VUELVEN POR TODO EL PAÍS LAS ROGATIVAS PARA PEDIR LA LLUVIA

Ante la calamitosa situación de los campos en España por la escasez de precipitaciones, la Iglesia acude a la oración y a las procesiones

Obispo de Solsona. Foto: EFE/Siu Wu
España se seca. El mes de marzo fue, según la Agencia Estatal de Meteorología, el segundo marzo con menos lluvias del siglo XXI y, a su vez, el tercero más cálido desde el inicio de la serie histórica en 1961. Las precipitaciones representaron el 36 % del valor normal del mes y se consolida la escasez de agua que afecta a la península desde diciembre de 2022. 

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) estima que esta situación asfixia ya al 60 % del campo y produce pérdidas irreversibles en más de 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano. Tanto, que se dan prácticamente por perdidas las cosechas de trigo y cebada en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, y en las zonas más áridas de Aragón, Cataluña y Castilla y León. 

Preocupan también, según la entidad, las restricciones en la dotación de agua para el regadío, que «mermarán con toda seguridad las siembras de verano y harán que muchos agricultores opten por reducir la superficie de maíz, girasol, arroz y algodón». Junto a ello, la falta de vegetación y floración en los montes impide que las abejas puedan alimentarse y producir miel. Sería la tercera campaña sin cosecha para los apicultores. 

Ante este panorama, son muchas las diócesis que, recurriendo a una tradición arraigada en la Iglesia desde tiempos inmemoriales, han puesto en marcha rogativas para pedir la lluvia. Se trata de oraciones de carácter público acompañadas generalmente de procesiones, como la que preparan en Jaén para el próximo 1 de mayo: una salida extraordinaria de Nuestro Padre Jesús Nazareno. 

La falta de precipitaciones, destaca en una nota hecha pública a mediados de este mes el obispo, Sebastián Chico, es «preocupante», especialmente en esta provincia andaluza que es la «principal productora de aceite de oliva del mundo». El agua se necesita «para nuestros 66 millones de olivos, porque nuestra economía depende fundamentalmente de su producción».

Así, el prelado invita a los creyentes a «afrontar esta realidad con mirada de fe». En primer lugar, siendo conscientes de que el agua «es un regalo de Dios y somos responsables de su uso como parte fundamental de esta casa común». Y en segundo, pidiendo «con insistencia y confianza en todo momento», como el mismo Jesús exhortó a pedir al Padre. Además de solicitar la salida del Nazareno, Chico invita a rezar la oración del Papa san Pablo VI para pedir la lluvia; que esta intención particular se incluya en laudes y vísperas, así como en la oración de los fieles de las Eucaristías, y que, siempre que la liturgia lo permita, se celebre la Misa para pedir la lluvia.

La de Jaén no será la única rogativa. En Córdoba saldrá san Rafael el 6 de mayo y en otros muchos puntos de España ya las han llevado a cabo. Tal es el caso de Olvera, de la diócesis de Asidonia-Jerez, donde el 9 de abril vivieron la salida extraordinaria de su patrona, Nuestra Señora de los Remedios. Unos días después, el 18 de abril, se celebró una Eucaristía en la catedral de Jerez de la Frontera a instancias del obispo, José Rico Pavés, con la presencia del Cristo de las Aguas. 

En La Muela (Zaragoza), los agricultores sacaron a su Virgen de la Sagrada el 15 de abril y, a finales de marzo, el obispo de Solsona, Francisco Conesa, presidió una Misa y una procesión con la Mare de Déu dels Torrents. «No acudimos a Dios para que haga un acto de magia», recordó, sino para que «nos ayude en nuestras necesidades materiales». A veces esta ayuda llega de forma casi inmediata, como sucedió en Perpiñán también en marzo, cuando pocas horas después de la procesión de san Galdric llovió en los Pirineos Orientales durante tres horas seguidas.

Begoña Aragoneses

Fuente: Alfa y Omega