Pensó que si el Corán decía beber de la Biblia, esta debía ser fiable para resolver sus dudas
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ReL |
Nacido
en 1973 en el seno de una familia musulmana de Canadá, Reza Ajtar fue
educado desde su más tierna infancia mediante la lectura y estudio del Corán,
del que no conocía la mayoría de sus palabras.
Aunque
su familia no profesaba fielmente los preceptos coránicos o la "oración",
Reza recuerda en Coming Home Network que lo veía como
"algo bueno que acerca a los hombres a Dios". Su relación con la
comunidad islámica era escasa y pensaba que la fe debía ser "algo
privado". Un planteamiento que debilitó sus creencias en aras de
un incipiente indiferentismo y después al desacuerdo con los propios
preceptos coránicos.
Desde
pequeño, Reza pensaba "que los cristianos cometían el grave error de adorar
a Jesús como a un Dios en lugar de reconocerlo como a un profeta"
y que el sacerdocio, las órdenes religiosas o los santo solo "distraían de
la adoración del único Dios verdadero".
Con
9 años le matricularon en un colegio laico con notas de anglicanismo, donde
comenzó a cuestionarse algunos aspectos del islam al entrar en
contacto con el arte, la música o la cultura cristiana.
"¿Por
qué tantos musulmanes consideraban la música como algo malicioso o como un
pecado? ¿No podía ser simplemente algo hermoso para alabar a Dios?", se
preguntaba.
El
islam ya no era fiable
A
Reza le conmovía la sinceridad, devoción y caridad con que rezaban y vivían los
cristianos que le rodeaban, y sentía "envidia de no poder formar parte de
algo así".
Después,
empezó sus estudios en Harvard, donde continuó practicando la oración
islámica cada viernes pero "fundamentalmente por obligación",
afectado por las incoherencias que observaba entre lo aprendido de su fe en la
universidad y su familia.
"Rápidamente
me convencí de que la tradición islámica no era fiable",
admite.
Durante
su último curso de universidad, visitó varios lugares de culto cristiano.
Intrigado por la reverencia mostrada en la Iglesia, fue en un centro de
formación protestante donde empezó a convencerse de la
autenticidad de los Evangelios.
El
primer argumento le llevó al preguntarse por las diferencias dogmáticas
"irreconciliables" entre la doctrina cristiana de la
Trinidad y la Encarnación y lo afirmado por el Corán. Todo lo que él había
aprendido era que el islam consideraba lo incluido en la Biblia como una
revelación de Dios que se había corrompido con el tiempo. Concluir que "si
Dios había usado la Biblia como una herramienta para hablar de la verdad del
Corán, esta sería una fuente digna de confianza" le llevó a un punto de no
retorno.
Apostató
del islam... pero sin saber a dónde ir
Una
vez empezado el posgrado, asistió a una comunidad donde pudo
estudiar la Biblia, se desempeñó como pianista y organista y conoció a la que
se convertiría en su esposa en 2001, María.
Atraído
por la fe de María pero incapaz de practicarla la lucha interna de Reza se
incrementó al sentir "que había llegado al máximo" posible en
su estudio y comprensión coránicas sin obtener muchas respuestas.
También por la "amargura contra Dios" que sentía al querer
practicar la fe católica en comunidad pero no considerarla verdadera.
Entonces
Reza dejó de definirse como musulmán y no tardó en dar con la
fuente de su inquietud.
"Mi
error residía en buscar la realización en la comunidad humana en
lugar de en Dios mismo. Una vez me di cuenta de eso, las cosas empezaron a
encajar", explica. Entonces llegó leyó un artículo que desencadenó un
"momento clave".
No
fue "un profeta más"
"Cambió
mi perspectiva de la comprensión musulmana de Jesús como un profeta más",
menciona y la Biblia empezó a resultarle cada vez más compatible.
Por
su educación en un islam poco ortodoxo, Reza no tuvo "ningún problema
en aceptar que Él podía comunicar la gracia a través de los sacramentos".
También que la distancia que separaba sus creencias en Cristo y las de la
Iglesia era tan fina que "ya no tenía sentido no ser parte de ella".
Pero
la Iglesia le seguía resultando muy "rígida y autoritaria", frente a
las doctrinas anglicanas, a su parecer más abiertas.
Bautizado
como anglicano
Tras
asistir a una parroquia anglicana, Reza se reunió con el pastor para tratar sus
dudas y él le advirtió de que estaba "al borde" de creer en
la Trinidad.
"La sensación
de que Dios me estaba llamando fue tan intensa que di el salto y
comencé a prepararme para el bautismo", explica. Lo recibió el 10 de enero
de 2016.
Pero
la estabilidad no llegó para Reza con los anglicanos. Debido a su seriedad a la
hora de interpretar la música o las lecturas, muchos abandonaron el templo en
protesta por ser un culto "demasiado romano" practicado,
entre otros, por el exmusulmán.
"El
clero estaba bien catequizado pero muchos miembros laicos aún se identificaban
como protestantes y pensaban que ellos, y no el clero, estaban a cargo de la
parroquia", explicó. Así, tomaron la decisión de abandonar
de nuevo su baluarte espiritual.
La
sumisión a Roma, el último obstáculo
En
aquel momento "solo me quedaba someterme a la autoridad del Romano
Pontífice", admite. Una lectura al catecismo le bastó para
convencerse. A partir de ahí, Reza no tuvo ni que pasar por el Rito de
Iniciación Cristiana para Adultos (RICA) y le basó con leer la Suma contra Gentiles para
ser admitido en la Iglesia católica.
"Fui
confirmado y recibido en la comunión de la Iglesia en 2018. Vi a Jesús
frente a mí desde la custodia en la capilla de adoración perpetua y supe
que había tomado la decisión correcta", celebra.
Desde
entonces, encontró en la gracia la fuente de su añorada paz espiritual.
"Me
ha mantenido firme en estos tiempos difíciles", menciona. Junto con ella,
Reza admite que ya tenía buena parte del camino hecho, especialmente por su
comprensión de la operación de la gracia similar al pensamiento católico desde
pequeño.
"Siempre
había rezado por los muertos y los sacramentos no presentaban ninguna
dificultad. Tampoco tuve problemas para aceptar que los santos en el cielo
oraron por nosotros, aunque me tomó un tiempo acostumbrarme a la idea de invocar
a los santos para que intercedieran", concluye.
Fuente:
Religión en Libertad