La generosidad solidaria es a menudo la única respuesta concreta a la injusticia y al dolor que oprimen a tantos seres humanos
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Ayudas a las víctimas de los terremotos (AFP or licensors) |
Francisco recibe a los participantes en la
plenaria de la Roaco, pero entrega el discurso preparado sin leerlo, explicando
que tiene "una respiración no buena" debido a los efectos de la
anestesia tras la operación. En el texto, el Pontífice insta a continuar con la
"solidaridad activa" en las zonas "heridas" del mundo. En
particular, pide ayuda para las víctimas del terremoto en Turquía y Siria:
"Tantas promesas, pero sigue siendo difícil enviar ayuda a través de los
sistemas bancarios normales
No leyó el discurso preparado,
explicando que estaba "todavía un poco bajo los efectos de la anestesia
total" que sufrió durante la operación de laparotomía el 7 de junio en el
Hospital Gemelli. "La respiración no es buena", dijo el Papa
Francisco a los miembros de la Roaco, la Reunión de las Obras de Ayuda a las
Iglesias Orientales, y de la Youth Conference reunidos en sesión plenaria en
Roma del 19 al 22 de junio para hacer un balance de las dificultades que
atraviesan tantos países, en particular Tierra Santa, Eritrea, Turquía e Irán.
El Papa, sin embargo, diciéndose "contento por esta visita", entregó
su discurso, en el que reiteró la "solidaridad activa" del organismo,
"que ayuda a curar las heridas y es como una caricia en el rostro de los
que sufren". A continuación, animó a continuar el trabajo en las tierras
más heridas del mundo, sin que falte sobre todo "concreta cercanía,
cercanía de oración y de caridad, al martirizado pueblo ucraniano".
Cercanía al
pueblo ucraniano y a las víctimas del terremoto
Francisco alabó el "gran
compromiso" de Roaco, en colaboración con las agencias, "para apoyar
a los desplazados internos y a los refugiados" en Ucrania. A estos
esfuerzos "por ese querido país" Jorge Mario Bergoglio unió los suyos
hace unos años con la iniciativa "El Papa por Ucrania" y otras
intervenciones constantes, recordó el mismo. También se detuvo en la importante
contribución de la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales para
"curar las heridas del terremoto en Turquía y Siria, en medio del
sufrimiento cotidiano de pueblos duramente probados.
Espero que se pueda realmente
seguir ayudando a esas poblaciones; se han hecho tantas promesas, pero sigue
siendo difícil utilizar los sistemas bancarios normales para enviar ayuda a las
víctimas.
Francisco agradeció también por
haber estudiado en la plenaria que acaba de terminar "proyectos de ayuda
en Irán, Turquía y Eritrea": "Que los enormes tesoros humanos y
naturales que Dios ha concedido a esas hermosas tierras puedan ser valorizados
y se pueda llevar un poco de serenidad a sus habitantes", expresó.
La
generosidad, única respuesta al dolor
"La generosidad solidaria es a
menudo la única respuesta concreta a la injusticia y al dolor que oprimen a
tantos seres humanos", afirmó el Papa. Y observando los desequilibrios y
tensiones en los distintos continentes, observó cómo "hoy es tremendo el
contraste con el plan de Dios": un "plan de paz, de fraternidad y
concordia para todos", que "nos invita a dejar de combatirnos
mutuamente y a unir más bien nuestras fuerzas para luchar contra el hambre y la
enfermedad". Las crónicas muestran exactamente lo contrario. Y esta
violencia tiene raíces antiguas -subraya el Papa en su discurso no pronunciado-
que se remontan a los tiempos de Caín y Abel, del hermano que mata a su hermano
inocente. Aquel acontecimiento, sin embargo, representa también "el primer
acto de justicia y de misericordia", porque "Dios, que expulsó a
Caín, impidió sin embargo que lo mataran".
¡Qué bien nos hace a los
cristianos, en primer lugar, escuchar con el corazón abierto esta Palabra
sagrada, para dejarnos iluminar y guiar no por nuestros propios designios, sino
por la misericordia de Dios, que quiere abrazar y salvar a todos los hombres, a
todos los hermanos de Jesús!
Las
expectativas de los jóvenes de las Iglesias orientales
A continuación, Francisco se detuvo
en uno de los temas centrales de la plenaria de Roaco, "las expectativas
de los jóvenes de las Iglesias Orientales". "Es una elección
sabia", observó, porque "los jóvenes quieren ser protagonistas del
bien común, que debería ser la 'brújula' de la acción social". A los
jóvenes que habitan territorios "donde restaurar el bien común es una
condición esencial para la supervivencia", el Papa les recomiendó:
"¡Sean centinelas de la paz para todos, profetas que sueñan y anuncian un
mundo diferente ya no más dividido!" Siempre a los jóvenes, Francisco
recordó la exhortación de Benedicto XVI en la exhortación Ecclesia in Medio Oriente a
"cultivar continuamente la verdadera amistad con Jesús mediante la fuerza
de la oración". De aquí hay que partir, "del amor crucificado y
resucitado", porque así "será más fácil rechazar no sólo los
particularismos, sino también el triunfalismo, y rechazar una solidaridad
exhibida para quedar bien y ser relevantes".
Sí, el corazón traspasado de Dios
nos libera de una caridad pensada como un oficio, un cálculo de puro
filantropismo, una burocracia dde bondad o, peor aún, una trama de intereses
políticos.
Hacer brotar
semillas de esperanza
"Compasión",
es la otra palabra clave del Papa, "porque nos muestra el amor de Dios que
se involucra totalmente en el sufrimiento humano". Del mismo modo hay que
implicarse "en la tierra árida del dolor para hacer brotar semillas de
esperanza".
Salvatore Cernuzio
– Ciudad del Vaticano
Vatican News