El brillante hábito rosa de las "pink sisters", como se las llama coloquialmente, es solo la fachada de una profunda vida de oración y reparación con grandes beneficios en el día a día de los fieles.
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Lo
cierto es que un simple repaso de la orden hace difícil no conocerla allí donde
se implanta: en el caso de Philadelphia (Estados Unidos), estas monjas llevan adorando al Santísimo más de un siglo ininterrumpidamente
y cada vez que salen de la clausura, sus característicos hábitos rosados
deslumbran a quienes las miran.
Esta
es solo una de las tres congregaciones surgidas del carisma misionero de San Arnold Jansenn y su Sociedad
del Verbo Divino fundada en Holanda en 1875, en el auge de la kulturkampf y
la hostilidad anticatólica en su Alemania natal.
La
Sociedad fue concebida por Jansenn como una orden misionera de sacerdotes. En momentos de persecución,
la fundación le valió ser considerado "o un santo o un idiota", según
explica la superiora de las Hermanas rosadas de Philadelphia, Mary Amatrix.
La
fundación de sacerdotes misioneros superó las persecuciones de finales del XIX
y pronto se difundió por el mundo, pero el fundador era consciente de la necesidad de contar con un
"brazo armado" de la oración para que la Sociedad
prosperase.
La oración, imprescindible para la
acción
Esta
fue la misión de las Siervas del Espíritu Santo de Perpetua Adoración desde su
fundación en 1896. Tenían un carácter exclusivamente contemplativo, con la misión de apoyar con su oración la
labor y perseverancia de misioneros y sacerdotes repartidos por todo
el mundo. Y lo harían mediante la adoración perpetua allí donde erigiesen una
nueva fundación.
"Él
sabía que la oración
lograría el trabajo de manera más efectiva que solo mediante la
acción. Tenía una gran devoción al Espíritu Santo", explicó la actual
superiora del convento en Filadelfia, la hermana Mary Amatrix, a National Catholic Register.
Desde
1915 la orden se encuentra consolidada en este estado y desde entonces no han
parado de adorar al Santísimo ni tan solo un segundo.
La
adoración ininterrumpida es precisamente uno de los carismas de esta
congregación, que realizan en turnos de media hora. Durante los mismos, las
"hermanas de rosa" no solo encomiendan a los sacerdotes, misioneros y
religiosos de la Sociedad del Verbo Divino, sino también las intenciones de todos los
interesados que las visitan buscando su oración.
Y
no son pocos, pues su oración ha dado sobradas muestras de ser más que
escuchada.
Pidió oraciones por un hijo... y
tuvo dos
La
hermana Mary Triana desvela algunos ejemplos. Uno de ellos fue el de una mujer
que acudió a ellas pidiéndoles sus plegarias por que pudiese tener un hijo. La
sorpresa fue que, tras rezar ante el Santísimo, aquella mujer informó
haberse quedado embarazada
de mellizos.
No
son pocos los casos en que sus oraciones también han sido escuchadas a modo de
"celestinas", "sonsacando"
a la Providencia los cónyuges pedidos por hombres y mujeres. Las religiosas
llegaron a ser testigos, tras la reja de clausura, de cómo una pareja se
comprometía al matrimonio en su propia capilla. Todavía recuerda el sonoro
aplauso que inundó el convento de las "hermanas de rosa".
La
hermana Triana, originaria de Filipinas como muchas de las "monjas
rosas", muestra con este ejemplo que mucha gente acude a pedir su oración
por peticiones concretas. "Realmente conocemos sus preocupaciones y rezamos por ellos";
explica.
Pero
por muchas peticiones que reciban, 24 horas al día de adoración ininterrumpida
dan para mucho, y no son pocas las plegarias que su congregación debe
encomendar ante el Santísimo. La santificación de los sacerdotes, la adopción espiritual de
seminaristas, la perseverancia
de obispos y cardenales o la de las propias religiosas son solo
algunas de ellas.
"Una alegría que el mundo no puede
dar"
Con
todo, la oración es solo una parte de las dedicaciones y rutinas diarias de
estas religiosas. Además de mantener la adoración perpetua, las religiosas
incluyen en su día a día la santa
misa y la contemplación, tareas domésticas y jardinería, cocinas o largos
ratos respondiendo la correspondencia.
Un
programa de vida interior que la hermana Mary Angela no duda en destacar por su
sencillez y exclusividad.
"Es una alegría que el mundo no
puede dar. Hemos estado en el mundo antes de entrar y es muy
diferente: aquí tenemos tranquilidad", explica. La hermana de rosa admite
que el día a día no está exento de "desafíos y pruebas".
Sin
embargo, hay un "pequeño" detalle que marca la diferencia con los que
surgen tras las paredes del convento: "Estás viviendo de la gracia de Dios y si le das todo al
Señor, él también lo hará todo".
Pero
ser "monjas de rosa", alegres como indica su color en la liturgia e
inocentes no les hace
desconocer los problemas que enfrenta el mundo tras sus muros y tampoco eludir su combate.
De
hecho, afirman que se enteran las primeras de los grandes problemas que el
mundo enfrenta porque la gente acude pidiendo su oración. Y en cuanto acuden a
ellas, las "hermanas rosadas" los enfrentan con su mejor arma, la
oración.
Destacamos
algunos de los signos de
crisis que observan estas religiosas radicadas en Filadelfia y sus
principales consejos para
hacerles frente:
1º Crisis de vocaciones
Que
no solo afecta a esta orden, sino en general al mundo entero. Para la hermana
superiora, es algo que solo se puede enfrentar a través del silencio y el discernimiento de
la voz de Dios para que los jóvenes se enamoren.
Así,
al igual que cuando "te enamoras, diriges toda tu atención hacia el ser
amado, es lo mismo con Jesús". Pero para ser consciente de ello, es
necesario el silencio. "El Espíritu Santo siempre obra de forma
silenciosa, poderosa y misteriosa, por lo que es realmente importante encontrar tiempo para el silencio",
explica.
2º El silencio, llave a Dios y bozal
para el diablo
Como
religiosas contemplativas, saben la relevancia que tiene el silencio para
lograr esta atención a Dios, la oración y la lucha espiritual.
Así,
animan siempre a leer las
Escrituras o a rezar "aunque sea solo cinco minutos", porque
"si dejas entrar al Señor, aunque sea solo un poco, Él te inspirará".
"Muchos
jóvenes no experimentan el silencio en sus hogares", explica. Por ello, la
apertura a Dios puede ser más compleja y el rosario es algo que siempre ayuda,
especialmente en familia.
"El diablo siempre se esfuerza
mucho para hacer ruido, no puede soportar el silencio", añade.
3º El arte y la naturaleza, belleza como
camino hacia Dios
Un
elemento del que también son plenamente conscientes es el de la contemplación y su
importancia frente al alejamiento de la fe.
Por
ello, la superiora de rosa anima a algo tan simple como pasear y contemplar la belleza de
la naturaleza sin mirar el teléfono: también es un camino hacia Dios.
4º El silencio, indispensable para
saciar la necesidad de amor
Uno
de los aspectos que simboliza el color rosado de los hábitos es "el amor
del Espíritu Santo" y por ello las religiosas han profundizado en esta
materia. Así, una de sus conclusiones respecto a la crisis de los jóvenes,
especialmente enfocada en la vocación, es que muchos de ellos están "hambrientos de amor".
"A
veces, cuando no puedes
soportar el silencio, es porque no quieres enfrentarte a ti mismo. Ahí es
cuando surgen todas tus ansiedades, malos pensamientos e inseguridades",
explica. En ese momento, "los jóvenes necesitan amor y no palabras.
Necesitan el amor de sus padres, de los amigos, para llegar a conocer el amor
de Dios".
Los
jóvenes "necesitan tiempo para darse cuenta realmente de lo que es el
amor, lo que realmente es el amor verdadero", concluye.
Fuente: ReL