Todo lo que debes saber del «santo de todo el mundo»
La devoción a San Antonio de Padua está extendida por todo el mundo. Dominio público |
Su devoción es universal, siendo
además considerado como el santo más milagroso, debido a las gracias y hechos
extraordinarios realizados por su intercesión tanto estando él todavía vivo
como todavía hoy.
¿Quién es San Antonio de Padua?
De
nombre Fernando, tras su paso a la vida religiosa optó por el de Antonio. Nació en Lisboa en 1195,
siendo de este modo el santo portugués más universal, aunque sea conocido por
la ciudad de Padua, en la que se encuentran sus restos, y cuya basílica es un
centro internacional de peregrinación. Estudió en la escuela catedralicia de
Lisboa, pero más adelante, en torno a 1210, ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín
de San Vicente de Fora. Allí estuvo dos años, cuando pidió permiso
para trasladarse a Coímbra, donde permanecería ocho años profundizando en su
formación religiosa, pero también en otros ámbitos del saber.
En 1220 Fernando
conoce por primera vez a los franciscanos después de que las reliquias de
cinco misioneros franciscanos martirizados en Marruecos fueran llevadas a
Coímbra. Esto será un elemento esencial en su camino de fe, pues en septiembre
de ese año decide ingresar en la orden los frailes menores fundada por San Francisco de Asís.
A
su vez, surge en él una fuerte
vocación misionera y al martirio, motivo por el cual decide ir a a
Marruecos. Pero en África cae gravemente enfermo y debe regresar a su patria.
Pero el barco, debido a los vientos acaba en Sicilia tras un naufragio. De
Sicilia se dirigió a Asís, donde San Francisco había convocado a los frailes.
Fue entonces cuando fue invitado a dirigirse a la región de Romaña, al
eremitorio de Montepaolo.
Durante
los siguientes años se descubre el tremendo carisma de predicador de San Antonio de Padua, por
lo que es enviado a predicar por todo el norte de Italia y el sur de Francia,
donde tuvo que combatir con las herejías de su tiempo, como la de los
albigenses. Durante dos años enseñó también Teología en Bolonia, siendo uno de
los primeros franciscanos en dedicarse a esta enseñanza.
Posiblemente,
entre 1227 y 1230 fue nombrado
ministro provincial del norte de Italia, teniendo que visitar los numerosos
conventos de la zona, donde Padua para él fue siempre un lugar especial. Se
cree que fue en esta ciudad en la que San Antonio escribiría sus Sermones para
los domingos, una de las grandes obras que ha dejado a la Iglesia.
Después
de la Pascuade 1231, y estando exhausto, aceptó retirarse con otros frailes a
Camposampiero (pueblecito a pocos kilómetros de Padua) huésped del conde Tiso.
Allí pidió que le acondicionaran un sencillo refugio sobre un gran nogal, donde
pasaba las jornadas en contemplación con Dios y en diálogo con las gentes
humildes de la aldea. Es durante esta permanencia cuando se le apareció el Niño Jesús y
dialogó con él, como testificará el conde Tiso.
El
13 de junio de 1231 sintió un fuerte malestar. Puesto en una carreta es llevado
a Padua, donde el mismo ha pedido poder morir. Llegado a la Arcella, un barrio
a las puertas de la ciudad, murmurando las palabras "Veo a mi Señor", murió a la edad de unos 36 años. Algunos
días después, con solemnes funerales, Antonio fue sepultado en Padua, en la
iglesita de Santa María Mater Domini, su refugio espiritual en los períodos de
intensa actividad apostólica.
Al
cabo de un año de su muerte, la devoción de los paduanos y la fama de tantos
prodigios realizados hicieron que el papa Gregorio IX lo proclamase santo el 30 de mayo de
1232, sólo 11 meses después de la muerte. En 1946 la Iglesia proclamó
a san Antonio de Padua "Doctor de la Iglesia Universal", con el
título de Doctor Evangelicus.
¿Por qué San Antonio es considerado el
santo más “milagroso”?
San
Antonio es conocido también como el santo de los Milagros, o el taumaturgo, o
sea, aquel que obra prodigios. De hecho, es conocido mundialmente como el santo más milagroso, fama
que ya tenía en vida, pues además de su humildad y su prodigiosa predicación,
lo acompañaba con hechos extraordinarios que extendieron su fama de santidad,
hasta tal punto de que fue canonizado menos de un año después de su muerte.
León XII le llamaba
el “santo de todo el mundo” porque su imagen está por todos los rincones del
mundo, de ahí que se haya solicitado, y con éxito, su intercesión en numerosas
ocasiones. Son decenas de miles las gracias y milagros concedidos por
intercesión de San Antonio de Padua. Es también conocido por las tradiciones
que dicen que es especialista en las causas difíciles, en encontrar cosas perdidas y también en
encontrar marido a las jóvenes.
¿Cuáles son los milagros más conocidos
que San Antonio hizo en vida?
La
realidad es que ya en vida realizó numerosos milagros, muchos de los cuales
están plasmados en la basílica de Padua. Uno de ellos ocurrió precisamente en
esta ciudad. Un joven llamado Leonardo pateó a su madre en un arranque de ira.
Arrepentido, confesó su falta a San Antonio quien le dijo: "El pie de
aquel que patea a su propia madre, merece ser cortado". Leonardo corrió a
casa y se cortó el pie. Enterado de esto, San Antonio tomó el miembro amputado del joven y milagrosamente
lo reunió al cuerpo.
Otra
cualidad extraordinaria de San Antonio era su capacidad de leer las almas, como
al notario disoluto de Le-Puy, que alejado de la fe y de todo temor de Dios, San Antonio le predijo que moriría
mártir y así fue.
En
otra ocasión, se presentó delante del santo un gran pecador, decidido a cambiar
de vida y reparar todos los males cometidos. Se arrodilló a sus pies para hacer
la confesión, pero fue tal su conmoción que no logró abrir la boca, y lloraba
desconsoladamente. Entonces el fraile le aconsejó apartarse y escribir sobre
una hoja todos sus pecados. El hombre obedeció y volvió con una larga lista.
Fray Antonio leyó todos los pecados en voz alta y le devolvió la hoja. De
repente, el penitente miró
la hoja y la vio totalmente limpia. Los pecados desaparecieron del alma del
pecador e incluso del papel.
Como
se ha dicho anteriormente, San Antonio es conocido en todo el mundo por su
patronazgo especial para encontrar las cosas perdidas y esto se debe a un hecho
de su vida que ocurrió en Montpellier (Francia). Recuerda la revista de El
Pan de los Pobres que un novicio se fugó del convento y se
llevó consigo un salterio con notas explicativas, de gran valor, y que el santo
usaba en la enseñanza. El hecho ocurrió de noche. La tradición dice que apenas
el santo lo supo, se puso a rezar. Cuando el novicio llegó a un puente, se le
apareció el diablo en forma horrible que le dijo: “Regresa al convento y devuelve el libro a Antonio, de lo
contrario te mato y te tiro al río”. El novicio asustadísimo vio que
la figura monstruosa crecía enormemente y se le echaba encima. Corrió y
postrado a los pies del Santo reconoció su error, devolvió el libro y pidió ser
readmitido en la comunidad.
Uno
de los milagros más conocidos es el de la mula. Durante un debate con un hereje
acerca de la presencia de Jesús en la Eucaristía, el hereje retó a San Antonio
a que demostrase con un milagro la presencia real de Cristo en la hostia
consagrada, prometiendo que si lo lograba se convertiría. El franciscano le
explicó entonces que encerraría a su mula en el establo durante varios días sin
darle de comer, después la llevaría a la plaza delante de la gente poniéndole
delante forraje. Al mismo tiempo pondría la Sagrada Forma ante el animal, y si
éste se arrodillaba ante Cristo Eucaristía ignorando la comida es que el
milagro se había producido. Llegó el día y ante la mula San Antonio le muestra
el Cuerpo de Cristo y le dice: “En
virtud y en nombre del Creador, que yo a pesar de ser indigno, tengo
verdaderamente entre las manos, te digo, oh animal, y te ordeno acercarte
enseguida y con humildad y ofrécele la debida veneración”. Antes de que
terminase de hablar la mula bajó la cabeza y se arrodilló.
En
Ferrara se produjo el milagro del niño recién nacido que habló. Cuenta la
tradición que debido a los celos un padre no quería ni tan siquiera tocar al
hijo nacido pocos días antes porque creía que era fruto de un engaño de su
mujer. San Antonio tomó entonces en brazos al recién nacido y le dijo: "Te
ordeno en nombre de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, nacido de la
Virgen María, que me digas con voz clara para que todos lo puedan oír, quién es
tu padre". El bebé,
mirando a los ojos de su padre dijo: "¡Este es mi padre!". Y
dirigiéndose al hombre, el santo añadió: "Toma a tu hijo, ama a tu mujer
que es inocente y merece toda tu confianza".
Son
numerosos los milagros que San Antonio hizo en vida. Puedes leer sobre algunos
más de ellos aquí.
¿Qué es el pan de San Antonio?
Cada
13 de junio, en la festividad de San Antonio, las iglesias que llevan su nombre
suelen repartir el llamado "pan
de San Antonio", devoción que proviene del milagro con el que revivió
Tomasito, un bebé de 20 meses. Su madre le dejo solo un rato y lo
encontró poco después, sin vida, ahogado en un barreño de agua. Desesperada
invocó la ayuda del santo y en su oración hizo un voto: si obtenía la gracia
daría a los pobres tanto pan cuanto pesase el bebé. El hijo recobró
milagrosamente la vida y nació así la tradición del «pondus pueri», una oración
con la cual los padres, a cambio de protección para los propios hijos,
prometían a san Antonio tanto pan cuanto era el peso de los hijos. En este
milagro tiene su origen la Obra del Pan de los Pobres y después la Caritas
Antoniana, , las organizaciones antonianas que se ocupan de llevar comida, y
artículos de primera necesidad y asistencia a los pobres de todo el mundo.
La
devoción a San Antonio de Padua y la promesa de la mujer se mantienen vivas en
muchas parroquias. Estas
iglesias suelen tener pequeñas cajas con el lema "Para el pan de los
pobres", cuyo objetivo es recaudar dinero para poder ayudar a los más
necesitados.
¿Por qué son tan importantes los
sermones de San Antonio?
San
Antonio destacó en muchos aspectos, pero tuvo una gran relevancia por su
predicación y por los sermones que dejó a la Iglesia. De hecho, el Papa Pío XII cuando le declaró
Doctor de la Iglesia en 1946 le atribuyó el título de “Doctor Evangélico”,
porque en sus escritos ponía de manifiesto de manera magistral la belleza del
Evangelio.
De
este modo, los sermones
son la gran obra literaria y teológica de San Antonio. Se tratan de un
tratado de doctrina sagrada en forma de recopilación de sermones, con los que
el santo se propuso exponer toda la Escritura analizando las lecturas
propuestas para la liturgia dominical y festiva de su época. Los escribió con
la finalidad específica de ofrecer a sus hermanos un instrumento de formación
para la vida cristiana. Los argumentos tratados son normalmente los de la fe y
de las buenas costumbres. El Santo ofrece a los predicadores instrumentos para
la predicación: cómo enseñar a los fieles la doctrina del Evangelio, cómo
valorizar los sacramentos, sobre todo la penitencia y la eucaristía.
En
la Audiencia General del 10 de febrero de 2010, el Papa Benedicto XVI quiso hablar específicamente sobre
los sermones de este santo portugués, mostrando con su particular claridad la
importancia de estos escritos.
“En
el último periodo de su vida, san
Antonio puso por escrito dos ciclos de ‘Sermones’, titulados respectivamente Sermones
dominicales y Sermones sobre
los santos, destinados a los predicadores y a los profesores de
los estudios teológicos de la Orden franciscana. En ellos comenta los textos de
la Escritura presentados por la liturgia, utilizando la interpretación
patrístico-medieval de los cuatro sentidos: el literal o histórico, el
alegórico o cristológico, el tropológico o moral y el anagógico, que orienta
hacia la vida eterna. Hoy se redescubre que estos sentidos son dimensiones del
único sentido de la Sagrada Escritura y que la Sagrada Escritura se ha de
interpretar buscando las cuatro dimensiones de su palabra. Estos sermones de
san Antonio son textos teológico-homiléticos, que evocan la predicación viva,
en la que san Antonio propone un verdadero itinerario de vida cristiana. La
riqueza de enseñanzas espirituales contenida en los ‘Sermones’ es tan grande,
que el venerable”, explicaba el Papa alemán.
Además,
Benedicto XVI agregaba que “en estos sermones, san Antonio habla de la oración como de una relación de amor,
que impulsa al hombre a conversar dulcemente con el Señor, creando una
alegría inefable, que suavemente envuelve al alma en oración. San Antonio nos
recuerda que la oración necesita un clima de silencio que no consiste en
aislarse del ruido exterior, sino que es una experiencia interior, que busca
liberarse de las distracciones provocadas por las preocupaciones del alma,
creando el silencio en el alma misma. Según las enseñanzas de este insigne
Doctor franciscano, la oración se articula en cuatro actitudes indispensables
que, en el latín de san Antonio, se definen: obsecratio,
oratio, postulatio, gratiarum actio. Podríamos traducirlas así:
abrir confiadamente el propio corazón a Dios; este es el primer paso del orar,
no simplemente captar una palabra, sino también abrir el corazón a la presencia
de Dios; luego, conversar afectuosamente con él, viéndolo presente conmigo; y
después, algo muy natural, presentarle nuestras necesidades; por último,
alabarlo y darle gracias”.
¿Por
qué se representa a San Antonio con el Niño Jesús en brazos?
El
arte ha representado durante los últimos siglos a San Antonio de Padua junto al
niño Jesús, y esto se debe a que al final de sus días, el santo tuvo una
aparición del propio Jesús como niño. En mayo de 1231 pocos meses antes de
morir se trasladó a Verona y de ahí al castillo de Camposampiero del conde
Tisso, donde había una comunidad de franciscanos. En el bosque tenía una
pequeña cabaña, donde pasaba gran parte del día centrado en la oración. Fue en ese lugar donde tuvo lugar
la visión del Niño Jesús. El conde, que espiaba con frecuencia al
santo, presenció esta visión. San Antonio le prohibió que lo divulgara hasta
que él hubiera muerto. En este sentido, una vez que se hizo conocido este
relato a finales del siglo XV se comenzó a representar a San Antonio con el
niño Jesús en los brazos.
Cronología de San Antonio de Padua
El
Pan de los Pobres, la revista de los devotos de San Antonio, recoge algunos de
los momentos más relevantes de su vida y de su posterior devoción:
-1195: San Antonio de
Padua nace en Lisboa, cerca de la catedral, en la que fue bautizado, cuyo
nombre de bautismo era Fernando.
-1201-1210: Fernando Martín o
Martins estudia en la escuela catedralicia.
-1210: Ingresa en la
Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín en Lisboa.
-1212: Se traslada al
monasterio de Santa Cruz de Coimbra, donde se dedica por entero a la plegaria y
al estudio.
-1220: El rey Pedro de
Portugal regresa de una campaña en Marruecos con las reliquias de frailes
franciscanos mártires. En ese momento nace en su interior el anhelo de dar su
vida por Cristo y le anima a ingresar en los Frailes Menores (eremitorio de San
Antón de Olivares), con el nombre de Fray Antonio (San Antonio de Padua). Hace
la profesión religiosa y en diciembre se traslada a Marruecos.
-1221: Cae gravemente
enfermo y en la nave en la que regresaba una tempestad llevó la nave hasta
Sicilia. En mayo asiste al capítulo general de la Orden, en Asís, y un mes
después se retira al eremitorio de Monte Paolo, en la Emilia-Romaña.
-1222: Comienza su
misión de predicador itinerante por Romaña. A su predicación moral y
penitencial hay que asociar su acción pacificadora, su enseñanza de la Sagrada
Escritura a sus hermanos frailes, su enfrentamiento con los herejes, etc.
-1223: Continúa con la
predicación y además es nombrado Maestro en Teología por San Francisco, que le
envía a enseñarla a sus frailes en Bolonia.
-1224: Desde el otoño de
1224 hasta finales de 1227, San Antonio predica en el sur Francia, región muy
afectada por la herejía albigense.
-1226: San Antonio de
Padua es nombrado “custodio” de los frailes de la región de Limoges (Francia).
-1227: Regresa a
Italia y asiste en Asís al capítulo general. Es enviado como ministro
provincial a la Emilia.
-1228: Predica en
presencia del Papa Gregorio IX, en San Juan de Letrán, y es por el Papa para
escribir los “Sermones dominicales”.
-1230: Aasiste en Roma al
capítulo general y luego es enviado nuevamente a Roma por el Papa Gregorio IX,
para arbitrar en la interpretación de la regla de los franciscanos. En verano
San Antonio de Padua regresa a Padua, donde predica y escribe los “Sermones de
las solemnidades”.
-1231: Predica en Padua
durante toda la Cuaresma. En mayo se traslada al eremitorio de Camposampiero y
muere el 13 de junio en el convento de La Arcella.
-1232: Menos de un año
después de su muerte, el 30 de mayo, San Antonio de Padua es canonizado en la
catedral de Espoleto por el Papa Gregorio IX.
-1263: Exhuman su cuerpo
en presencia de San Buenaventura y se encuentra su lengua incorrupta.
-1946: El 16 de enero,
el Papa Pío XII proclama a San Antonio de Padua “Doctor de la Iglesia”.
Oración a San Antonio de Padua
Oh san Antonio, el
más clemente de todos los santos, tu amor por Dios y todas sus criaturas te
valió poderes milagrosos en esta tierra. Te lo imploro, intercede en mi favor.
Susurra mi ruego a la oreja del Niño Jesús, que tanto amaba acurrucarse entre
tus brazos… (exprese aquí su petición)…
Oh san Antonio, santo
de los milagros, cuyo corazón está colmado de compasión humana, te lo ruego,
concédeme mi plegaria y te estaré por siempre agradecido. Amén
J. L. N.
Fuente: ReL