Cuando el Señor habla claro
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
¡Seguro que te ha pasado alguna vez…! ¿Has
experimentado haber leído o escuchado algo que se te queda grabado y, mucho
tiempo después, te viene a la memoria justo en el momento preciso? Estoy
convencida de que tantas veces el Señor se vale de esto para hablarnos al
corazón… Sin ir más lejos, ayer mismo me sucedió algo así.
Por la tarde me había encontrado con una
hermana. Y, descuidada de mí, con mi prisa por ir a lo que yo pretendía hacer,
le respondí un poco seca para no entretenerme mucho más. Tras responder a la
hermana sentí claramente que algo me quitó la Paz. No necesité mucho tiempo
para darme cuenta de dónde me venía esa inquietud.
Así que, cuando el Señor me regaló verlo claro,
lo hablé con ella y le pedí perdón. Pero fue después, en vísperas, mientras
rezábamos y yo seguía dándole vueltas a lo sucedido, cuando el Señor me trajo a
la memoria una charla que había escuchado. En ese momento comprendí
vivencialmente lo que quería decir.
El predicador hablaba de que Jesús, durante su
vida por la tierra, ganó en corporeidad, porque, por ejemplo, sus discípulos lo
podían ver y tocar físicamente. En cambio, perdió en presencia, porque, si
estaba con Juan, no estaba con la samaritana, o si estaba con un grupo de
personas, Él mismo quería ir a otras aldeas para llegar a más gente.
Y, sin embargo, desde Su Resurrección y desde
Pentecostés ha ganado en presencia, pues con su Espíritu Santo está en todas
partes, puede estar conmigo y contigo, aquí y hasta el confín del mundo. Pero
quiere contar con nuestra corporeidad para manifestarse a los hermanos. Quiere
valerse de tus brazos para acoger al otro, quiere ser Él el que ame a esa
persona que quizás te cuesta más, Él quiere servirse de ti para manifestarle Su
Amor…
Pues al traerme a la memoria aquella charla me
estaba hablando claro: “Soy Yo el que quiero escuchar a esta hermana, pero
necesito tus oídos, tu atención, tu tiempo.” Aquello me dio un giro interior
enorme. Porque Él no me estaba diciendo que la próxima vez me esfuerce más…
solo me estaba haciendo una pregunta: “¿Me dejas valerme de ti para Amar?”.
Hoy el reto del amor es ser las manos de Jesús.
Él también te quiere hacer esta pregunta a ti. Es Él quien quiere abrazar a tu
hijo, es Él quien quiere acercarse a aquel pobre, es Él quien quiere valerse de
ti para hablar un rato con aquella persona…
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
05 marzo 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma