablarán a sus compatriotas de todo el país en un encuentro en
San Petersburgo a final de mes. Parece que en las catequesis se les habló mucho de "ecología
integral" y quieren hablar de eso. También quieren animar a los
jóvenes católicos (siempre en minoría diminuta) a ser valientes y mostrar su
fe.
"Quiero
compartir la conciencia de que nosotros, los jóvenes católicos creyentes, somos muchos en todo el
mundo, y animar a aquellos que se sienten como una minoría o tienen
dificultades para practicar su fe, por ejemplo, en la familia o en el
trabajo", dice Anna.
"Que
sepan que en la Iglesia
pueden encontrar el apoyo e incluso la familia espiritual que les falta. También
hablaré de la cálida acogida de los lugareños de Porto de Mós, y la calidez de
los peregrinos de todo el mundo en Lisboa. En estos viajes te sientes parte de
una gran familia que te apoya y ayuda en todas las circunstancias. Aconsejaré a
todos los que tengan la oportunidad de visitar una JMJ en el futuro".
También
Pavel dice que hablarán de la hospitalidad de los portugueses y que "el mundo está abierto a la
comunicación, el diálogo y las oraciones comunes con Rusia y que
la construcción de un mundo ecológico basado en valores cristianos está en
manos de la nueva generación".
La
nueva JMJ es el 2027 en
Seúl. La diócesis católica más cercana, además de las coreanas y japonesas,
es la de San José en
Irkutsk, en Siberia Oriental: ocupa el 7% de la superficie emergida de
la tierra y tiene sólo unos 55.000
católicos, ¡incluyendo un par de parroquias que hacen misa en coreano! Les
pilla "cerca".
Pablo J. Ginés
Fuente: ReL