El Papa concede a la archidiócesis este año jubilar con motivo del centenario de la entronización del Corazón de Jesús en la catedral. Comenzará el 16 de junio de 2023 y se extenderá hasta el 7 de junio de 2024
La torre de la catedral está coronada por una estatua del Sagrado Corazón de Jesús |
Lo ha anunciado el arzobispo Luis Argüello durante
la homilía en honor al patrón de Valladolid, san Pedro Regalado. La Santa Sede
ha concedido a Valladolid un Año Jubilar del Corazón de Jesús que comenzará el
16 de junio de este año, solemnidad del Corazón de Jesús precisamente, y que
concluirá en la misma solemnidad de 2024, es decir el 7 de junio del próximo
año.
El arzobispo de Valladolid ha firmado este
domingo el decreto por el que se hace realidad este año de gracia. Justo un 14
de mayo de 1733 el beato Bernardo de Hoyos recibió del Corazón de Jesús la Gran
Promesa, es decir, «reinar en España y con más veneración que en otras partes».
«Yo que no había oído jamás tal cosa, empecé a leer el origen del culto del
Corazón de nuestro amor Jesús, y sentí en mi espíritu un extraordinario
movimiento fuerte, suave y nada arrebatado ni impetuoso, con el cual me fui
luego al punto delante del Señor sacramentado a ofrecerme a su Corazón para
cooperar cuanto pudiese a lo menos con oraciones a la extensión de su culto»,
escribía el beato cuando estudiaba teología tras leer el libro ‘De cultu
Sacratissimi Cordis Iesu’.
Por ello, este joven jesuita, natural de
Torrelobatón, está considerado como el primer apóstol del Corazón de Jesús en
España. Murió a los 24 años de tifus pocos meses después de haber sido ordenado
sacerdote.
El Vaticano ha concedido este Año Jubilar con
motivo del centenario de la entronización de la imagen del Corazón de Jesús en
la torre de la catedral. Por ello, este templo y la basílica de la Gran Promesa
que alberga el Centro de Espiritualidad del Sagrado Corazón. A las
celebraciones devocionales se unirán eventos y propuestas culturales.
16 de junio será posible conseguir la
indulgencia plenaria visitando estos templos y cumpliendo con las condiciones
propias de los jubileos, es decir, la confesión sacramental, comunión
eucarística, y oración por las intenciones del Papa Francisco y las necesidades
de la Iglesia y de la diócesis.
Fuente: Alfa y Omega