Las misioneras se dedicaban al servicio de los pobres, a través del suministro de alimentos y vestuario: "Queremos manifestar nuestra gratitud por los siete años en el país"
![]() |
Dominio público |
Según la
prensa local, se trata de un grupo de siete misioneras brasileñas que operaban
en Nicaragua como hermanas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo y se dedicaban al servicio de los pobres, a través del suministro de
alimentos, vestuario y oración.
La
Policía Nacional de Nicaragua allanó en la medianoche del domingo la casa donde
atendían las misioneras brasileñas, ubicada en la ciudad de León, 90 kilómetros al
noroeste de Managua, según denunciaron allegados a las religiosas en las redes
sociales y la prensa local.
"Agradecemos la acogida de la Iglesia"
Las
misioneras religiosas tenían previsto abandonar Nicaragua la próxima
semana, luego de que las autoridades de Migración y Extranjería del país
centroamericano no les renovarán sus residencias. "Agradecemos la acogida de la Iglesia y del pueblo durante ese
tiempo que nuestro carisma permaneció en el país sirviendo a los pobres en sus
múltiples rostros", continuó el Instituto de las Hermanas
Pobres de Jesucristo, una orden católica que pertenece a una Fraternidad
Franciscana, fundada en Brasil por el sacerdote Gilson Sobreiro.
Las
religiosas agradecieron a "todas las consagradas, laicos,
jóvenes, bienhechores y amigos que construyeron con nosotros la misión,
haciendo posible llevar Cristo a los pobres", y anunciaron que
continuarán con su misión en El Salvador.
Más de 80 religiosos han abandonado Nicaragua
Hasta el 7
de junio pasado, el Gobierno de Nicaragua había obligado a 77
religiosos a abandonar el país desde que estalló la crisis sociopolítica en
esta nación centroamericana en abril de 2018, incluido al obispo
auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, y monjas extranjeras,
según la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina.
Molina, que
es autora del estudio "Nicaragua: ¿Una Iglesia
perseguida?" que da seguimiento a las agresiones que sufre
la Iglesia católica nicaragüense por parte del Gobierno de Daniel Ortega,
indicó en un informe que al menos 40 religiosos han sido
expulsados en los últimos cinco años, entre ellos el sacerdote
panameño Donaciano Alarcón, a inicios de abril pasado.
Otros 17 religiosos en el exilio alegan razones de seguridad. A doce las autoridades nicaragüenses les prohibieron la entrada al país. Y ocho desterrados, declarados apátridas y "prófugos de la Justicia" acusados de delitos considerados "traición a la patria". Para Molina, la expulsión, destierro o exilio de religiosos es parte de la persecución contra la Iglesia católica nicaragüense. Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
Fuente: ECCLESIA/Agencia EFE