En esta edición se clausurará el Año Santo Jubilar concedido por el Papa en 2022 a la diócesis navarra por el 450 aniversario de la canonización de San Francisco Javier.
Castillo de Javier. Dominio público |
En esta ocasión no habrá restricciones por la pandemia y será más especial que en otras
ediciones ya que se
clausurará el Año Santo Jubilar concedido por el Papa en 2022 a la
diócesis navarra por el 450 aniversario de la canonización de San Francisco
Javier.
El voto por la gran
epidemia
Se espera que este 5 de marzo miles de peregrinos partan desde Sangüesa a las
8:00h para llegar a las 10:00h a la misa en la explanada del Castillo
de Javier. Entre las dos grandes Javieradas, tendrán lugar, el lunes 6, la Javierada monástica; el
martes 7, la Javierada
militar. El jueves 9, serán los sacerdotes los que acudan a la Javierada
Sacerdotal.
La segunda gran Javierada, la del sábado 11, partirá de Sangüesa a las 15:00h
para llegar a la Misa en el Castillo a las 17:00h. Quedan para mayo, cuando
mejore el tiempo las Javierada escolar, el día 13, y la del Enfermo, el día 21.
Las Javieradas se
remontan a 1885, cuando una epidemia de cólera asoló la región y la Diputación
Foral de Navarra invocó a San Francisco Javier para que librara al pueblo
navarro de aquella terrible enfermedad.
Los navarros de la época ofrecieron la promesa de caminar a Javier si se
cumplían sus ruegos. El Santo respondió a la súplica, y fue así como nació esta
popular tradición. Las Javieradas se convierten, cada año, en la manifestación religiosa y
popular más importante de Navarra y una de las más clásicas de España.
Las Javieradas tienen un carácter festivo, cuaresmal, familiar, juvenil y misionero.
Estas marchas se enmarcan en la Novena de la Gracia, en honor del patrono de
las misiones, San Francisco Javier, que se celebra en las parroquias que tienen como titular al
santo.
Fue en 1633, cuando el padre Marcelo Mastrilli, de la Compañía de
Jesús, a punto de morir a raíz de un accidente, hizo voto en honor de San Francisco Javier de ir a las
misiones en Oriente si se le concedía el restablecimiento de su salud. Una
noche se le apareció el
santo animándole a cumplir su voto y le anunció que, como misionero,
sufriría el martirio en Japón.
Su salud se restableció y partió como misionero. Moriría en el país nipón, como
se lo había predicho el santo. Su martirio fue en el Monte Unzen, el volcán
donde se torturó a tantos cristianos antes de ser arrojados a las aguas en ebullición que lo rodeaban.
El padre Mastrilli fue quien popularizó la Novena de la Gracia,
asegurando la especial
ayuda del santo misionero a cuantos le invocasen. Más tarde, otro jesuita,
el padre Alejandro Filipucci, también curado por el santo en 1658, compuso la
novena y fijó la fecha justo en el aniversario de la canonización de San
Francisco. Consta de una oración, un Padrenuestro y un Avemaría, rezados durante estos nueve
días seguidos, hasta el 12 de marzo.
En estos días se reza "pidiendo una gracia especial, si nos
conviene". La devoción se ha divulgado en muchos lugares del mundo, sobre todo en la India. Se la conoce como la Novena de la Gracia "por su
grande y comprobada eficacia en las necesidades de la vida
presente", en palabras del Papa San Pío X.
Jesús M. C.
Fuente: ReL