El sábado 6 de mayo el ejército del Rosario de Hombres salió a las calles de más de 40 países y rezó, de rodillas ante la Virgen María, por la revalorización del varón en la sociedad y la conversión del mundo entero.
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El Rosario de Hombres en Buenos Aires. Crédito: Cortesía Segundo Carafi |
En
esta oración pública, agregó, se pide por “el reinado de la paz de Cristo en
nuestros corazones y en nuestras patrias”.
El
Rosario de Hombres también se hizo en diversas ciudades de Colombia, Perú,
Venezuela, Chile, Puerto Rico, Guatemala, El Salvador, Panamá, Ecuador y
Paraguay.
Otros
países que también participaron fueron España, República Dominicana, Cuba,
Brasil, Honduras, Ucrania, Italia, Croacia, Australia, Indonesia, país
mayoritariamente musulmán, y Filipinas, el país con más católicos de Asia,
entre otros.
Páez
destacó además que la oración se hace en las calles “en las naciones
hispanoamericanas, que son culturalmente cristianas, para reclamar el espacio
público para nuestro Señor Jesucristo, porque no se enciende una lámpara para
ponerla debajo del celemín, sino que se pone en lo alto para que alumbre en
toda la casa”.
“Queremos
asumir nuestro llamado como varones en la vida de esta Iglesia, de esta Iglesia
peregrina que también se le conoce como Iglesia militante”, continuó.
El
Coordinador General del apostolado Caballeros del Rosario comentó asimismo que
“queremos militar en el ejército de Jesucristo para poder inspirar a otros
varones a recordar que la vida de la Iglesia no es solamente un ámbito de
reuniones con pensamientos positivos, sino que es una batalla espiritual, que
nos representa la aventura por la que vale la pena dar la vida. Queremos
disponernos a la abnegación y al sacrificio”.
Por su
parte, Segundo Carafi, uno de los organizadores del Rosario de Hombres en
Buenos Aires (Argentina) explicó que “la importancia de este Rosario reside en
que son justamente hombres los que quieren recuperar la fe en el ámbito
público, pidiendo por la recuperación de su propia esencia, en un mundo que lo
critica y que lo ataca”.
De esta
forma, prosiguió, se demuestra que “la fe no es cosa solamente de mujeres y que
el varón, como varón padre de familia, el sacerdote como tal, están listos para
dar batalla en la defensa de su esencia más absoluta como varón, que hoy es
algo que está en discusión”.
“En
un mundo donde el hombre es no solamente criticado desde todos los frentes,
desde el padre de familia hasta el sacerdote, sino que además es atacado en su
esencia máxima como hombre, buscando la feminización del varón y la feminización
de la mujer, en el Rosario de Hombres pedimos por esa revalorización del hombre
en la sociedad”, concluyó.
Carlos
Waite, uno de los coordinadores del Rosario de Hombres en Perú, destacó la
participación de fieles de distintos carismas e incluso de personas que estaban
alejadas de la fe.
“El Rosario de
Hombres es una respuesta contundente a decirle no al laicismo de estos días, y
fue un rotundo no en la vía pública, un valiente enfrentamiento con el
enemigo”, dijo Waite a ACI Prensa.
Paco Páez
compartió un pensamiento final con ACI Prensa: “Recuerden que un cristiano sin
rosario es como un soldado sin armas”.
Por Walter
Sánchez Silva
Fuente: ACI
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