Este 7 de noviembre se cumplen 105 años de la Revolución Rusa de 1917, con la cual los bolcheviques liderados por Lenin tomaron el poder, acto que desembocaría en la creación de la Unión Soviética y la expansión de la ideología comunista por el mundo.
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La Virgen de Fátima está relacionada con la Revolución Comunista Rusa. Crédito: Pixabay / Pexels |
Los
periodistas Darío Chimeno y Josemaría Navalpotro, autores del libro “Cien años
de luz. Fátima un foco de paz desde 1917”, aseguraron en una entrevista
concedida a ACI Prensa en el 2017 que “para un no creyente, para un
racionalista cerrado a lo sobrenatural, sí podría tratarse de una mera
coincidencia de fechas”.
Pero
ambos periodistas precisan que “las
apariciones de Fátima, con su mensaje, y la Revolución Rusa no son
coincidencia. Los cristianos vemos la mano de Dios en todo. Pero en este caso,
además, es muy evidente”.
“El mundo estaba en plena Guerra Mundial y las consecuencias de esta contienda
sangrienta tuvieron su repercusión en las siguientes décadas, empezando por la
misma revolución en Rusia. En ese contexto, la Virgen, que es Madre, se aparece
con un mensaje de aviso de un gravísimo peligro para la humanidad que llevaba
consigo que muchas almas podían ir al Infierno. Como desgraciadamente hemos
comprobado, en la historia, el
comunismo ha traído muchas calamidades. Incluso hoy se viven
sus últimos coletazos”, aseguró Darío Chimeno.
Por
su parte, Josemaría Navalpotro precisó a ACI Prensa que la Virgen de Fátima
pide a los videntes “que recen por la conversión de Rusia, que en esos momentos
estaba a punto de ser engullida por el monstruo comunista”. Este pedido es
porque “la Virgen se
implica en la historia humana de una manera directa”, afirmó.
Además,
Navalpotro subrayó que no se trataba de una “mera cuestión política”, sino que
“el comunismo es esencialmente materialista, niega a Dios y, en la práctica,
fue cruelmente antirreligioso”.
Por
eso Chimeno recordó que “la Virgen pidió claramente que Rusia se consagrara a
su Corazón Inmaculado en julio de 1917. Y
el 13 de junio de 1929, a Sor Lucia, volvió a decirle lo mismo: ‘Ha llegado el
momento en que Dios pide al Santo Padre que haga, en unión con todos los
obispos del mundo, la Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón;
prometiendo salvarla por este medio. Son tantas las almas que la justicia de
Dios condena por pecados cometidos contra Mí, que vengo a pedir reparación’”.
“Quizá
algunos, con menos perspectiva pueden minusvalorar el peligro que supuso el comunismo. Pero es la
ideología que más víctimas ha causado en el siglo XX, en cuanto
a daños físicos cuantificables (asesinatos, guerras, torturas, deportaciones,
cárceles…) y, más difícil de cuantificar, en daños espirituales. En su mensaje,
la Virgen quería alejar el peligro que suponía el comunismo”, aseguró.
En ese sentido, Chimeno destacó lo significativo que era que “el mensaje de la
Virgen lo tenían que entender los videntes, unos niños. En 1917, los tres niños
no sabían ni qué era Rusia: ¡suponían que era una señora! En 1929, sor Lucia
transmite una locución en un año en que Rusia ya era comunista, pero en sus
primeros estadios”.
Aunque
es imposible saber qué hubiera sido de Rusia sin la intercesión de la Virgen
María, ambos periodistas coinciden en que “hacer futuribles es peligroso, pero
nos gusta pensar que sí, que si
no hubiera sido por la Virgen, podría haber sido mucho peor. De
hecho, para muchos historiadores y pensadores la caída del comunismo no se
puede explicar solo con factores humanos”.
“En alguna ocasión he oído decir a Joaquín Navarro Valls, quien fue portavoz vaticano con Juan Pablo II, que nadie en su sano juicio pensaba en los años ochenta que el comunismo soviético se derrumbaría en 1989, tras más de cincuenta años de sólida construcción. Es más, cuando uno estudia los mensajes de Fátima y lo compara con la historia, tiene la idea clara de que, gracias a la Virgen, hay más luz que oscuridad”, afirmó Navalpotro.