La escritora madrileña lleva 30 reediciones de su libro sobre el Purgatorio
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María Vallejo-Nágera nos invita a mirar más allá y ayudar con oración a las almas del Purgatorio |
En los cines de España se puede ver estos días la película Purgatorio, entre el Cielo y la
Tierra, un documental con partes dramatizadas que aborda un
tema del que se habla poco en la Iglesia actualmente: el Purgatorio. Dios no da estadísticas, pero
parece probable suponer que la mayoría de las almas que lleguen al Cielo lo
hagan a través de esta fase
de purificación posterior a la muerte (el Catecismo dice en sus
párrafos 1030 a 1032 que es "una purificación a fin de obtener la santidad
necesaria para entrar en la alegría del cielo").
La película es obra
del director polaco Michal Kondrat (que ya filmó sobre
Santa Faustina Kowalska y
sobre San Maximilano Kolbe, en Dos Coronas). Nos
presenta como narradora a una figura
histórica peculiar, la polaca Fulla Horak, que en 1935 empezó a tener visiones
místicas de santos y luego escribió sobre sus visiones del Cielo, el
Infierno y el Purgatorio. Fulla fue luego oficial militar en la Segunda Guerra
Mundial, pasó 10 años en el gulag soviético y sobrevivió para morir anciana en
1993.
Pero la película no se limita a las visiones de Fulla, sino que
las acompaña con experiencias
de frailes que vivieron con San Pío de Pietrelcina,
y comentarios de teólogos y estudiosos.
- Es que me acababa de convertir. Yo me convertí en el 2000, y
empecé mi investigación fascinada por ese tema, con la mejor intención, y
consultando a muchos sacerdotes, y no acabé hasta el 2006, cuando lo publiqué.
Una vez publicado, recibí cientos de mensajes. Muchos eran de personas que se
quejaban, incluso sacerdotes, y decían "usted se inventa cosas", "cómo es que habla
usted de estas cosas", "esto no es dogma"... Yo no era
teóloga, y me defendí como pude, pero lo cierto es que yo me remitía a lo que
enseña la Iglesia y lo que está en el Catecismo, del punto 1030 al 1032.
» Luego, mi amiga Paloma Gómez
Borrero [corresponsal de Cadena COPE en el
Vaticano, fallecida en 2017] me llevó a la Iglesia del Sacro
Cuore en Roma, donde está el Museo de las Almas
del Purgatorio, que vemos en esta película. Y contraté un fotógrafo profesional para fotografiar aquel museo y
difundirlo. En 2014 el libro creció mucho en ventas, y la gente, cuando
visitaba Roma, acudía a este museo y luego me escribía, agradecida. "Usted
no se inventó nada", me decían.
- ¿Qué te ha parecido Purgatorio,
esta película que está ahora en los cines?
- A mí me ha
gustado y además creo que un 99 por ciento coincide con lo que expongo en mi
libro del Purgatorio. En general, confirma las cosas que investigué para mi libro. La
verdad es que me quedo tranquila, casi 20 años después, al ver que mi trabajo
era muy fiable.
- ¿Conocías a Fulla Horak, la
vidente que nos presentan en esta película?
- No, no la conocía. Es asombrosa su historia. Era una persona
alejada de la fe y en cierto momento Dios le da ese don de poder ver a los difuntos y otras
visiones. La Iglesia explica que Dios puede permitir que algunas
personas tengan ese don. ¡Se parece un poco a la película de El
Sexto Sentido!
- Los textos de Fulla, en
esta película, parecen llevar una especie de "contabilidad" de lo que
habrá que compensar en el Purgatorio...
- Sí, a mí también me ha sorprendido ese aspecto. En realidad, el Purgatorio es un
misterio enorme, infinito. La película nos muestra algunos teólogos,
nos recuerda enseñanzas del Padre Pío, de Santa Faustina Kowalska, y nos enseña
que tenemos que orar por
los difuntos, ofrecer nuestros sufrimientos por ellos... Hay cosas en
la película que nos pueden sonar estrictas, o duras. Pero es verdad que en el
Purgatorio podremos pagar por cosas que deberíamos haber hecho en vida. Así que
la enseñanza es que ¡deberíamos
ponernos las pilas ya!
- Tu libro trata precisamente
de "historias curiosas". ¿Te asombra alguna de esta película?
- Me ha impactado el testimonio del capuchino que conoció al Padre
Pío, que nos cuenta esa noche de extraños gritos a la entrada del convento. El Padre Pío acude y al día
siguiente explica que eran las almas de los soldados que habían muerto en
la guerra, por los que él había orado, que habían venido y le llamaban.
- Fulla Horak habla con
dureza de la gente que llora por los difuntos, pero que no reza por ellos...
- Quizá es que tiene que ponerse estricta. Lo que ayuda al difunto es que
recemos por él. Me gusta de la película el valor que da a la misa. Si
a mí se me apareciera un difunto, no intentaría hablar con él. Ofrecería una
misa privada, o misas gregorianas, de San Gregorio Magno. Consiste en pedir 33
misas seguidas por un alma que entiendes que está en el Purgatorio. Y también podemos rezar por ellos en
la Adoración. Podemos decir: "Señor, estoy preocupada por el alma de mi
amiga fallecida". A veces nos complicamos nosotros solos. En
realidad, rezar es hablar con Dios como Padre amantísimo. Podemos hablarle de
nuestros fallecidos, ofrecer buenas obras y actos de caridad.
- Cuando se habla de ofrecer
sacrificios, algunas personas, incluso de fe, se sienten incómodas...
- Yo suelo poner un ejemplo, pequeño si quieres, pero que me pasó
en un supermercado. Fue poco después de escribir el libro del Purgatorio, una
época que tenía la fe muy encendida. Una viejita, en el supermercado, con el
bolso chocó con las cocacolas y cayeron todas por el suelo. La viejita no se dio cuenta de que
era cosa suya y la gente me miró a mí como si fuera yo. Podría haber dicho que
no fui yo, pero decidí acoger esa culpa. Rezando, le dije a Dios:
"Señor, voy a pasar esta pequeña vergüenza y humillación. Pero ofrezco cada lata recogida
por un alma del Purgatorio. Y recogí 20 latas. Y quedé muy contenta. Lo
pongo como ejemplo de pequeñas cosas cotidianas que podemos ofrecer. O ves a un
mendigo. Quizá no le das dinero, quizá le das comida. Y lo presentas a Dios
como una ofrenda: "Señor, lo ofrezco por las almas del Pugatorio".
- Algunos oradores en la
película insisten en que en el Purgatorio se sufre mucho, mientras que otros en
cambio, hablan más bien de un proceso de preparación, no muy ligado a sufrir...
- Mi opinión es que sí se sufre mucho. Antes de llegar a tu
estrato has pasado el juicio de Dios, y por la mirada de Cristo, con toda su
verdad. Al pasar por eso, has visto todo el tiempo que perdiste. Te han preguntado "¿cuánto
amaste?" y has visto que no amaste mucho, que te portaste mal con
aquellos, no hiciste nada por los otros... Tu entendimiento de lo que pasó
será perfecto. A veces pienso en el pecado, como un alquitrán que se pega al alma y me
asusta el juicio particular. Sí, la Misericordia de Dios es infinita. Pero
habrá conciencia de indignidad. Los teólogos lo comparan con una boda a la que
no vas bien preparado, no vas bien vestido y lo pasas mal.
- Pero algún experto habla
del "fuego del Purgatorio" como el fuego del "anhelo" por
Dios, por el Amado...
- Creo que es un fuego mayor que el del anhelo por una persona
amada en la Tierra. El alma del Purgatorio en realidad no se puede defender, no
puede hacer nada por sí misma, y por eso necesita de nuestra oración.
- Fulla Horak habla de varias
cosas curiosas; que en el Purgatorio hay varios círculos, como en el Infierno;
y presenta a las almas como si estuvieran por aquí cerca, aferradas a lugares,
a gente concreta...
- Hace años, poco después de escribir mi libro, hacia 2007 o así,
hablé con Gabriel Amorth, el famoso exorcista de Roma. Era afable como un
abuelito. Me dijo que las
almas del Purgatorio sí están a nuestro alrededor. Decía que se acercan al
familiar que más reza, a la abuelita más creyente, por ejemplo.
»Además, él y su grupo de investigadores exorcistas estaban
investigando si el alma de un difunto del Purgatorio podía poseer personas
vivas. Antes él habría negado eso, habría dicho que sólo los demonios poseen a
un vivo. Pero luego, por e-mail, me dijo que él y su equipo ahora pensaban que sí, que Dios permitía
almas de los estratos más bajos del Purgatorio poseer brevemente a algunas
personas. Hablaba de almas de muy bajo estrato.
- Pero este don de Fulla de
ver a las almas muertas es, como poco, peculiar...
- Pero hay otros casos. En mi libro hablo de Eugenia Von der Leyen, la Princesa
Eugenia, de esta familia noble alemana. Es antepasada de Ursula Von der Leyen,
la Presidenta de la Comisión Europea. Esta princesa Eugenia era una mística y
escribió un libro titulado "Mis
conversaciones con las almas del Purgatorio". Veía a
las almas, allá por los años 20. Era creyente, devota y tenía director
espiritual. Explica que veía gente vestida con ropa medieval, napoleónica,
etc... Como en esta película, que también vemos gente con ropa de varias
épocas.
»Y en mi libro hablo de María Simma, que era una campesina
bastante aislada en el Tirol, que desde los años 40 veía almas de difuntos. Lo
explicó en su libro "Sáquennos de aquí".
- Pero, ¿no hay un peligro de
caer en el espiritismo si sospechamos que hay espíritus por doquier?
- Es que no hay que tratar de comunicarse ni invocarlos ni nada de
eso. Eso ya la Biblia, en Levítico, lo condena. La Iglesia nos pide sólo que
recemos por ellos. Con el Rosario, por ejemplo, porque la Virgen es una madre
que intercede por nosotros. La película insiste en el valor infinito de la misa
por los difuntos. Y entender que el funeral no debe ser sólo un acto social,
sino una ocasión para orar por ellos, con toda la Iglesia.
Pablo J. Ginés
Fuente: ReL