Celso Arango, jefe de Psiquiatría Juvenil en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid (España), ha puesto en alerta sobre una nueva realidad: aumenta la cifra de adolescentes que acuden a la medicina pública española diciendo que se sienten trans y quieren un cambio de sexo, pero en realidad no lo son. Es una peligrosa moda
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El psiquiatra español Celso Arango sostiene
que la cifra de adolescentes que dicen ser trans sin serlo se ha multiplicado a
causa de la ideologización del asunto. Cree que la Ley Trans que se aprueba hoy
en España «puede causar un daño enorme», según publicó el diario El Mundo:
«Esto es una locura, va a hacer daño a mucha gente,
muchos jóvenes que tienen trastornos creen que los van a arreglar
convirtiéndose en trans cuando no lo son.»
Celso Arango es jefe del departamento pediátrico y juvenil
del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, catedrático por las
universidades Complutense y de Maryland, y ex presidente de la Sociedad
Española de Psiquiatría.
Arango está, según El Mundo, muy alarmado porque
el texto de la ley no tiene en cuenta el parecer y la supervisión de los
profesionales de la salud mental de los adolescentes. Desde su experiencia
clínica, afirma que «no son trans, sino que tienen otros trastornos y creen que
siendo trans los van a superar. Como la OMS ha despatologizado
la transexualidad, ni nos han pedido opinión. Pero es una
barbaridad lo que quieren hacer, y los vulnerables, los de siempre, podrían
sufrir mucho».
Contra la imposición de la ideología
de género
Para batallar contra la imposición de esta medida de la ideología de
género, el ex presidente de la Asociación Española de Psiquiatría ha
creado la Asociación Amanda,
que se encuentran con hijos afectados por esta problemática.
Por el momento, son unas 300 familias.
Arango asegura que desde que se comenzó a hablar de la Ley Trans como
proyecto del gobierno español, «desde el día a día en el Hospital Gregorio
Marañón estamos
asistiendo a una explosión, un boom, un incremento exponencial de adolescentes
que dicen ser trans, muchos por moda, y no lo son. En
nuestra unidad de hospitalización, si habitualmente teníamos uno o dos
adolescentes que decían ser trans al año, ahora lo manifiesta el 15%, o 20% de los
ingresados. Obviamente no es una cifra normal, no responde
a la realidad.»
Una clave: esperar antes de actuar
«Me preocupa mucho -dice este médico- conociendo la psicopatología
de los adolescentes, esa búsqueda inmediata de respuesta,
gratificación, variabilidad, cambio... Una de las cosas que
primero aprendemos en psiquiatría infantil es a esperar antes de actuar. Cuando llega
un niño y dice que su vida no vale nada, antes de poner tratamiento
farmacológico, lo que haces es citarle una semana después. Y a lo mejor ha
desaparecido el problema.»
El peligro de lo irreversible
César Arango no niega que exista la llamada disforia de
género: «Esos cambios en la población pediátrica, en menores de
edad, son muy frecuentes. Lo que antes se llamaba disforia de género, que
ahora se llama incongruencia, por supuesto que existe, y estoy
completamente de acuerdo con que se despatologice y se ‘despsiquiatrice’, en
los casos en los que es real. Pero a mí lo que me preocupa es que la mayor parte
de los adolescentes que estoy viendo, al estudiarlos longitudinalmente, dicen
ser trans y no lo son. Y el problema es que si esto les
abocara a una situación de esperar y ver, o de empezar con una psicoterapia,
bueno». Pero…
«Pero si hablamos de que alguien que dice ser trans desde hace tres
semanas va a un centro privado y le dan hormonas… Pues es una barbaridad. Hacemos
algo que tiene
complicada marcha atrás, cuando no es irreversible. Y a
nosotros como profesionales sanitarios nos han enseñado que nuestra primera
obligación es cuidar de la salud de nuestros pacientes. En dos visitas no
conoces a un paciente, imagínese a los que se reclaman trans.”
Dolors Massot
Fuente: Aleteia