Hoy domingo comienza la Semana Santa con el Domingo de Ramos, fecha en la que se recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén, cuando fue aclamado por una multitud que portaba palmas y ramos de olivo
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Domingo de Ramos | Crédito: Daniel Ibañez - ACI Prensa |
¿Cuál es el sentido de estas palmas al ser bendecidas y por qué
conviene que se usen?
El Directorio sobre la piedad popular
y la liturgia publicado por la Santa Sede en 2002, señala que “a los fieles les
gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de
olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión”
de Domingo de Ramos.
El sacerdote argentino Leandro
Bonnin, autor de numerosos libros de espiritualidad y defensa de la vida,
comentó a ACI Prensa en 2021 que “es bueno conservar un signo visible de una
celebración tan hermosa e importante” y, al mismo tiempo, que esa “sensibilidad
perdure en el pueblo de Dios a pesar de las tendencias secularizantes”.
El mencionado Directorio también
advierte que se debe “instruir a los fieles sobre el significado de
la celebración, para que entiendan su sentido”.
Seguidamente, afirma que las palmas
“se conservan, ante todo, como un testimonio de la fe en Cristo,
rey mesiánico, y en su victoria pascual”.
El Papa Benedicto
XVI, en una homilía de Domingo de Ramos del 2006, explica: “Los ramos de olivo,
signo de la paz mesiánica, y los ramos de palma, signo
del martirio, don de la vida a Dios y a los hermanos,
con los que ahora aclamaremos a Jesús como Mesías, testimonian nuestra adhesión
firme al misterio pascual que celebramos”.
El P. Bonnin, sintetizando ambos
textos, detalla en cuatro puntos que el conservar los olivos y palmas es un
signo de:
● Que creemos en Jesús, que Él es
nuestro Rey y que estamos dispuestos a permanecer junto a Él, pase lo que pase.
● Que anunciamos que Él ha vencido a la muerte en su Resurrección; que su
Pascua es el centro de la historia y la fuente de nuestra esperanza.
● Que queremos ser “constructores de
paz”, la paz de Cristo Rey, paz con Dios y con nuestros hermanos.
● Que, al igual que Cristo, queremos
hacer de nuestra vida un don para Dios y nuestros hermanos. Que estamos
dispuestos a vivir como “mártires”, testigos del Amor y dispuestos a
sacrificarnos por amor, como Él y en Él.
Qué evitar respecto a
las palmas o ramos de olivos
El Directorio sobre la piedad popular
y la liturgia es claro en advertir que los ramos de olivo o palmas “no se
conserven como si fueran amuletos, con un fin curativo o para mantener alejados
a los malos espíritus y evitar así, en las casas y los campos, los daños que
causan, lo cual podría ser una forma de superstición”.
La superstición es un pecado contra el
primer mandamiento, recuerda el P. Bonnin.
El Catecismo de la Iglesia Católica
enseña que “la superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las
prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero
Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a
ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias”.
El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, por su parte, clarifica
que los pastores tienen que “insistir en que lo verdaderamente importante es
participar en la procesión y no simplemente procurarse una palma o ramo de
olivo”.
El P. Bonnin comenta un hecho curioso
que ocurre en algunas zonas de las provincias de Argentina: “Más gente
participa en las Misas del Domingo de Ramos que en las de Pascua, lo que
evidentemente no hace justicia a la jerarquía litúrgica y significado
salvífico. Es probable que esa mayor participación tenga lugar por el atractivo
que en muchos hermanos tienen los ramos bendecidos”.
“Entonces, ¿se puede o no se puede
llevar y conservar las palmas y ramos de olivo? Sí, ¡por supuesto! Pero dándole
el sentido y significado verdadero”, concluye el sacerdote argentino.
Por Diego
López Marina
Fuente: ACI
Prensa