Déjate transformar
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva la Señor.
Que pases un feliz día.
El día que me tocaba cocinar, la hermana
procuradora me trajo un cubo lleno de patatas. Me llamó mucho la atención el
recipiente. Me quedé mirándolo, sabía que ese cubo en su origen era un bidón de
jabón o de algún líquido, pero lo habían transformado en un cubo. Las asas las
hicieron del mismo plástico y con dos tachuelas ya se podían agarrar. Lo
curioso es que llevaba años ese cubo transformado y sigue haciendo su función.
En el monasterio la mayoría de las cosas se
transforman. Tirar, tirar… especialmente alguna hermana, no tira nada de nada.
A todo lo encuentra utilidad.
En la oración le decía al Señor que Él hace lo
mismo en nuestra vida: Nos va transformando poco a poco, nunca dejamos de ser
nosotros mismos, pero si nos dejamos hacer por Él, va sacando todos los dones
que nos ha regalado.
Seguramente piensas que siempre hay alguna zona
que nunca se transformará, que siempre es lo mismo, que caes en lo de ayer y
antes de ayer, que no tienes remedio… Aun así, esto no es verdad. Cristo entra
en tu vida para transformarla y cuanto más imposible te parezca… ¡mejor!
porque así será más patente el milagro
que hará, si tú le dejas.
Cristo no es el problema es la solución. Para
Él nada es imposible. Solo tiene una barrera y es tu libertad. Él quiere que tú,
libremente, le abras tu corazón, que le entregues en su cruz aquello que
quieres que te lo transforme. Él muere por ello para resucitarlo y a ti
devolvértelo transformado. Porque Cristo no viene a quitarnos nada, sino a
darnos plenitud.
Cuando Él te transforma es para siempre, porque
lo que hace bien. Igual que este cubo que empezó siendo un bidón que
transportaba líquido y luego pasó a ser un cubo que transportaba alimentos.
Siempre transportó algo, lo que cambió era el contenido que transportaba.
Hoy el reto del amor es dejar a Cristo que
transforme aquello que tú das por perdido. Entrégaselo en la Cruz para que
muera por ello y resucite. Te lo devolverá resucitado, pero para transformarlo
necesita que se lo entregues.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
02 febrero 2023
Fuente: Dominicas
de Lerma