En Burundi, tocar el tambor es símbolo de reconocimiento, por lo que no es raro que se coloquen los sagrarios sobre tambores.
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En la siguiente entrevista, Maxime François-Marsal
habla de la situación en Burundi y de la contribución de ACN al desarrollo de
la Iglesia burundesa.
¿Cómo describiría Burundi?
Burundi es un país sin salida al mar situado en la región de los
Grandes Lagos. Desde hace al menos cinco siglos, los pueblos twa, hutu y tutsi
conviven en el territorio del actual Burundi. La frontera entre estos grupos
étnicos es muy difusa, ya que comparten la misma lengua y la misma religión y,
además, tienen costumbres similares. Sin embargo, Burundi tiene un pasado muy
doloroso, plagado de masacres, asesinatos, conflictos sociales y violencia.
¿Cuál es la situación
religiosa en Burundi?
El sentimiento religioso es muy fuerte en la sociedad burundesa
y, en general, la libertad religiosa se respeta en el país. Los cristianos
representan más del 90% de la sociedad y el cristianismo sigue creciendo. Sin
embargo, y a pesar de ello, la fe cristiana no tiene raíces profundas en
Burundi. Así, por ejemplo, han nacido muchos movimientos religiosos nuevos,
pero estas comunidades suelen carecer de conocimientos sobre la vida religiosa
y la fe cristiana en general, lo que supone un reto. La sociedad, evangelizada hace
apenas 125 años, aún no ha abrazado en profundidad la fe cristiana, por lo que
sigue viviendo de acuerdo a costumbres y tradiciones derivadas de las
religiones indígenas.
¿Qué le ha llamado la
atención de estas tradiciones religiosas?
Burundi sigue muy apegado a sus raíces culturales. Así, hasta el
día de hoy, temen a los muertos, pues creen que sus almas pueden influir en la
vida de los vivos. Además, en la liturgia también se introduce la danza ritual
con el tambor real, la famosa tradición burundesa inscrita en la lista del
Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO que simboliza la fertilidad, la
regeneración y el respeto a la monarquía. En Burundi, tocar el tambor es
símbolo de reconocimiento, por lo que no es raro que se coloquen los sagrarios
sobre tambores. Cuando el presidente de Burundi visitó la Santa Sede, le regaló
al papa un tambor.
¿Cómo viven los cristianos
su vida religiosa?
A los cristianos les gusta reunirse en pequeños grupos para
rezar y ayudarse mutuamente. Con el paso del tiempo, estos grupos de oración se
convierten en comunidades mayores que deciden que necesitan un lugar de culto,
a lo que construyen una iglesia con sus propias manos. Durante mi viaje a
Burundi, visité una de esas iglesias construidas por los mismos fieles. Me ha
inspirado mucho el hecho de que, aunque Burundi sea uno de los países más
pobres del mundo -más del 80% de la población vive en la pobreza-, sus gentes
sean muy generosas, están muy comprometidas con la Iglesia y ávidas de
experiencias religiosas que cambien su vida cotidiana.
¿Qué alcance tiene la
misión de la Iglesia católica en Burundi?
Dos tercios de los cristianos burundeses se identifican como
católicos, Burundi se divide en ocho diócesis, dos de las cuales están
vacantes. El país cuenta con cuatro seminarios mayores y actualmente se está
construyendo uno más en la diócesis de Bubanza con la ayuda de ACN.
En los últimos años, Burundi ha experimentado un auge de
vocaciones a la vida consagrada y al sacerdocio, por lo que hay un gran número
de solicitudes de ingreso a los seminarios, este número aumenta año tras año.
Sin embargo, debido a la mala situación económica, los seminarios no pueden
aceptar a todos los candidatos, por lo que el número de nuevos solicitantes se
limita a trece. Varias congregaciones femeninas ejercen con éxito su
ministerio en Burundi. La primera congregación femenina local -las Hermanas de
Bene Terezya-, ya se ha convertido en congregación de derecho pontificio.
A nivel pastoral, ¿cuáles
cree que son los principales retos del país?
Desde que Burundi obtuvo la independencia en 1962, se han
producido tres genocidios como consecuencia de violentos conflictos entre los
hutus y los tutsis. En marzo de 2022, durante su visita al papa Francisco
en el Vaticano, el presidente de la República de Burundi, Évariste
Ndayishimiye, admitió que la Iglesia católica ha desempeñado un papel
importante en el proceso de paz y reconciliación del pueblo burundés y que,
como consecuencia de estos esfuerzos, se ha instaurado una frágil paz. El
futuro previsible de la libertad religiosa no ha cambiado, pero las tensiones
internas y las circunstancias externas corren el riesgo de afectar a todos los
derechos humanos.
¿Cuál es la contribución
de ACN a la vida del país?
En los últimos diez años, ACN ha contribuido a más de 200
proyectos en Burundi, centrándose especialmente en la formación de sacerdotes,
religiosas y catequistas, así como en el apoyo a diversas actividades
pastorales, este compromiso se mantendrá en el futuro. Sin embargo, actualmente
se cierne sobre el país una creciente amenaza de violencia por motivos
políticos. En Burundi hay un clima de desconfianza generalizado, incluso entre
amigos y familiares.Nuestra acción tiene por objetivo difundir la Buena Nueva
en el corazón de la gente, para que puedan resistirse a la tentación de la
violencia.
Fuente: ACN/InfoCatólica