Los obispos europeos emitieron el martes una declaración condenando la inclusión del derecho al aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, argumentando que la enmienda propuesta violaría la ley de la Unión Europea y la dignidad humana.
Mariano Crociata, obispo de Latina (Italia), presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea |
En su declaración del martes, la
Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) argumentó que
la medida constituiría un atentado contra los derechos humanos.
Afirmando que «la dignidad humana es
un valor supremo en los Tratados y la Carta de la UE», los obispos escribieron
que «el respeto por la dignidad de cada ser humano en todas las etapas de su
vida, especialmente en situaciones de completa vulnerabilidad, es un principio
fundamental en una sociedad democrática».
Además, argumentaron que «no existe
un derecho reconocido al aborto en la ley europea o internacional». Además, la
falta de autoridad de la Unión Europea prohíben al órgano de gobierno de la
misma promulgar tal medida.
«En el ámbito de la UE no hay
competencias para regular el aborto», escribieron los obispos, «y se debe
entender el establecimiento de los derechos fundamentales no está entre las
competencias de la Unión».
Los obispos añadieron que el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos «nunca ha declarado el aborto como un
derecho humano protegido por la Convención Europea de Derechos Humanos» sino
que, al contrario, «ha declarado el derecho a la vida como un derecho humano
fundamental y ha confirmado en su jurisprudencia que es un objetivo legítimo
para los Estados firmantes de la convención proteger la vida por nacer».
El aborto está regulado ampliamente
en los estados miembros de la Unión Europea. A diferencia del marco legal
altamente permisivo que prevaleció en Estados Unidos bajo Roe v. Wade, muchos
países europeos restringen el aborto después de las 12 a 14 semanas de
embarazo; algunos países también imponen períodos de espera y otras
regulaciones.
En enero del año pasado, el presidente francés Emmanuel Macron instó a la Unión
Europea a consagrar el aborto en su Carta de Derechos Fundamentales,
lo que, según él, «daría nueva vida a nuestro conjunto de derechos» allí. En
una declaración en ese momento, COMECE expresó «profunda preocupación y oposición» a
la idea.
«El cuidado de las mujeres que se
encuentran en una situación difícil o conflictiva debido a su embarazo es una
parte central del ministerio diaconal de la Iglesia», escribieron los obispos,
«y también debe ser un deber ejercido por nuestras sociedades».
Fuente: CNA/InfoCatólica