Está escrita con datos contextuales, de bibliografía consultada, de análisis de los textos de don Marcelo con el fin de entender qué es lo que ocurre en el presente
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Portada del libro. Dominio público |
Biografías sobre don Marcelo
teníamos ya varias. En 1986 Miguel Ángel Velasco publicó “Don Marcelo, obispo”.
En 2005, Alberto José González Chaves, “Don Marcelo, amigo fuerte de Dios” y en
2006, Concepción Rueda Fernández presentó “Don Marcelo, servidor y
maestro”.
En este momento, según se dice en el libro, Santiago Calvo, con
José Luis Galán Muñoz y Alberto González Chaves, están preparando la que podrá
ser la biografía más completa en un futuro.
También tenemos las tesis
doctorales de Juan Carlos Ortega, Ignacio Iturria, José Joaquín Morales y
Manuel González Domínguez sobre aspectos concretos del pensamiento de don
Marcelo.
Sin embargo, la que nos ocupa está escrita con tal profusión de
datos contextuales, de bibliografía consultada, de análisis de los textos de
don Marcelo, que la coloca ahora y siempre entre los imprescindibles para
entender qué es lo que le ha pasado a nuestra Iglesia durante el curso
inmediato de nuestra historia ya ocurrida. Y por qué no decirlo, para entender
también qué es lo que le está pasando ahora.
Porque este libro no se ciñe
solo a la vida y el pensamiento de don Marcelo. Ésa es la línea conductora de
lo que se acaba convirtiendo en una historia de la Iglesia en España, y no sólo
de la España contemporánea.
Desentrañar el leit motiv de la figura de don Marcelo lleva al
autor a profundizar en nuestra historia y a hacer constante viajes del pasado
al presente. Una tarea que no se podría llevar a cabo sin una correcta
comprensión tanto teológica como histórica, alejada de cualquier proceso tanto
de mitificación como de mistificación o de dialéctica de contrarios.
Por lo tanto son múltiples los
personajes que aparecen en este libro de casi mil páginas, en su origen tesis
doctoral, y a los que se está refiriendo nuestro autor a la hora de
desplegar su análisis sobre lo que hizo posible, lo que diferenció, lo que
caracterizó a don Marcelo como sacerdote, obispo, arzobispo y cardenal.
Es cierto que, en cierta media, el libro hace historia del
presente, una historia con sus limitaciones. Por ejemplo son frecuentes las
referencias a conversaciones del autor con quien fuera mano derecha e izquierda
de don Marcelo, su secretario personal, antiguo alumno suyo del Seminario de
Valladolid, don Santiago Calvo.
Lo que quiere decir que hay
acontecimientos históricos aún no clarificados del todo, abiertos a un estudio
posterior. Muchos de ellos tienen que ver con la historia de la Conferencia
Episcopal Española y sus iniciativas a lo largo de la historia.
Tiene razón Gonzalo Pérez-Boccherini Stampa cuando afirma, nada
más empezar, que “los historiadores de la Iglesia están de acuerdo en que los
dos cardenales que guiaron la nave de la Iglesia española durante la transición
democrática fueron Don Marcelo y Vicente Enrique y Tarancón. Dos grandes
hombres de Iglesia, si bien no siempre estuvieron de acuerdo en el rumbo del
timón. Al tiempo que avanza la bibliografía sobre el segundo, era necesario
también profundizar en las líneas del primero, para tener una perspectiva más
completa de lo que sucedió en aquellos años”.
De hecho, el historiador Pablo Martín de Santa Olalla afirma, en uno
de sus estudios sobre ese período, refiriéndose a don Marcelo, que “su
biografía sigue siendo una de las grandes deudas pendientes por parte de la
historiografía. Esperemos que en un futuro los especialistas en el tema se
decidan a abordar a uno de los obispos más importantes del último tercio del
siglo XX en España”.
Ha existido, por tanto, una línea de continuidad de aportaciones
historiográficas sobre el cardenal Tarancón, no tanto sobre su pensamiento
teológico. Mientras que de don Marcelo se ha impuesto un injusto silencio, por
razones quizá más eclesiológicas, o de política eclesial, que de otro
tipo.
Un silencio que ahora se rompe. Claro que de don Marcelo no
tenemos unas “Confesiones” como las del cardenal Tarancón. Como escribió don
Marcelo en el prólogo a la biografía de su predecesor en Toledo, Miguel Payá y
Rico, “tratándose de la Iglesia, el pasado no es meramente historia, sino
también riqueza acumulada y vivida”.
En este sentido, este libro contribuye a “desmitificar” y a
colocar acontecimientos y personajes en su sitio. Y también a clarificar
contribuciones no del todo reconocidas. Pongamos el ejemplo del famoso caso
Añoveros, que no se hubiera resuelto sin lo que hizo don Marcelo.
El objetivo del libro, por tanto, es adentrarse en el pensamiento
pastoral desde la perspectiva del alma histórica de España, que ha sido la fe
católica, con lo que le permite al autor dibujar un cuadro de la tradición,
también en el pensamiento, de lo que supone afirmar que España no se entendería
sin la fe católica, ni su historia, ni su presente.
Lo que tiene este libro de historia de la Iglesia, de presentación
de los acontecimientos que han marcado a la Iglesia en España en la historia
durante principalmente la época contemporánea, implica que, como dijo don
Marcelo “rastrear el influjo de la Iglesia en la historia es, por eso, rastrear
el influjo de los ideales trascendentes, manifestando cómo informan y animan a
vida ordinaria en sus dimensiones individuales y colectivas”.
No hay que olvidar que, según escribió el que fuera arzobispo de
Toledo, “la historia de la Iglesia resulta aún más cautivadora por la
incidencia del más poderoso factor de la libertad: la iniciativa divina, que
irrumpe en el curso de la normal existencia humana para invitarnos a responder
al amor que Dios mismo nos ofrece”.
Todo lo dicho convierte este volumen en una propuesta subyacente
que pone en evidencia el significado y las consecuencias que traen los procesos
de secularización intensiva y la contribución de determinados acontecimientos
históricos a esos procesos de secularización.
Dijo don Marcelo en la homilía de su toma de posesión en Toledo:
“El pueblo cristiano tiene derecho a una Iglesia que le ofrezca la paz, no la
turbación de la polémica continuada (…). El pueblo tiene el derecho de hallar
en sus pastores una guía segura”. ¡Qué razón tiene!
Es por tanto esta biografía contextual de don Marcelo una
propuesta de modelo de obispo para España. Se me dirá que modelo de obispo en
la Iglesia sólo hay uno. Depende, que diría un gallego, del tiempo, del
pontificado y de la circunstancia.
Claro que, desde esta perspectiva, el libro se convierte en la
presentación de un modelo de Iglesia, permítaseme esta expresión discutida y
discutible, y de un modelo de obispo, con lo que se interpela no solo el pasado
sino el presente.
Hay que agradecer también a nuestro autor los constantes excursus
de cuestiones históricas o teológicas que enriquecen el libro. Por ejemplo los
referidos al siempre apasionante caso Carranza, por citar uno del pasado
lejano, o de tiempos más cercanos todo lo que tiene que ver con el
posicionamiento de don Marcelo, y los obispos, sobre la Constitución española o
sobre la Ley del divorcio o hechos en la vida de la iglesia como lo referido a
la Asamblea Conjunta Obispos-Sacerdotes de 1971 o a la propia evolución
histórica de la Conferencia Episcopal. Por citar algunos.
Como concluye el autor, glosando a Sánchez Albornoz, “no pretendo que mi teoría de la historia gane el ascenso de los historiadores, pero es la mía, y si me he detenido a exponerla es porque ella ha presidido la redacción de este audaz intento de interpretación de la vida de España”. De la vida de la Iglesia en España.
José Francisco Serrano Oceja
Fuente: ReligiónConfidencial