Una sorpresa… ¿inesperada?
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
No hay nada como planificar una tarde para que
las cosas sucedan completamente de otra forma. Sí, mi tarde de ayer estaba bien
organizada: terminar rápido los preparativos de la sacristía para Pentecostés y
después subir rápidamente a la celda a arreglarla un poco. Quería dejarla en
orden, pues hoy comenzamos nuestros ejercicios espirituales.
Y sin embargo, nada fue según lo que yo había
previsto. ¡Y menos mal! Todo me tomó por sorpresa, una cosa tras otra: una
visita muy especial, una hermana para ayudarla, otra para un asunto pequeño...
Total que de las 17 horas que pensaba estar ya
en la celda, se me hicieron las 19... pero mientras me cambiaba para bajar a
vísperas, me impresionó un pensamiento que me sobrevino: "¡qué bien,
Señor, porque así estoy segura de estar haciendo Tu voluntad!"
Y es que así es el Señor. Muchas veces nos toma
por sorpresa, como a los discípulos que permanecían encerrados en el cenáculo
por miedo a los judíos. Pero Él envió su Espíritu Santo como un fuego que los
encendió, impulsándolos a salir de sí mismos hacia todos aquellos a quienes
antes temían. Aquella sorpresa inesperada los despertó por completo. ¿Pero
realmente era inesperada? No, en realidad Jesús ya se lo había dicho, pero
ciertamente ellos no esperaban que fuera así...
Y esto mismo nos sucede a nosotros. Él siempre
se manifiesta en nuestra vida, lo que sucede es que nosotros no siempre estamos
abiertos a reconocer que es Él. Porque su "sorpresa" viene a sacarnos
de nosotros mismos y a enviarnos a extender ese Fuego de Su Amor a todos.
¡Hoy es Pentecostés! Y lo mismo que ellos
vivieron, no quedó como un acontecimiento del pasado, sino que también es para
nosotros, para nuestro tiempo, para ti y para mí. El Señor quiere renovar
nuestra vida, nuestras comunidades, nuestras familias como un nuevo
Pentecostés.
Hoy el reto del amor es acudir a la Eucaristía
y al salir de ella, con el Fuego de Su Espíritu, vivir para llevar ese mismo
Amor a todos. Reúnete con tu comunidad para orar, tal y como aquellos
discípulos estaban reunidos junto con María, y permite que tu vida también sea
transformada y enviada para servir.
VIVE DE CRISTO.
¡Feliz día!
28 mayo 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma